En un momento inoportuno, otro conflicto con Centurión
Coudet lo relegó en el equipo, Blanco apuntó a su vida privada y Ricky se defendió... y atacó
Primer acto: Ricardo Centurión, una de las figuras de Racing, fue al banco de suplentes en el estreno de la Academia en la Superliga, como visitante de Atlético Tucumán. En la conferencia de prensa posterior, Eduardo Coudet, el DT de la Academia, desmintió una versión que supuestamente explicaba la ausencia de Centurión. “No fue por ningún problema físico. Fue una decisión táctica mía. Lo analicé así y creí que era el mejor equipo para este partido”, declaró el director técnico, que cuatro días antes había explicado que ante River había reemplazado al mediocampista porque estaba acalambrado: “Si no, nunca sacaría a un jugador tan desequilibrante”. Al siguiente juego, lo dejó en el banco.
Segundo acto: en el mediodía del martes, cuando crecía la duda de por qué el exjugador de Boca había sido suplente en el 2 a 2 en Tucumán, el propio presidente racinguista, Víctor Blanco, se encargó de develar el misterio. “Centurión tiene que cumplir profesionalmente con el club todo el día y toda la noche, no solo durante los 90 minutos. Tiene que cuidar su imagen porque es un profesional, no cobra como un empleado. Nosotros lo necesitamos al 100%”, dijo el directivo, que además confirmó lo que hasta ese momento era una versión: que Centurión “no llegó de la mejor manera” a la práctica del sábado anterior. En declaraciones al programa partidario Esto es
Racing, Blanco dejó una frase fuerte, suficiente para avivar una polémica: “Cometió un error. Pasará a la parte de Legales y se le aplicará la sanción que corresponda. No hablé con él. Las adicciones son adicciones. Hay que ser responsable: si tomás o te acostás tarde, al otro día no rendís”.
Tercer acto: un par de horas después de las declaraciones del presidente, Centurión salió a contestarle por Radio Continental. “Me sorprendió lo de Víctor. Primero tiene que pensar que si quiere cuidarme, debe hablar de estos temas conmigo, a solas. No decirlo en público. Porque mi apellido enseguida toma repercusión. Salgo a aclarar que es totalmente mentira. Si es lo contrario, que lo prueben. Es feo, porque no nos cuidamos nosotros mismos. Pero otra vez pasará”, aseguró el mediocampista.
Y precisó: “El sábado fui a entrenarme a la hora en que había que presentarse. Tenía una molestia en el isquio. No sé quién instaló ese rumor. La verdad es que no salí. El técnico no me puso y lo respeto. No entiendo por qué se habla de otras cosas”. Sobre Coudet, declaró: “Chacho debe de estar enojado porque tiré la botella el otro día. Pero no fue con él, tampoco, el enojo. No me dio explicaciones. Yo me enteré cuando teníamos que salir hacia la cancha de Atlético Tucumán. Me sorprendió porque venía siendo titular, pero ya pasó. Puse la mejor cara para dar ánimo a mis compañeros en el partido”.
Esta es la historia de cómo Racing se generó una polémica cuando apenas van dos partidos de la temporada 2018/2019. Justo cuando empieza la Superliga y prepara el partido de vuelta de los octavos de final por la Copa Libertadores, contra River, el humor no es el mejor, ni mucho menos, en la porción blanca y celeste de Avellaneda. Cuando parecía que los ánimos se acomodaban luego de una pretemporada larga y cargada de rumores, otra vez apareció en la agenda una interna.
En la noche del lunes, con el empate del conjunto tucumano aún fresco, Centurión subió a su cuenta de Instagram una historia que luego borró: “Voy a demostrar que puedo ser titular pero ante todo está el respeto a mis compañeros, esto recién empieza”. En Twitter, en tanto, optó por un mensaje más positivo: “Desde donde esté y en el lugar que esté, la vida por el grupo. Los demás son segundo plano”. Tampoco se había contenido el jueves pasado, cuando Coudet decidió reemplazarlo a falta de 15 minutos en el enfrentamiento de ida con River: después de mostrar con algunos gestos su fastidio, revoleó una botella de agua al llegar al banco de los suplentes.
Algo ya venía cocinándose en Racing. Pero en lugar de apagar el fuego, su presidente destapó una olla de la que emana olor a rancio, y en el momento menos indicado.