Cuarteto de Nos: la hermana mayor del rock uruguayo
La banda montevideana presenta hoy, en el Luna Park, su disco Apocalipsis Zombi
Aunque el Cuarteto de Nos está próximo a cumplir 35 años de vida, esta es, al menos en términos de convocatoria, su década. Desde que tocaron por primera vez en el Luna Park, en 2010, se volvió habitual para los uruguayos. Tanto es así que hoy darán un nuevo show allí. “Para nosotros es un mojón importante cada vez que tocamos en el Luna”, dice Roberto Musso, cantante y guitarrista del grupo. “Lo valoramos y lo disfrutamos. Tocar en el Luna es algo muy importante; veníamos de tocar en lugares más chicos, pero tenemos muy claro que mantenerse es lo más complicado”.
Pero mantenerse no quiere decir ir a lo seguro. Lejos de repetir la fórmula que los llevó a expandir sus fronteras con Raro (2006), El Cuarteto de Nos ha probado que sus melodías características y sus rimas obsesivas se bancan distintos ropajes sonoros. De hecho, Apocalipsis Zombi (2017) los tiene incursionando en el pop de sintetizadores y bombo en negras. “Es un disco más rítmico que los anteriores –afirma Musso–. Lo elegimos a Cachorro López como productor porque es superdúctil.
–Por tu forma de escribir parece más difícil que no suene a algo que ya escuchamos de la banda. ¿Te lleva mucho tiempo buscar rimas nuevas?
–Soy bastante obsesivo en eso de buscar algo que no me suene a una canción anterior, y te digo que es complicadísimo [risas]. Y obvio que está el tema del timbre. Para mucha gente ya el timbre de voz te remite a algo parecido. Tal vez si las cantara otro, nadie se daría cuenta de que son del Cuarteto.
–¿Qué te pasa cuando volvés sobre las canciones que escribiste cuando tenías 17 años?
–Es mirarme al espejo y ver que tenía más pelo y una vida por delante [risas]. Estamos convencidos de que la nostalgia es mucho más de la gente que de nosotros. Cuando conocés una banda en la adolescencia es la época con la que te identificás y pasa a ser la banda de sonido de la mejor etapa de tu vida, pero los músicos vamos creciendo. Como compositor no tengo muchas ganas de rememorar tantas canciones de otra época, sino de ver lo que vendrá.
–Cuando El Cuarteto explotó masivamente en la Argentina, con “Yendo a la casa de Damián”, la primera impresión fue que eran una banda “graciosa”. ¿Les costó que no los encasillen?
–Creo que corrimos el riesgo de que nos encasillen en eso con las canciones anteriores a Raro, que tenían un dejo de ironía como sello indeleble del Cuarteto. Pero después se ve claramente que no. En discos como Habla tu espejo (2014) hay canciones como “No llora” o “21 de septiembre” que no tienen ni una pizca de humor. Eso me sacó la presión, entre comillas, de hacer canciones que tengan un entrelíneas humorístico o esa especie de sonrisa. También pasa que para la gente que no está acostumbrada a escucharnos, cualquier cosa que se vaya de los standards resulta gracioso.
–Recorrieron un camino lento hasta hacerse populares fuera de su país, pero Otra Navidad en
las trincheras es de 1994 y sigue siendo uno de los discos más vendidos del rock uruguayo. ¿Se imaginaban algo así cuando lo grabaron?
–Ni ahí, es un disco casero, literalmente, porque lo hicimos en la casa de mi hermana. Lo grabamos en una consola de ocho canales, no teníamos lugar para armar una batería decente, así que usamos esas de pads para tocar parados. El éxito fue en Uruguay. Hicimos una tirada de 500 discos pensando que nos íbamos a clavar y terminamos vendiendo mas de 20.000.
–De la tríada de bandas uruguayas que copó la Argentina son la que suena menos rioplatense...
–Puede ser. La Vela y No Te Va Gustar marcaron el camino de una generación nueva que creyó que se podía vivir de la música en Uruguay, y para eso tenés que salir de Uruguay. De los grupos de exportación somos el de menos uruguayidad de todos.