Arrestan por homicidio a ocho prefectos
Un joven fue asesinado tras eludir un control vial
Cuando la policía llegó hasta Ancaste y Monteagudo, donde una camioneta utilitaria acababa de chocar, advirtieron que el vehículo tenía impactos de bala y que dentro había un hombre joven, gravemente herido. Su primera hipótesis fue que podía haber sido víctima de un intento de robo. Pero muy pronto, una cámara de seguridad de esa zona de Nueva Pompeya aportó la clave para orientar la investigación. La filmación registró el arribo al lugar de un auto no identificable del que descendieron varios prefectos que se acercaron hasta la camioneta, miraron hacia su interior y se fueron sin llamar a una ambulancia para que socorriera al herido ni dar aviso a la Justicia o a sus superiores. La víctima del hecho, Cristofer Rego, murió poco después en el Hospital Penna. Tenía 26 años y había sido padre por primera vez hacía 40 días.
El hecho sucedió el domingo pasado a las 2.30 y en las últimas horas el fiscal porteño Daniel Pavlovsky pidió la detención de ocho efectivos de la Prefectura, efectivizadas por detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad. Los sospechosos ya fueron separados de sus cargos y se inició el proceso de su expulsión de la fuerza de seguridad federal.
“Este fue un hecho de gatillo fácil”, dijo a la nacion Leandro Palazzi, amigo de la víctima. Hace una semana, Rego, al que todos conocían como Bocha, le había comprado la camioneta Peugeot Partner a la familia Palazzi. Tenía el boleto de compraventa, pero todavía no había hecho la transferencia. Estaba previsto que haría el trámite el pasado lunes, pero el disparo de un prefecto terminó con su vida un día antes.
Hasta la madrugada del domingo, Rego estaba con su mujer y con su hijo Bastián, de solo 40 días. Un amigo le pidió que lo llevara a la casa. Cuando regresaba por la avenida Almancio Alcorta, a la altura de la villa Zavaleta, Bocha se topó con un control de la Prefectura.
“Pensamos que como aún no tenía los papeles de la transferencia se asustó y giró en U para irse, pero en Monteagudo y Ancaste se le paró en medio de la calle un prefecto; él lo esquivó, pero igual le disparó. Uno de los proyectiles le dio en el mentón y otro le ingresó por la espalda, con orificio de salida. Después de los disparos, Bocha siguió unos metros más hasta que se desvaneció y chocó contra una Fiat Ducato que estaba estacionada”, explicó el amigo de la víctima.
La prueba: una grabación
Según informaron fuentes policiales, después de los disparos, los prefectos se fueron. El personal de la comisaría vecinal 4B de la Policía de la Ciudad, que llegó alertado por el choque, pensó que el joven que agonizaba en la camioneta había sido víctima de un intento de robo de su vehículo. Los uniformados pidieron con urgencia una ambulancia del Servicio de Atención de Emergencia Médica (SAME), que trasladó al joven herido hasta el Hospital Penna, donde falleció.
“En un primer momento se pensó que se había tratado de un intento de robo. Como la víctima no tenía antecedentes penales se descartó una venganza o un ajuste de cuentas. Pero todo cambió cuando se obtuvo el video y se logró ubicar en la escena del hecho a personal de la Prefectura Naval”, afirmaron fuentes de la investigación.
Según Palazzi y Jorge Rego, padre de la víctima, en el video aportado por una empresa de transporte de encomiendas se observa al personal de la Prefectura descender de un auto particular; después de mirar a Rego, que estaba gravemente herido dentro del coche, los prefectos se dedicaron a juntar las vainas servidas de la calle.
“Está claro que el que disparó fue uno de los ocho. Pero los demás ayudaron a encubrir”, sostuvo una fuente ligada con la investigación.
Apartados de la fuerza
“El director de Violencia Institucional, Daniel Barberis, junto con la conducción de la Prefectura Naval Argentina, encabezada por el prefecto general Eduardo Scarzello, informa que se ha tomado la determinación de retirar del servicio a los ocho prefectos que están detenidos e incomunicados por la Justicia y que se ha comenzado el proceso de exoneración de la fuerza, que es la más alta sanción aplicable”, se explicó en un comunicado de prensa del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Fuentes oficiales explicaron que la decisión de exonerar a los prefectos se tomó más allá de la causa judicial porque al consultar las autoridades sobre el episodio se comprobó que los uniformados no habían informado a sus superiores ni efectuado un reporte.
Los prefectos exonerados fueron identificados en el comunicado de prensa como Leandro Díaz Guevara, Jaqueline Acosta, Javier Fernández, Pablo Brítez, Cristian López, Rubén Viana, Lucila Carrizo y Mariano Paredes.
“Era un pan de Dios y ahora no está más. Quiero justicia, que pague el que mató como un perro a mi hijo. Fue un caso de gatillo fácil”, sostuvo, ahogada por el llanto, Alejandra, la madre de la víctima, en una entrevista con el canal de noticias Crónica.
En un comunicado de prensa, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) afirmó: “El Ministerio de Seguridad de la Nación es directamente responsable de los altos niveles de violencia policial que se registran en la zona sur y debe tomar medidas al respecto con urgencia. En la zona de Barracas y Parque Patricios las intervenciones violentas de la Prefectura son cotidianas, y el ministerio a su cargo no hace nada para prevenirlas”.