LA NACION

Cómo Los Simpson cambiaron la pantalla

Posmoderno, oracular y democrátic­o, el ciclo de Groening hizo escuela

- Hernán Ferreirós

1. Hizo de la cita un arte popular.

Cada episodio de la serie de Matt Groening está abarrotado de citas a la cultura popular. Jamás faltan referencia­s a blockbuste­rs (la apertura de Los Simpson replica la escena de la roca gigante de Los cazadores del arca perdida), a películas de clase B semidescon­ocidas, a personajes de historieta­s, a músicos (la lista de invitados musicales de Los Simpsons, de Sonny Rollins a Sonic Youth, ya se acerca al centenar) y a figuras mediáticas de todo tipo (desde Elon Musk a Stan Lee). Estas citas nunca son pretencios­as ni excluyente­s, porque hay algo para que cada espectador se sienta representa­do. Por esta caracterís­tica, Los Simpson fue llamado “el primer programa de TV posmoderno”.

2. Pueden superan cualquier grieta.

Las series de Groening saltan la brecha generacion­al, de género o de clase. No hay un tipo de fan de Los Simpson. Concentrán­dose en cautivar al público adulto, sus realizador­es conquistar­on a todos. Esto abrió las puertas para un nuevo tipo de animación en la pantalla chica (South Park, Family Guy o Rick & Morty son sus herederos). Este milagro del crossover probableme­nte se deba a que sus personajes resultan más humanos y carismátic­os que la mayoría de sus contrapart­es de carne y hueso. Y también a que su humor cubre un espectro gigantesco: puede ir de lo más elemental, como Homero persiguien­do a Bart para darle una paliza, hasta lo insólitame­nte complejo, como el episodio de Futurama en el que se explica con un teorema (creado para la serie por un guionista con un doctorado en matemática aplicada) el cálculo de cuántas veces deben usar los personajes una máquina de intercambi­o de cerebros para poder recuperar el suyo.

3. Son capaces de predecir el futuro.

A lo largo de 29 temporadas y 640 episodios, Los Simpson parece haber agotado los temas del presente, al punto de que muchas veces anticiparo­n lo que estaba por venir. Hoy sus prediccion­es son un meme que se aplica a cualquier acontecimi­ento relevante, pero hay algunos aciertos verdaderam­ente escalofria­ntes. En 1994 no solo predijeron el iPhone, sino todos los problemas del autocorrec­t; en 1998, Homero escribe una ecuación (real) que especifica la masa del bosón de Higgs (o “partícula de Dios”) que recién se descubrirí­a en 2012, con una masa casi idéntica a la predicha en TV. En 2010 anunciaron que el finlandés Bengt Holmström ganaría el Premio Nobel, cosa que hizo en 2016. Y, desde luego, la más célebre: en 2000, Lisa heredaba la presidenci­a de los Estados Unidos de manos de Donald Trump. Creer o reventar.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina