La historia detrás de Fariña. De best seller prohibido en España a serie de Netflix
La investigación del periodista Nacho Carretero, que revela la trama del narcotráfico en Galicia, generó un boom editorial del otro lado del Atlántico que ahora llega aquí por partida doble
MADRID.– Hay otra historia verdadera por contar detrás de Fariña: la de su propio autor. Nacho Carretero nació en 1981 en Galicia y se crio en el escenario que retrata en su best seller, que hecho serie se puede ver actualmente en Netflix. Fariña –modo coloquial de llamar a la cocaína– refiere a una zona signada desde los años 80 por el contrabando de tabaco y luego por el narcotráfico, actividades que se incrustaban con normalidad en la vida cotidiana. Tanto que uno de los pasajes de la novela narra que una mujer va a anotar a su bebé al registro civil y cuando le preguntan la profesión de su marido responde con naturalidad: “Contrabandista”.
El periodista español siempre había tenido apetito de contar los laberintos oscuros de su tierra natal y mantenía una excelente relación con la editorial Libros del K.O. “Nos fuimos buscando mutuamente”, asegura. El sello le pidió una sinopsis sobre su proyecto. “Te recordamos que somos una editorial de no ficción”, le respondieron tras leer su propuesta. Carretero contestó que todo aquello, por fabuloso que sonara, era real. Ese fue el primer impulso. Y cuando ya había recopilado todo el material sobre lo que quería contar, localizó a los personajes que le interesaba conocer para escuchar en primera persona la historia. “El periodismo en Galicia siempre estuvo a la altura y contó todo lo que estaba pasando. Fariña lo recopila todo, no es que dé una exclusiva, que cuente algo nuevo, pero mi obsesión era contarlo de una manera distinta, sacarlo del formato periodístico y narrarlo de una manera más literaria”.
El libro salió a la luz en septiembre de 2015. Carretero se sumerge no solo en los datos precisos, sino que dota de relieve humano su novela. Allí aparecen las voces de los hombres cuyo destino estuvo signado por el clan de mafiosos (Sito Miñanco, la familia Charlín, Laureano Oubiña, los Bustelo) en una región aislada geográfica y económicamente tras el derrumbe de la pesca como principal modo de subsistencia.
Cuando Fariña promediaba su décima edición, un exalcalde de pontevedra que apenas aparece mencionado en la novela, de 400 páginas, realizó una demanda por violación del honor y una jueza de Madrid ordenó, como medida provisional, en febrero de este año, el secuestro de los ejemplares de los comercios. El gremio de libreros repudió la medida y se generó una avidez aún mayor por leer el libro.
El autor jamás imaginó ser protagonista de semejante paradoja: su investigación sobre una red de contrabando y narcotráfico –actividades al margen del mercado y de la ley– se vendió durante meses de modo paralelo, luego de que fue retirado de las librerías. En algunos sitios digitales de compra y venta, incluso, se comercializaba usado a 50 euros, un precio que supera el doble de lo que cuesta hoy la 12ª edición en las librerías. “Jamás imaginé que pudiera ocurrir un secuestro. No estaba muy seguro ni siquiera de que se pudieran secuestrar libros en España. Me pareció indignante que un trabajo periodístico se secuestrara, cuando había sido especialmente tan riguroso. Fue surrealista, porque se generó mucho escándalo en España y Fariña se convirtió en un símbolo contra la censura”, recuerda el autor.
Muchos lectores hicieron cosas impensadas por conseguir un ejemplar. “De Galicia cruzaban la frontera para comprarlo, porque el gallego es parecido al portugués”.
Mientras la pesadilla de Carretero y de la editorial se prolongaba, de febrero a junio pasado, la serie de TV adelantó su estreno por Antena 3. Ahora puede verse en Netflix Argentina y los derechos del libro comienzan a venderse de ambos lados del Atlántico: antes de fin de año, un sello del Grupo planeta lo publicará en la Argentina. El propio Carretero había participado del guion como asesor del equipo con el afán de que la trama permaneciese fiel a la historia.
La serie comienza con el desenlace de una década turbulenta: la operación Nécora, conducida en 1990 por un joven juez desde Madrid, Baltasar Garzón. Luego la acción se traslada a 1980 y se construye cronológicamente –cada episodio es un año– siempre con el leitmotiv de la cortina musical: “Lo que tengo que hacer para no tener que salir al mar”.
La historia de Carretero tuvo final feliz (y se hizo justicia): “por suerte acabó bien y sirvió para que se diese a conocer más el libro. El auto, que fue muy claro, dice que era completamente verídico, cierto y veraz lo que yo contaba”. Sin embargo, esta elogiada investigación tiene su contracara: una cruda realidad que se prolonga no solo en Galicia, sino en el mundo entero: “Fui consciente del poder tan grande del narcotráfico. Aprendí que después de tantos años de lucha, no se ha conseguido nada”.