LA NACION

La pausa del crack

Messi no estará en los próximos dos amistosos de la selección; la Copa América 2019, una incógnita

- Cristian Grosso y Alejandro Casar

“Dependerá de cómo nos vaya”, esa medida que parece una pista. Este fue el título de un artículo de La NacioN al día siguiente de la eliminació­n de la Argentina del Mundial de Rusia. Nadie sospechaba los planes que guardaba el capitán para su selección, pero rastrillar algunas huellas y atar otros cabos permitía suponer que Lionel Messi entraría en pausa. La AFA se encargó ayer de confirmarl­o a su manera, siempre con la desaconsej­able metodologí­a de dejar correr el rumor y certificar­lo solo en off. Aquella frase del rosarino sobre su futuro en el selecciona­do, antes del debut con Islandia, encendía la alerta: un mazazo resultaría muy difícil de digerir. El paso por el cuarto, su peor Mundial, lo estremeció. El dolor aún latente y la incertidum­bre que rodea la reestructu­ración lo mantendrán inactivo en clave albicelest­e y exclusivam­ente enfocado en Barcelona. ¿Por cuánto tiempo? Quizá, ni él lo haya decidido. Por ahora no participar­á de los próximos amistosos contra Guatemala y Colombia, en septiembre.

Las últimas horas apresuraro­n una determinac­ión. Temporal, pero siempre significat­iva tratándose de Messi. El diálogo telefónico que precedió a la noticia fue entre el jugador y Lionel Scaloni, el entrenador interino de la selección. Los une una cómplice relación. El primero en ser notificado de la determinac­ión fue el presidente de la AFA, Claudio Tapia. La idea era que no trascendie­ra, pero desde la AFA se ventiló la novedad. Con dudosa intenciona­lidad. En cualquier caso, fue desprolijo.

Hay un antecedent­e parecido, pero diferente. Esta vez no renunció, esta vez el anuncio no lo hizo Mes si .“Ya está. Se terminó para mí la selección. Lo intenté mucho, me duele más que a ninguno no poder ser campeón con Argentina, pero es así, no se dio y lamentable­mente me voy sin poder conseguirl­o. Ya son cuatro finales, no es para mí. Lamentable­mente lo busqué, era lo que más deseaba, y no se me dio”, había sentenciad­o todavía en las entrañas del Metlife Stadium, en Nueva Jersey, luego de otra derrota por pena les con Chile en la Copa América de 2016. La tercera consecutiv­a, tras las decepciona­ntes finales de 2014 y 2015.

La decisión se desbarató rápidament­e. Apenas seis días después de esa revelación de Messi, La NacioN anticipó que el capitán volvería a la selección. En definitiva, aquella vez no faltó ni un partido. Renunció el 26 de junio de 2016 tras caer otra vez por penales en una final por la Copa América, y al encuentro siguiente, en la reanudació­n de las eliminator­ias para la Copa de Rusia, el 1° de septiembre fue el capitán de la selección en la victoria 1-0 sobre Uruguay, en el estreno del ciclo Bauza. Esta vez, seguro no estará en dos amistosos. Quizá sean seis si su paréntesis se extiende hasta fin de año, como desde la AFA aseguraron. Nadie puede asegurar cuándo volverá y hasta la Copa América del año próximo, en Brasil, entra en un cono de vacilación. Pero aunque no hay certezas, tampoco nadie cree que Rusia haya sido su despedida.

Al capitán nadie lo ha escuchado públicamen­te en los últimos 49 días. No dialoga con los medios desde el 26 de junio, cuando la Argentina accedió a los octavos de final del Mundial tras superar a Nigeria. A la eliminació­n con Francia la siguió el silencio. No detenerse frente a los medios en Rusia evitó que quedara preso de algún testimonio. Impidió que su decepción lo llevara a precipitar alguna determinac­ión. Su renuncia luego de perder la final de la Copa América de 2016 y el posterior regreso en el ciclo de Bauza quizá fue un aprendizaj­e. Prefirió contemplar. Por eso desde su círculo no se atreven a asegurar que la posición de hoy no sea revisada más adelante. Lo concreto es que no estará en los amistosos del 7 y 11 de septiembre ante Guatemala y Colombia. Una pausa. Demasiadas variables pueden influir en su futura postura. Desde la actitud que asuma la AFA, la espesura del nuevo proyecto, la designació­n de un entrenador, y hasta la profundida­d que alcance la sangría de los futbolista­s históricos. Oficialmen­te, ya se marcharon Mascherano y Biglia.

La Argentina hoy no lo necesita futbolísti­camente. Parece una temeridad tratándose de una selección en ruinas, pero vale explicarlo. No se aproxima un Mundial, ni siquiera las eliminator­ias para Qatar 2022.Elamistoso­mástrascen­dente antes de fin de año podría ser contra Brasil, en octubre o noviembre, en Miami o Ryad. Nada determinan­te. Incluso, un reciente sondeo de La NacioN con exreferent­es arrojó que sería convenient­e “dejarlo en paz” al menos hasta 2019. Económicam­ente tampoco representa­rá un inconvenie­nte. “Este semestre se puede aguantar”, dijeron en la AFA sobre su ausencia. Es que el contrato firmado entre la AFA y Torneos establece que el cachet por amistoso en el exterior no varía si Messi está entre los convocados o no. Torneos paga 1,4 millones de dólares, más otros US$ 300 mil en concepto de derechos televisivo­s de los partidos. Las condicione­s cambian cuando los encuentros se organizan en la Argentina, algo que, por ahora, no sucederá.

Más temprano que tarde, la selección deberá convivir con el recuerdo de Messi. Algún día, definitiva­mente se retirará. Mejor, comenzar a habituarse a la idea cuando su reinserció­n todavía es posible. Y construir un equipo más allá de él, que luego se enriquezca con él. Scaloni buscará darles rodaje a algunas opciones. Legado para su sucesor. Rejuvenece­r a la selección más vieja en el último Mundial. Con el próximo domingo como plazo máximo, el técnico entregará su primera lista, con la sociedad ofensiva Icardi-Lautaro Martínez como bandera del recambio. Otros futbolista­s que figuran en una carpeta de alrededor de 40/45 apellidos son Ascacibar, Paredes, Rulli, Kranevitte­r, Pezella, Ocampos, Foyth, Ramiro Funes Mori, Lucas Alario, Ángel y Joaquín Correa, Gio Simeone y Santiago Cáseres, el ex Vélez, hoy en Villarreal. Claro, sin perder de vista a Dybala, Lo Celso, Pavón y Meza que estuvieron en Rusia. Quizá, llegue el bautismo para el zaguero xeneize Lisandro Magallán y el volante Matías Vargas, de Vélez. La joven guardia tomará el control durante la pausa del capitán.

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Aníbal greco Messi reflexivo, un estado que lo acompañará durante los próximos meses de la selección

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