El consumo masivo terminará el año con una caída de 1,2%
Kantar y Ecolatina lo adjudican a la mayor inflación y la caída del salario real
El consumo masivo pasó a un segundo plano en los últimos tres años, luego de ser el motor de la economía por casi una década. Pero si bien a comienzos de año parecía que el sector iba a crecer en 2018, finalmente las proyecciones apuntan a una caída del 1,2%, afectado por el aumento de la inflación y la caída del salario real.
En marzo, las consultoras Kantar Worldpanel y Ecolatina proyectaron en un trabajo conjunto que el consumo masivo iba a finalizar el año con un incremento del 0,7%, pero en mayo recalcularon la estimación a una baja de 0,5%. Este mes, sin embargo, ajustaron de nuevo a la baja otros 0,7 puntos porcentuales. El informe, además, se realizó entre fines de julio y principios de mes, antes del nuevo salto del tipo de cambio, cuando el precio del dólar aumentó de $28 a $30, lo que podría provocar una mayor suba de precios.
“La proyección del año se ve afectada principalmente por la caída del salario en términos reales –crecen debajo de la inflación– y su fuerte impacto en la base de la pirámide. En los últimos cinco años en la Argentina, siempre que el salario perdió poder de compra, el consumo masivo se vio inmediatamente afectado”, puntualizó Federico Filipponi, director comercial de Kantar Worldpanel Argentina.
“Un hogar de nivel bajo inferior –el 17% de los hogares argentinos– destina el 57% de su ingreso a consumo masivo. Si sus ingresos crecen debajo de la inflación, su único camino es consumir menos productos básicos”, agregó.
Por su parte, Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, explicó que “la proyección empeoró por el significativo deterioro del contexto macroeconómico: al salto cambiario y de las tasas de interés, le siguió la aceleración de la inflación y el ingreso a una recesión, que va a durar por lo menos hasta comienzos de 2019. En términos de poder adquisitivo, la reapertura de paritarias evita un escenario de fuerte caída del salario real en el sector privado formal, pero no en el sector público nacional. Por último, las perspectivas de creación de empleo son magras –y empeoraron– y hay riesgo de pérdidas –aunque acotadas– de puestos de trabajo en algunas actividades”.
Mientras que en el primer semestre del año el consumo masivo cerró con un crecimiento inferior al 1%, para el tercer y el cuarto trimestre se proyectan caídas de 2,7% y 3,1%, respectivamente. “Adicional a las malas expectativas macroeconómicas, se agrega que el segundo semestre compara con el mejor momento de 2017, y esto hará mayor el impacto”, expresó Filipponi.
Las industrias que más caída en ventas tendrán son bebidas, productos de cuidado personal y lácteos, que son los productos que más sufren en momentos de crisis porque son los más reemplazables, ya que se puede elegir tomar agua y comer galletitas. El consumo de champú, desodorante y cremas faciales también es más sacrificable por ser productos de ticket alto, según explicó Kantar. Por otro lado, alimentos, infusiones y productos de cuidado del hogar son los que menos sufrirían una caída.
La recuperación del consumo, en tanto, se espera para no antes del segundo trimestre del año próximo, pero dependerá esencialmente de dos factores: que la economía vuelva a crecer –impulsada en un principio por el campo si las cosechas de trigo, soja y maíz son favorables– y que la inflación se desacelere y permita algo de recuperación en el salario real.
“Un mejor clima financiero también es un punto no menor. Es importante para el tema de estabilidad cambiaria, que da más chances a que la inflación vuelva a la velocidad crucero de 2% mensual, que permitiría que los salarios dejen de perder contra la suba de precios”, indicó Sigaut Gravina.
El año pasado, el consumo masivo también había estado golpeado, pero por otro motivos: la mayor cantidad de créditos hipotecarios otorgados, el aumento de viajes al exterior y el incremento de patentamientos de autos y motos. El sector había sido desplazado a un segundo plano en pos de un mayor consumo de bienes durables.