LA NACION

El cine, un amuleto artístico en el que brilló y también defraudó

Películas. En paralelo con su carrera musical, la diva participó de films inolvidabl­es y de los otros

- María Fernanda Mugica

Madonna tenía claro desde joven que quería ser una estrella. Como bailarina y cantante consiguió entrar al mundo del espectácul­o y hacerse famosa. Pero, a fines del siglo XX, para ser una verdadera estrella había que actuar en cine.

Hay una idea general de que Madonna no es una buena actriz y de que su paso por el cine fue fallido, aunque no es tan así. En ciertas películas su desparpajo y sentido del humor le permiten brillar; en otras, no le alcanzan el talento ni el oficio.

Años antes de hacer su debut discográfi­co, la cantante ya había trabajado en una película independie­nte, A Certain Sacrifice, que no tuvo ningún impacto, ni siquiera cuando los productore­s la estrenaron aprovechan­do la primera ola de fama de la protagonis­ta.

Se puede considerar que el verdadero debut cinematogr­áfico de Madonna es con Buscando desesperad­amente a Susan, uno de sus mejores trabajos como actriz.

No tuvo tanta suerte con Shanghai Surprise, la película ambientada en los años 30 en la que interpretó a una misionera y compartió cartel con Sean Penn, quien fue su marido. La crítica fue inclemente, pero tampoco señaló a la cantante como culpable por el desastre.

¿Quién es esa chica?, de 1987, volvía a mostrar a Madonna en un personaje más cómodo para ella. Y al borde de los 90 con Dick Tracy dio un salto cualitativ­o por tratarse de una producción ambiciosa, que ganó el Oscar a Mejor Dirección de Arte, a Mejor Maquillaje y a Mejor Canción por “Sooner or Later” cantada por la propia Madonna en la película. Con Sombras y niebla, Madonna tuvo la oportunida­d de trabajar con Woody Allen.

Su siguiente trabajo en el cine fue Un equipo muy especial, otro de sus grandes aciertos como actriz. A ese gran papel en una muy buena película le siguió uno de sus peores trabajos en el cine, El cuerpo del delito, film que protagoniz­ó junto con Willem Dafoe. Se trataba de un thriller erótico, un subgénero muy de moda en los 90, que encajaba perfecto en la etapa del disco Erótica y el libro Sex de la cantante. Tras Juegos peligrosos, de Abel Ferrara, que no resultó una buena experienci­a para la actriz, Madonna tuvo aparicione­s divertidas en Humos del vecino y Cuatro habitacion­es, trabajo que le valió el premio razzie a Peor Actriz de reparto.

Luego llegó su papel de Eva Perón en Evita, el musical de Alan Parker que trajo a la diva a la Argentina. Durante su etapa británica, que incluyó matrimonio con Guy ritchie, Madonna hizo la fallida Una pareja casi perfecta. Pero fue su colaboraci­ón con quien entonces era su marido la que terminó de enterrar su carrera como actriz. Insólito destino, dirigida por ritchie, fue un fracaso de taquilla y destrozada por la crítica. Aunque se la vio en Otro día para

morir, la película de James Bond para la que hizo el tema principal, Madonna parece haber dejado de lado su faceta como actriz. Aunque sigue ligada al cine y se convirtió en directora, con dos largometra­jes, Filth and Wisdom y W.E., el romance del siglo. Ahora está preparando Taking Flight, una película basada en las memorias de la bailarina Michaela DePrince. Ya lo sabemos, Madonna no se rinde, se reinventa.

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Arquette y Madonna, en los 80

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