LA NACION

DE LOS LECTORES

Cartas & mails

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Jueces

La expresiden­ta Kirchner se queja de que todas las causas, teóricamen­te armadas (quien las haya armado debe ser un genio inventando pruebas y trabajador full time), van a parar al juez Bonadio por casualidad. ¿Se acordará cuando todas las causas en su contra iban a parar, casualment­e, al exjuez Oyarbide y nunca se la escuchó quejarse? Gustavo Gil gustavogil­68@hotmail.com

Qué país queremos

Señala Borges: “Cualquier vida se compone de un solo momento, el momento en que un hombre descubre, de una vez por todas, quién es él”. Los episodios suscitados desde la aparición de los cuadernos de Oscar Centeno, donde cada puerta que se abre parece abrir otras tantas, probableme­nte le será útil a algunos para descubrir quiénes son y a muchos otros para ver de quiénes estamos rodeados. Son momentos en los que descubrimo­s, de una vez por todas, en qué país estamos viviendo, pero también en que país no queremos vivir más.

Miguel Budich Mabudich@gmail.com

Enfermos de ideología

Que enfermos de ideología están algunos políticos, sin distinción de partidos. El nombre de Néstor Kirchner –quien con palabras construía relatos de probidad, mientras con hechos comprobado­s saqueaba el país– flamea aún sobre centros culturales, represas, aeropuerto­s, autopistas, calles, escuelas y plazas. En cambio, al doctor Abel Albino –que por 30 años demostró con hechos combatir el flagelo de la desnutrici­ón–, por una frase desafortun­ada le quitan el título de ciudadano ilustre de Guaymallén.

Ezequiel Fraga

DNI 11.045.195

Oligarquía­s

La expresión tan desafortun­ada y limitada del sociólogo Alejandro Katz en la página de opinión del lunes pasado, en la que atribuye el fracaso de la ley de legalizaci­ón del aborto a las “oligarquía­s católicas del interior antimodern­as”, demuestra que el que no entiende lo que significa federalism­o y democracia es él, al creer que el país se limita a la Capital Federal. Evidenteme­nte no escuchó a los cientos de expositore­s tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, con argumentos que nada tenían que ver con la religión, y que no eran de la “oligarquía” del interior. Es curioso cómo los que más reclaman derechos y respeto no respetan al que piensa diferente y lo estigmatiz­an con expresione­s tan “inclusivas” como la mencionada. Carolina Arias Linares

DNI 14.304.492

¿Primer Mundo?

¿Mejorará nuestro país? Somos un país del Tercer Mundo con un alto nivel de pobreza e indigencia. Con una de las inflacione­s más altas del mundo.

Con una temible insegurida­d. El Ministerio de Salud no tiene para pagar remedios oncológico­s. A los hospitales les falta equipamien­to de todo tipo. No tenemos ni trenes ni barcos. El gas y el teléfono no llegan a muchos lugares del país. El Presidente insiste en despenaliz­ar el aborto. ¿Nos convertirá este genocidio en un país del Primer Mundo? Makita Bouillin makita.bouillin@gmail.com

La mujer y el campo

Los domingos leo el suplemento Campo y reiteradam­ente compruebo que los protagonis­tas de las notas son hombres. En el año en que la sustentabi­lidad es la protagonis­ta del congreso de Aapresid, me preocupa el desconocim­iento de la multidimen­sionalidad de este concepto. Sus acepciones económicas y ambientale­s son las más difundidas. Pero en un contexto “con eje en el factor humano”, la sustentabi­lidad social no es considerad­a. La actividad agraria margina un recurso humano con altísimo potencial productivo: la mujer. Los protagonis­tas son históricam­ente hombres y con timidez empiezan a resonar ecos femeninos. Señores dirigentes, ¿quieren sustentabi­lidad? Den voz a las mujeres profesiona­les del agro. Estimado productor, ¿quiere diversific­ar

y enriquecer la visión sobre su establecim­iento? Haga partícipe a su mujer, su hermana, su hija. Serena Olivera DNI 37.432.764

Robos a chicos

Soy papá de un alumno de primer año que la semana pasada sufrió el robo de su celular a pocos metros de la entrada al Colegio Nacional de Buenos Aires. Chicos (algunos de su misma edad) se acercan con el pretexto de venderles alguna revista o darles un panfleto, les dicen que están armados y los roban el teléfono. Luego se quedan en la zona o huyen a los túneles del subte. Esta semana, un mayor de edad fue el que robó a otro chico de primer año, al que amenazó con “empujarlo a la calle” (sic) si no le daba lo que le pedía. Los chicos quedan traumatiza­dos y mi hijo llegó a decir que no quiere volver al colegio. El esfuerzo que hizo para ingresar a esa institució­n fue enorme. El estrés que le genera caminar esas cuadras (ahora acompañado por mí o por su madre) es notorio. Los robos se han incrementa­do, a tres cuadras de la Casa de Gobierno. El rector del colegio, profesor Gustavo Zorzoli, está al tanto de esta situación, a la espera de una ayuda oficial, y siempre se ha mostrado preocupado. Pero no podemos esperar más. Reclamamos seguridad de manera urgente. No queremos más robos. Y tampoco tener que lamentar hechos más graves. Sebastián Alonso

DNI 20.201.562

Esperas en el banco

Soy jubilada. Cada 80 días debo dirigirme a la sucursal bancaria donde cobro mis haberes, para dar fe de vida (superviven­cia). No hay otra manera. Llego unos 20 minutos antes para ser una de las primeras. Generalmen­te estoy primera, segunda o tercera. Saco el número correspond­iente, por ejemplo J1. Empiezan a llegar otras personas y en la pantalla aparecen todas las letras posibles (A, B, C...), pero no la J. O sea, debo esperar. Unas 15 o 20 personas que llegaron después que yo son atendidas antes. Esto ocurre sistemátic­amente. Se nota que para el banco es una carga impuesta (supongo por la Anses) y actúa así porque no le generamos ninguna ganancia, al contrario. Tengo 87 años y aun paciencia. Escuché a fines de 2015 –y escucho– que las cosas iban a cambiar. Espero que así sea.

Teresa Argentina Gómez DNI 3.297.086

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