En la era de Trump, los demócratas apuestan por la diversidad
En las primarias respaldaron a una candidata transexual y a una musulmana de origen somalí; los republicanos cierran filas detrás de la ideología del presidente
WASHINGTON.– Las primarias de Estados Unidos se convirtieron en otro reflejo de la polarización del país de cara a las elecciones de medio término de noviembre próximo. Mientras los demócratas optan por la diversidad y respaldaron a la primera candidata transexual para ser gobernadora, los republicanos rechazaron a un miembro de la vieja guarda y cierran filas detrás de la ideología de Donald Trump.
En su búsqueda por intentar arrebatar a los republicanos el control del Congreso, los electores demócratas apostaron por las mujeres y las minorías en las primarias que se celebraron ayer en cuatro estados.
En Vermont, respaldaron a la primera mujer transexual que optará al cargo de gobernadora, Christine Hallquist; en Minnesota, a Ilhan Omar, que podría ser la primera somalí-norteamericana del Congreso, y en Connecticut nominaron a Jahana Hayes, una maestra que podría convertirse en la primera mujer afroestadounidense en el Congreso estatal.
Además, la semana pasada, la musulmana Rashida Tlaib ganó las internas demócratas en el estado de Michigan, que tiene una de las comunidades musulmanas más grandes de Estados Unidos.
Por el lado de los republicanos, hay muestras de que Trump afianzó su control dentro del partido.
Tim Pawlenty, que fue gobernador de Minnesota en dos mandatos y una de las caras más críticas hacia el presidente, fue derrotado en su intento de regresar a la política.
Después de la votación, Pawlenty resumió lo sucedido. “El Partido Republicano ha cambiado”, dijo a los periodistas. “Esta es la era de Trump, y simplemente no soy un político de Trump”.
Pawlenty se convierte así en el último político castigado por el partido por oponerse al presidente.
Se une a varias estrellas emer- gentes que incluyen, entre otros, al exgobernador de Florida Jeb Bush y a los senadores Jeff Flake y Bob Corker. Todos ellos hablaron en contra de Trump durante la campaña de 2016: perdieron, fueron marginados o se vieron forzados a jubilarse como resultado directo de esa decisión.
En general, casi todos los estados del país han optado por los candidatos del presidente.
En Wisconsin, el gobernador Scott Walker, que recibió el respaldo de Trump esta semana, buscará la reelección por tercera vez.
El politólogo Paul Waldman escribió en una columna en el diario The Washington Post que la elección de ayer dejó en claro dos visiones distintas de país.
“Lo que tenemos aquí es un Partido Demócrata que abraza una visión de un Estados Unidos más diverso, tanto porque se beneficiará
de ello políticamente como porque sus miembros ven esa diversidad como algo intrínsecamente bueno. Y tenemos un Partido Republicano que piensa que el futuro está en el aumento de las restricciones a la inmigración, en más deportaciones y en un país menos diverso, tanto porque se beneficiaría políticamente como porque sus miembros ven ese futuro como algo intrínsecamente bueno”, escribió.
Sin embargo, para el diario The New York Times la estrategia de los demócratas puede ser algo riesgosa ya que en vez de apostar por un mensaje más unificado o una estrategia nacional, el partido está dejando que los candidatos decidan su propia agenda.
El problema es que, de acuerdo con el diario, durante por lo menos los últimos 20 años siempre que uno de los partidos logró el control de la Cámara, lo hizo con algún tipo de mensaje unificador o tono. En 1994, los republicanos ganaron con su “Contrato con Estados Unidos”, un plan legislativo de diez puntos. En 2006, los demócratas cambiaron la Cámara con una plataforma legislativa que llamaron “Seis para 2006”.
Además de las distintas estrategias de ambos partidos, otro aspecto que dejó la elección es un récord de candidatas mujeres en todos los niveles.
Según el Centro para Mujeres y Política de la Universidad de Rutgers, hasta el momento 198 mujeres ganaron las primarias para la Cámara de Representantes; 19 se impusieron en las primarias para el Senado, y 13 lograron victorias en las primarias para gobernador. Fueron niveles récord y en todos los casos, al menos el doble de las candidatas son demócratas.
De todos modos, aunque los demócratas ganen, el grupo más sobrerrepresentado en la política seguirá siendo el de los hombres blancos, que representan alrededor del 30% de la población norteamericana.
“Todavía hay un largo camino para que el Congreso se parezca al Estados Unidos real”, escribió Waldman.
A pesar de que los demócratas respaldaron ayer a candidatas mujeres, también recurrieron a hombres blancos de mediana edad para postularse para gobernadores en algunos estados del Medio Oeste.
En Wisconsin, el partido nominó a Tony Evers, el superintendente de escuelas estatales, de 66 años, para enfrentarse al gobernador republicano, Scott Walker. Y en Minnesota, los demócratas se unieron al representante Tim Walz, de 54 años, que se desplazó hacia el centro político para ganar la nominación del partido a gobernador.
En Vermont, los demócratas eligieron también a Bernie Sanders, que no ha descartado volver a participar en la carrera a la Casa Blanca en 2020, para un tercer mandato en el Senado. Pese a su triunfo, se espera que el socialista, de 76 años, rechace la nominación para presentarse como independiente.