La historia de un volver a empezar
BUENA. DRAMATURGIA: Alfredo Sanzol. actúan: Mario Bodega, María De Pablo, María Fiorentino, Juan Guilera, Federico Liss y Julieta Vallina. vestuario: Cinthia Guerra. escenografía: La u taro Perot ti. diseño de luces: Ricardo Sica. música: Ni colas Benitez y Francisco Castro Pizzo. producción : Maxime Seugé y Jonathan Zak. dirección: Lautaro Perotti. sala: Timbre 4.funciones: viernes, a las 20; y domingos, a las 17.
En un escenario despojado a lo largo de la acción dramática varios sillones se irán desplazando al ritmo de las distintas tensiones centradas en Nagore, papel a cargo de Julieta Vallina. Hace un año que su marido la dejó por otra mujer. Desde ese momento ya no es la misma, no encuentra la forma de ser la misma por más que lo intente. De hecho, parece ya ni poder intentarlo. Las noches son largas, el silencio es ensordecedor. Su imposibilidad de barajar y dar de nuevo le impide la acción de algo que parece tan orgánico como es el respirar.
Es su madre quien le habilita la posibilidad de rearmarse presentándole a su profesor de yoga que está rodeado por su sobrino, su hijo y la pareja de este último. Entre ejercicios posturales, fantasías sexuales, elongaciones, frustraciones, cierta pátina new age, tensiones eróticas y aspiraciones de una nueva vida unos y otros empezarán a vincularse de todas las maneras posibles.
La respiración, la premiada obra del premiado autor español Alfredo Sanzol que se está presentando en Timbre 4, trabaja la línea de la comedia romántica con un constante giro hacia el humor. Bajo la dirección de Lautaro Perrotti, otro creador nacido y criado en esta verdadera factoría teatral del barrio de Boedo, el montaje tiene en sí mismo momentos logrado se intensos y un ritmo que no decae. El personaje más rico en términos dramáticos es el de Nagore. La expresiva, talentosa y expansiva Julieta Vallina lleva a esa mujer a momentos desopilantes en el tránsito por el convulsionado mundo interno de esta mujer hundida en su propio mundo. En varias escenas, los cruces con su madre, a cargo de otra actriz de enorme experiencia como es María Fiorentino, la propuesta encuentra sus momentos más efectivos en el juego del complemento entre opuestos.
Pero la composición del resto de los personajes está definido por trazos muy gruesos carentes de matices. Más allá de ciertas situaciones puntuales las composiciones de Mario Bodega, María De Pablo, Juan Guilera y Federico Liss no logran escapar de cierto esquematismo, cierta superficialidad. La respiración tiene un comienzo auspicioso pero a medida que esta indagación sobre los vínculos amorosos por fuera del pensamiento binario va avanzando la trama se desdibuja, los conflictos van perdiendo densidad hasta llegar a un típico final abierto .