El fin de una era La ITF aprobó el cambio de formato en la Davis: busca atraer a las estrellas y potenciar el negocio
En Orlando, se aprobó el cambio de formato propuesto por la empresa dirigida por el futbolista Piqué: US$3000 millones por 25 años
La Copa Davis murió. Y renació. Se terminaron ciento dieciocho años de historia. Se consumió una etapa que supo ser maravillosa, pero que en los últimos tiempos había perdido cierto brillo y reclamaba a gritos una renovación, sobre todo porque las mejores raquetas del tour le daban la espalda. En un día histórico, se aprobó el cambio de formato de la competencia por equipos más tradicional, fundada por Dwight Davis. La asamblea de la Federación Internacional de Tenis realizada en el hotel Ritz-Carlton de Orlando respaldó el ambicioso proyecto de la compañía Kosmos y de su multifacético director, Gerard Piqué, futbolista de Barcelona. Para que la reestructuración se pudiera concretar se necesitaban los dos tercios de los votos, pero finalmente esa cifra se superó (71,43%).
“Este nuevo evento se convertirá en un auténtico festival del tenis y el entretenimiento que será más atractivo para los jugadores, fans, patrocinadores y cadenas de televisión”, celebró el presidente de la ITF, David Haggerty, que en la elección se jugaba mucho más que un cambio deportivo. La contienda política dominó el lujoso resort. Eufórico, el hombre que asumió en septiembre de 2015 poniéndole fin a los 16 años del italiano Francesco Ricci Bitti como presidente, se abrazó con Piqué. El defensor jugó el miércoles en el Camp Nou ante Boca por la Copa Joan Gamper y, con permiso del club, voló especialmente a Florida. Llegó y fue el primer orador de la jornada más importante de las cuatro que tuvo la reunión de los dirigentes.
“Estamos convencidos de que el acuerdo ratificado por las naciones garantiza el futuro de la Copa Davis y el desarrollo del tenis a todos los niveles”, comunicó Piqué. El compromiso de la ITF con su empresa es por 25 años a cambio de 3000 millones de dólares, una cifra impactante que terminó seduciendo, especialmente, a las federaciones de países con limitaciones económicas. Australia, Gran Bretaña y Alemania, tres de los cinco países “ricos” que contaban con doce votos cada uno, le dieron la espalda al cambio. No así EE.UU. y Francia.
La Asociación Argentina de Tenis, como todos los integrantes de la Confederación Sudamericana de Tenis (Cosat), apoyó el cambio. En representación de la AAT estuvieron Mariano Zabaleta, vicepresidente 1º, y Marian Morea, vocal. “Acá no se debatió si la Copa Davis se ama o no se ama. Eso está claro: amamos la Davis, todos los exjugadores de la nueva conducción la jugamos. Acá lo que se intenta es cambiar el formato para que sea mucho más redituable, para que haya premios de primer nivel que ayuden al desarrollo del tenis y a las federaciones”, le dijo Zabaleta a la nacion, desde Orlando.
La AAT, como las otras federaciones, recibirá distintos montos de dinero por la participación en la Copa Davis, destinados a programas de desarrollo . Una suma que se incrementará dependiendo de los resultados del equipo. En total, la AAT recibiría un mínimo de US$ 500.000 y, los jugadores, US$ 600.000. En todos los casos son cifras muy superiores a las que solía entregar la ITF. “Me gustaría que la gente del tenis pudiera tener acceso a todo lo que se evaluó durante estos cuatro días –amplió Zabaleta–. Así entendería que el sistema actual no está funcionando desde hace años. Los mejores no juegan; después de ganarla, no quieren más. Entonces, apareció una empresa para cambiar el formato con una propuesta muy interesante. No se está liquidando la Davis. Charlamos con los jugadores y los dirigentes antes de tomar una decisión y la mayoría estaba de acuerdo. Además de eso, nosotros, por ejemplo, el mes pasado no teníamos dinero para pagar los sueldos y ahora tendremos un incremento vía ITF para el desarrollo y podremos proyectar programas. Los países de Sudamérica necesitábamos ese apoyo”.
El detrás de escena
La asamblea de la ITF tuvo un muchos condimentos políticos. Por lo pronto, votaron 118 países (422 votos, secretos y electrónicos). La discusión sobre la flamante estructura de la competencia estaba en el quinto lugar en el orden del día, pero por su importancia –y por la ansiedad– se modificó y se adelantó al segundo lugar. Luego de Piqué (fue el primer discurso, desde las 8.20 de la mañana de Orlando), expusieron los distintos dirigentes y hubo palabras muy duras. Se discutieron actitudes y políticas. Se acusó a Australia de tratar de boicotear la “nueva Davis” por tener un interés económico debido al acuerdo que posee con la ATP (la Copa del Mundo por equipos desde 2020 y en su mismo país, antes del Grand Slam, con un formato similar a la Copa del Mundo que se hizo en Düsseldorf desde 1978 a 2012, con 24 naciones, US$ 15 millones en premios y puntos para el ranking ATP).
Aquellos que conocen la cocina de la ITF contaron que el tironeo se acarrea desde la elección presidencial de 2015, cuando Haggerty le ganó por 200 votos a 192 al indio Anil Khanna. Pese a perder, este dirigente es miembro de la mesa chica actual, pero creen que “trabaja” en su beneficio, aspirando a reemplazar a Haggerty en la elección de 2019. Sin embargo, la forma con la que se resolvió la votación no solamente fue un paso decisivo para la Copa Davis, sino que implica una “casi segura” reelección de Haggerty.
“Fue una votación rápida, pero con una previa muy dura. Hubo exposiciones que apuntaron a apoyar o rechazar la propuesta pero con argumentos que fueron mucho más allá de lo deportivo. Creo que la aprobación del nuevo formato es un paso significativo para fortalecer la posición de la ITF como ente rector del tenis y apoyar una competencia que puede ser relevante para contribuir para el desarrollo. Es, sin dudas, un paso adelante”, sentenció Armando Cervo ne, ex presidente de la AAT y miem brod el Comité de Copa Da vis dela ITF hasta 2019.
En las horas previas, algunos dirigentes se mostraron temerosos de que si el “negocio” no funciona como proyectan, la firma Kosmos abandone su compromiso. Pero para asegurarse de que ello no suceda, la ITF le exigió al grupo que deposite una mayoría de los 3000 millones de dólares en una cuenta de garantía de cumplimiento.
Mientras muchos celebraron el cambio, otros tenistas actuales y retirados inundaron las redes sociales manifestando tristeza y bronca. “Vender el alma”, escribió el francés Yannick Noah. “Aquí yace la Copa Davis. 1900-2018”, fue la imagen que publicó David Nalbandian en Twitter. Algo está claro: la Copa Davis murió. Y renació.