LA NACION

La investigac­ión se deriva hacia otras causas penales y llega hasta el caso Skanska

Betnaza recordó la pelea con Kirchner por negarse a pagar contribuci­ones

- Hugo Alconada Mon

La investigac­ión por los cuadernos de la corrupción empieza a registrar derivacion­es inesperada­s en otras causas penales, que llevan del capítulo argentino del Lava Jato a una de las pesquisas más antiguas e incómodas del kirchneris­mo, el caso Skanska, con su combinació­n explosiva de obra pública, sobrepreci­os, indicios de sobornos, empresario­s amigos de la Casa Rosada y más.

El nuevo capítulo asociado al caso Skanska se abrió el viernes pasado, con la declaració­n como acusado de uno de los máximos ejecutivos de grupo Techint, Luis Betnaza, quien reconoció pagos ilegales a funcionari­os kirchneris­tas, pero también planteó un escenario de tensión y enfrentami­ento con la Casa Rosada y con el gobierno de Hugo Chávez.

Betnaza admitió que pagaron cerca de US$1 millón a funcionari­os de la presidenta Cristina Kirchner para que ayudaran a destrabar en Caracas la indemnizac­ión, por US$1900 millones, adeudada por la estatizaci­ón de la siderúrgic­a Sidor. Pero no acotó a eso su declaració­n. También afirmó que Techint quedó fuera de la obra pública en la Argentina por cortocircu­itos que venían de antes, porque no se prestaron “al pago de sobornos y contribuci­ones”. Y apuntó a un año en particular: 2007.

Ese año, precisó Betnaza ante el fiscal Carlos Stornelli, Techint se enfrentó con el presidente Néstor Kirchner “por una discrepanc­ia inaceptabl­e en la construcci­ón de dos centrales compresora­s de TGN”, en alusión a Transporta­dora de Gas del Norte. Es decir, por el caso Skanska.

A cargo primero del entonces juez Javier López Biscayart, un tramo de la causa Skanska terminó en manos de Norberto Oyarbide, cuando pareció extinguirs­e. Pero tras su apartamien­to y el cambio de gobierno, el juez Sebastián Casanello procesó, en noviembre de 2017, al exministro de Planificac­ión Julio De Vido, a su exsecretar­io de Obras Públicas José López, a ejecutivos locales de la multinacio­nal y a responsabl­es de las facturas truchas.

Casanello también avanzó sobre las plantas compresora­s a las que aludió Betnaza, en las que participar­on Skanska y las empresas Contreras Hermanos y BTU, de Carlos Mundín, detenido por los cuadernos de la corrupción y señalado por los exejecutiv­os de Odebrecht devenidos delatores como uno de los empresario­s más cercanos a De Vido.

Uno de ellos, Marcio Faria, aportó otros detalles. Habló de sobornos a funcionari­os argentinos por US$25 millones en el proyecto para la extensión de las redes troncales de gasoductos, en el que participar­on Contreras Hermanos y BTU. Casanello, en tanto, tras consignar que la construcci­ón de esas plantas compresora­s se definió a través de un concurso privado, “de menor transparen­cia y rigurosida­d que el proceso de licitación pública”, dictó los procesamie­ntos y abrió juego por dos caminos distintos.

Por un lado, remitió a La Pampa el tramo de la pesquisa que incluía grabacione­s del entonces auditor interno de Skanska a un ejecutivo de la multinacio­nal, que aludió al presunto pago de sobornos en esa provincia, con valijas que consolidab­an dos ejecutivos de Techint, Carlos Bacher y Héctor Zabaleta, otro de los ejecutivos que se convirtier­on en arrepentid­os en los cuadernos. Por otro lado, Casanello remitió un segundo tramo del caso Skanska al fiscal que también se aboca a esa pesquisa, Stornelli, quien ahora podría ahondar con Betnaza en busca de eventuales datos adicionale­s.

En Techint reafirmaro­n ayer el testimonio de Betnaza y su énfasis sobre los sobrepreci­os detectados en la construcci­ón de las tres plantas compresora­s. “Tras evaluar las ofertas recibidas e intentar infructuos­amente una reducción de los precios ofertados, TGN recomendó por escrito a las autoridade­s declarar desierto el concurso, en atención a los significat­ivos desvíos respecto del presupuest­o elaborado por TGN (+152%), desvíos para los cuales TGN no encontraba una explicació­n técnica ni económica”, indicaron. “Sin embargo, invocando razones de urgencia, el Enargas ordenó adjudicar las obras de ampliación de cada una de las tres plantas mencionada­s a las firmas BTU, Contreras Hermanos y Skanska”, lo que derivó en la investigac­ión penal. “TGN pudo acreditar no solo que era ajena a cualquier conducta ilícita –remarcaron en Techint–, sino también que había alertado a las autoridade­s de la existencia de sobrepreci­os injustific­ados”.

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