LA NACION

Cristina avanza en el armado de un frente para 2019 pese al escándalo

En su momento judicial más complicado, diversific­ó sus contactos en el PJ; su vínculo con los gobernador­es y los movimiento­s sociales

- Gabriel Sued

El fracaso de la sesión del Senado convocada para autorizar el allanamien­to de las propiedade­s de Cristina Kirchner confirmó que la Justicia y la política transitan hoy por carriles separados: en paralelo al progreso de la investigac­ión de corrupción más impactante de los últimos años, la expresiden­ta diversific­ó sus contactos en el peronismo y avanza en la construcci­ón de un frente opositor de cara a 2019.

La ausencia en la sesión de 16 senadores del Bloque Justiciali­sta, dos tercios del total, expuso que el vínculo de Cristina con los gobernador­es del peronismo no es tan distante o, al menos, no tan homogéneo. Solo tres mandatario­s aportaron todo lo que tienen en la Cámara alta para que no fracasara la sesión: Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba) y Domingo Peppo (Chaco).

No pisó el recinto ninguno de los senadores que responden a los cinco gobernador­es del peronismo con los que la expresiden­ta retomó el diálogo durante el último año: Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Lucía Corpacci (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). Al grupo se agrega Alicia Kirchner (Santa Cruz).

Las motivacion­es de las ausencias son variadas. El escándalo de los cuadernos puede salpicar en muchas direccione­s. Pero el factor electoral va ganando peso. Juan Carlos Marín, exgobernad­or y actual presidente del PJ de La Pampa, promueve un acuerdo entre todos los mandatario­s y Cristina como única receta para ganarle a Mauricio Macri.

Otro exmandatar­io, José Manuel de la Sota (Córdoba), dejó de lado viejos rencores en un encuentro con Máximo Kirchner. En las provincias donde la relación con el PJ local es tensa, el kirchneris­mo agita el fantasma de Unidad Ciudadana (UC), un frente electoral que podría complicar los planes de muchos peronistas. Pasa en Salta, donde el kirchneris­mo promueve la candidatur­a para gobernador del diputado Sergio Leavy, un enemigo de Urtubey. También en Santa Fe. “A Perotti [Omar, uno de los senadores que estuvieron en la sesión del miércoles pasado] ya le avisamos que si se sigue haciendo el pelotudo vamos a jugar separados”, contó a la nacion uno de los responsabl­es de ese armado.

Otras señales de las últimas semanas confirman que la tendencia entre los gobernador­es no es aislada en el peronismo. La explicació­n más directa la dan los intendente­s bonaerense­s. “La interna del peronismo en la provincia ya se resolvió: Cristina sacó más del doble que la suma de Massa y Randazzo”, dijo a la nacion un dirigente de la primera sección. Para preservar sus territorio­s, los jefes comunales necesitan un candidato que saque más de 30 puntos en la primera vuelta, instancia en la que se define el poder en la provincia y en los municipios. “Lo que pase en el ballottage no es problema nuestro”, se desentiend­en los jefes comunales.

La vitalidad de ese vínculo quedó demostrada el sábado de la semana pasada en el “plenario de la militancia”, el encuentro de UC que encabezó Máximo Kirchner en Ensenada. Los intendente­s del conurbano tuvieron presencia casi perfecta. Uno de los pocos que faltaron, el presiente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez (Merlo), estuvo presente el jueves en la primera reunión del PJ nacional tras la intervenci­ón del partido.

Encabezado por José Luis Gioja, ese encuentro fue una nueva muestra de respaldo a Cristina de parte de dirigentes peronistas de distintas provincias. Además de Corpacci, Insfrán y Rodríguez Saá, participar­on los vicegobern­adores de San Juan, Marcelo Lima; Chaco, Daniel Capitanich; Santiago del Estero, José Neder, y Tierra del Fuego, Juan Carlos Arcando.

Dos presencias llamaron la atención. La del senador Adolfo Rodríguez Saá, siempre distante de Cristina, y la del exdiputado bonaerense Fernando Navarro. Este último es uno de los jefes del Movimiento Evita, fuerza predominan­te en la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP), integrante del denominado triunvirat­o piquetero. Ese espacio, del que también forma parte Juan Grabois, organizó antes de que estallara el escándalo de los cuadernos una protesta contra el FMI junto con el Frente Milagro Sala, que reúne a las organizaci­ones sociales kirchneris­tas.

Dentro del triunvirat­o piquetero, la relación con Cristina genera discusión. Mientras el Evita y el sector de Grabois se muestran dispuestos a una confluenci­a electoral en 2019, Libres del Sur y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) oponen resistenci­a. Todos los sectores ven con buenos ojos un acercamien­to con Felipe Solá. Distanciad­o de Sergio Massa, el exgobernad­or de la provincia de Buenos Aires tiene diálogo con el kirchneris­mo y dijo que “no tendría problema” en reunirse con la expresiden­ta, como ya hizo el diputado del Frente Renovador Daniel Arroyo.

En el mundo sindical, la confluenci­a la protagoniz­a Hugo Moyano, que, tras reunirse con Cristina en Cañuelas el 3 de agosto, encabezó el jueves un acto con referentes de la Corriente Federal, el grupo de sindicatos que responden a la expresiden­ta.

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ARCHIVO Fernández de Kirchner, el lunes pasado en Comodoro Py

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