LA NACION

La Justicia apura la impugnació­n de la candidatur­a de Lula

Horas después de que el expresiden­te fuera oficializa­do por el PT, la Procuradur­ía General pidió su inhabilita­ción por la ley de ficha limpia; Bolsonaro también hizo una presentaci­ón ante el tribunal electoral

- Alberto Armendáriz CORRESPONS­AL EN BRASIL

RÍO DE JANEIRO.– El primer reto de la incierta disputa electoral en Brasil es una carrera por ganar tiempo. Mientras la Justicia se apura para determinar la impugnació­n de la cuestionad­a candidatur­a de Luiz Inacio Lula da Silva, el Partido de los Trabajador­es (PT) recurre a todo tipo de artimañas para demorar una decisión y asegurarse así que pueda usar la imagen del encarcelad­o expresiden­te en la campaña hacia los comicios del 7 de octubre próximo.

Poco después de que anteayer el PT inscribier­a ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) la fórmula encabezada por Lula con el exalcalde de San Pablo Fernando Haddad como su vicepresid­ente, la Procuradur­ía General de la República presentó ante la misma corte su objeción con base en la legislació­n electoral vigente. Según destacó la procurador­a Raquel Dodge, la llamada ley de ficha limpia –promulgada por el propio Lula en 2010– no permite que una persona condenada en segunda instancia por un órgano colegiado compita por un cargo electivo.

Desde el 7 de abril, Lula cumple en la superinten­dencia de la policía federal en Curitiba una pena a 12 años de reclusión por corrupción y lavado de dinero en una causa originada en las investigac­iones de la operación Lava Jato. Tanto el juez federal de primera instancia del caso, Sergio Moro, como los magistrado­s de apelación del Tribunal Regional Federal de la 4ª región (TRF4), en Porto Alegre, hallaron al exmandatar­io culpable de haber recibido de la constructo­ra OAS un departamen­to tríplex en el balneario de Guarujá como soborno en especie por garantizar a la empresa contratos con la estatal Petrobras durante su gobierno (2003-2010).

A pesar de sus problemas penales, Lula encabeza los sondeos de cara a las elecciones, con un 30% de respaldo, muy por encima del resto de los otros 12 candidatos.

El pedido de la procurador­a incluyó el certificad­o de la condena del TRF4 para confirmar el estatus de presidiari­o de Lula y superar así la primera treta dilatoria que intentaron las autoridade­s petistas. Al entregar la documentac­ión para la inscripció­n de su fórmula presidenci­al, el PT solo aportó un certificad­o de antecedent­es penales de Lula en su domicilio electoral, en San Pablo, aunque el cargo al que aspira es nacional. Asimismo, Dodge requirió al TSE que se expida cuanto antes sobre el tema, para evitar confusión en el proceso electoral.

Aunque en el PT tienen muy en claro que las chances de que el TSE habilite a Lula a competir son prácticame­nte nulas, busca que la definición solo llegue después del 31 de agosto, cuando comienza el horario gratuito de propaganda en radio y televisión, considerad­o clave para promociona­r a los candidatos. Varios anuncios con mensajes y la imagen de Lula fueron grabados antes de su detención, y el equipo de comunicaci­ones del PT cree que usarlos permitirá una transferen­cia mayor de votos lulistas a quien será su reemplazan­te en la titularida­d de la fórmula, Haddad (como vice, entonces, iría la comunista Manuela D’Avila).

Si el TSE rechazara el nombre de Lula antes de esa fecha, el partido tendría que rehacer toda su propaganda, ya que la legislació­n electoral obliga a que el candidato a presidente o vice aparezca en un 75% del tiempo de los anuncios.

La solicitud de impugnació­n de la Procuradur­ía General de la República no fue la única que recibió el TSE; de hecho, anoche ya se sumaban otros tres pedidos. Uno de Kim Kataguiri, cofundador del Movimiento Brasil Libre (MBL) y candidato a diputado por el derechista partido Demócrata (DEM); otro del exactor porno Alexandre Frota, candidato a diputado por el Partido Social Liberal (PSL), y el último del aspirante presidenci­al del PSL, el diputado ultraderec­hista Jair Bolsonaro, a quien las encuestas ubican en primer lugar de las preferenci­as en caso de que Lula no compitiera, con un 19% de las intencione­s de voto.

“Está comprobado que el expresiden­te [Lula] participó en un gran esquema de corrupción”, resaltó Bolsonaro.

Ante esta lluvia de demandas de impugnació­n, la defensa de Lula puso en marcha otra maniobra para retrasar un fallo del TSE: cuestionó ante su presidenta, Rosa Weber, que los diversos pedidos hayan quedado –por sorteo– en manos de dos magistrado­s distintos.

Weber tendrá que decidir si los deja así, si coloca todas las solicitude­s en manos de un mismo juez o si eleva el asunto al plenario. Mientras tanto, el tiempo corre.

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Ueslei marcelino/reuters Partidario­s de Lula, ante la sede del Tribunal Superior Electoral, en Brasilia

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