Las primeras cifras de la trama de recaudación ilegal
El fiscal sostiene que se recaudaron al menos US$200 millones, pero las declaraciones indican que podría ser mucho más
Las declaraciones de los empresarios y exfuncionarios como imputados colaboradores dejaron a la luz pública una trama de circuitos de recaudación de dinero negro proveniente de las empresas con negocios con el Estado que financiaron el enriquecimiento de exfuncionarios de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Las declaraciones permiten hacer una primera estimación de los montos involucrados en el caso de los cuadernos, el escándalo de corrupción más grande del gobierno kirchnerista. Sin embargo, la cifra total solo podría llegar a determinarse cuando finalice la investigación que encabeza el juez Claudio Bonadio, lo que podría llevar años.
El número más grande surgirá del porcentaje de coimas pagadas en función de la adjudicación de obras públicas, un monto del que los investigadores todavía no tienen certezas.
Pero desde el inicio de la investigación los arrepentidos del mundo empresarial y político arrojaron cifras, a partir de su grado de protagonismo y participación en los circuitos de recaudación, que expusieron los primeros números.
De hecho, la imputación que hizo el fiscal Carlos Stornelli para dar inicio a la investigación alcanza los 200 millones de dólares.
Esa cifra supera apenas en 40 millones de dólares la suma que surge de las anotaciones que hizo en sus cuadernos Oscar Centeno, el chofer del exfuncionario Roberto Baratta.
Giro
Las declaraciones de los empresarios y de exfuncionarios como Claudio Uberti cambiaron el escenario. Su testimonio demostró que buena parte de los sobornos no habrían pasado por el circuito que describió Centeno. Y, por lo tanto, los investigadores quedaron ante la evidencia de nuevos recorridos en el camino de las coimas.
Una pista importante aportó el expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción Carlos Wagner. De acuerdo con el dueño de Esuco, los empresarios de la obra pública pusieron entre el 10 y el 20 por ciento en coimas en cada una de las obras que les fueron adjudicadas durante la administración kirchnerista. Otra cifra crucial la aportó Aldo Roggio. El empresario contó que el área de transporte las firmas devolvían como sobornos el 5 por ciento de los subsidios que recibían de parte del gobierno nacional. Eso solo suma US$344 millones. Son los primeros indicios de una trama con múltiples recorridos.