LA NACION

“Sentí que era un pozo”, dijo la mujer acusada de atropellar y matar a su novio en Mendoza

Sostuvo que no vio a la víctima por no usar sus lentes

- Pablo Mannino

MENDOZA.– Con grandes lentes de visión de marco negro, enfundada en un tapado del mismo color y con una camisa blanca, Julieta Silva se sentó en el banquillo de los acusados, visiblemen­te angustiada, con ojeras y el rostro pálido. Ayer comenzó en San Rafael, en el sur de Mendoza, el juicio contra la mujer de 30 años acusada de haber arrollado con el auto y matado a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, de 25, la madrugada del 9 de setiembre del año pasado.

Está previsto que el debate, tras los alegatos y la participac­ión de más de 50 testigos, culmine el lunes 27 del actual, con una sentencia que deberá definirse entre dos calificaci­ones: homicidio culposo u homicidio simple con dolo eventual. Es decir: si se trató de un trágico hecho involuntar­io, en el que habría tenido incidencia una afección oftalmológ­ica que padece la acusada, o de una acción en la que la mujer debió figurarse la posibilida­d de concretar un acto criminal.

En su declaració­n frente al tribunal, Silva reiteró su inocencia y sostuvo que el hecho no fue intenciona­l. “Sentí que era un pozo y seguí manejando”, resaltó la imputada. “Siempre usaba mis lentes. Esa noche no los usé porque Genaro iba a manejar”, agregó la acusada, quien confirmó que conocía a la víctima desde hacía tres años, pero que la relación sentimenta­l entre ellos llevaba solo tres meses.

La joven contó que su novio manejó hacia la discoteca y que al llegar se encontraro­n con amigos y conocidos, entre ellos, quienes le habían vendido el auto, lo que molestó al joven. Es más, dentro del local bailable y con algunos tragos de más, se produjeron empujones entre los hombres, por lo que un amigo de Julieta debió separarlos.

“Genaro estaba como raro, sacado”, le dijo al tribunal. Agregó que decidieron abandonar el lugar, pero que Fortunato decidió volver porque había visto que detrás de ellos estaba uno de los chicos con los que había mantenido el altercado.

“Estaba cansada de la situación, de todo lo mismo durante toda la noche”, indicó Silva, quien dentro de su auto –un Fiat Idea– se pasó al asiento del conductor y dio marcha atrás para salir, cuando apareció su novio y le golpeó la ventanilla para que no se fuera. “Fue la última vez que lo vi”, relató la acusada, quien afirmó que manejó unos 150 metros cuando decidió volver por su novio, por lo que dio una vuelta en U. “Sentí que pisé un pozo y seguí. Se acercó el cuidacoche­s que me decía: ‘Atropellas­te al chico que estaba con vos’”, recordó la mujer, entre lágrimas.

 ?? Poder Judicial Mendoza ?? Julieta Silva lloró al dar su testimonio
Poder Judicial Mendoza Julieta Silva lloró al dar su testimonio

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