Oportuna y necesaria intervención de la UIF
Resulta esencial el papel de la Unidad de Información Financiera para trazar la ruta del dinero de la corrupción, punto de partida para su recuperación
El escándalo desatado a raíz de la aparición de los cuadernos del chofer de Roberto Baratta, Oscar Centeno, puso al descubierto el mecanismo que habrían empleado durante más de una década el matrimonio Kirchner y otros funcionarios de su gobierno para recaudar enormes sumas de dinero en pos de su propio enriquecimiento de manera brutal, con la consecuente privación de distintas prestaciones del Estado para la sociedad.
Las investigaciones judiciales en curso están dando y darán lugar a un sinnúmero de actos y diligencias procesales. La tarea por delante es ciclópea y por ello la colaboración de otros organismos del Estado resulta indispensable. Tal el caso de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y de la Unidad de Información Financiera (UIF), que cuentan con bases de datos e información actualizada sobre la situación patrimonial y las transacciones financieras de quienes puedan estar involucrados en aquellos delitos contra la administración pública.
Cabe recordar que la anterior gestión de la UIF, a cargo de José Sbatella, abandonó el perfil técnico, profesional y autónomo que debe reunir este tipo de organismo y se transformó en un brazo político más del gobierno de turno, persiguiendo a políticos, periodistas, empresas o personas que no accedían a los requerimientos del poder político o disentían de las políticas gubernamentales.
Ello no solo causó perjuicios económicos y de reputación a quienes se vieron perseguidos y acosados por la UIF, sino que también les infligió un enorme daño a la credibilidad y confianza de ese organismo. Bajo la conducción de Sbatella, la UIF tuvo serias restricciones por parte de otras unidades del mundo que investigan y combaten el lavado de activos y financiamiento del terrorismo. Ninguna estaba dispuesta a compartir los resultados de sus investigaciones por temor a que estos fueran utilizados con otro fin, ajeno a la investigación. Razón no les faltó: Sbatella fue procesado por el delito de violación de secreto por haber difundido información sobre investigaciones que estaba realizando el organismo a su cargo.
En enero de 2016, la nueva conducción de la UIF, a cargo de Mariano Federici y María Eugenia Talarico, se propuso dotar a la unidad de un perfil técnico y profesional y terminar con el aislamiento internacional, objetivos que se están cumpliendo. El intercambio de información entre las unidades de inteligencia financiera fluye actualmente con total normalidad. De allí la importancia que este pueda tener en el resultado de las investigaciones.
En cuanto a las que se realizan a partir de los cuadernos de Centeno y sospechando que parte del dinero puede estar en el estado de Florida, en los Estados Unidos, la UIF entregó a la Justicia un mapeo de todos los departamentos y las cuentas que el fallecido exsecretario privado de Néstor y Cristina Kirchner, Daniel Muñoz, tuvo en Miami. La intención es lograr decomisar esas propiedades y tratar de recuperar el dinero que se sospecha es producto de coimas.
Por otro lado, y a raíz de las declaraciones del exjuez federal Norberto Oyarbide, quien manifestó públicamente que le “apretaron el cogote” para que “sacara la causa de los Kirchner”, la UIF solicitó desarchivar ese expediente que investigó el patrimonio del matrimonio presidencial por presunto enriquecimiento ilícito, sumario que finalizó con el escandaloso sobreseimiento dictado en tiempo récord por Oyarbide, en 2009. El organismo antilavado requirió a la Justicia la reapertura de la causa por cosa juzgada írrita o fraudulenta.
En colaboración con la Justicia, la intervención de la UIF puede ser decisiva para determinar la ruta del dinero, etapa indispensable para intentar recuperarlo.
La Justicia y el Ministerio Público Fiscal tienen una inmensa tarea y un enorme desafío por delante: poner fin al delirio de corrupción e impunidad presente en nuestro país.