LA NACION

Pellegrini, que anotó el 2-0, tiene solo 18 años y ya vale 20 millones

Firmó su primer contrato con una cláusula millonaria; aporta frescura y va al ataque

- Máximo Randrup

Matías Pellegrini, el atrevido mediocampi­sta que selló la victoria del Pincha contra Boca, es un pibe. Tan pibe que aún lo están conociendo los propios hinchas albirrojos. Tan pibe que cuando dos de sus compañeros (Mariano Andújar y Pablo Lugüercio) salían campeones del Apertura 2006, justamente contra el xeneize, él estaba en primer grado. Sí, recién empezaba… la escuela.

Cuando muchos sospechaba­n que el trámite podía quebrarse con una apilada de Cristian Pavón, el que destrozó el desarrollo del juego (porque el 2-0 pulverizó las esperanzas de Boca) fue Pellegrini. El joven volante, de 18 años, se filtró por el centro, agrietó la defensa visitante y definió cruzado. Andrada no lo pudo evitar y se acabó el partido.

no fue su primera gran actuación. Si bien acumula cuatro encuentros en primera división, todos en este semestre, el mediocampi­sta ofensivo ya había exhibido sus credencial­es: en el debut, por la Copa Argentina, fue la figura e hizo una jugada fenomenal (gambeta y asistencia para Lucas Rodríguez); en el triunfo contra Gremio resultó desequilib­rante y fue uno de los puntos altos; ante Godoy Cruz, en la única derrota –un 1-0 sufrido el domingo de la semana pasada, en Mendoza– cumplió y obsequió algunas pinceladas.

A los que lo conocen desde chico no les llama la atención. Prometía en las inferiores de Estudiante­s e incluso antes, cuando jugaba para el club CRiM de su Magdalena natal. Hasta el Pincha lo sufría en esa época, cuando sus chiquiline­s lo enfrentaba­n.

Hoy, una década después, conserva su esencia y con 18 años es la cuota de frescura del conjunto que conduce Chino Benítez. ¡Por algo la comisión directiva le puso una cláusula de rescisión de 20 millones de dólares!.

“A los chicos hay que llevarlos de a poco. no van a ser la salvación, pero van a aportar soluciones”, pisa el freno Benítez. “no soy consciente de lo que estoy viviendo, no lo puedo creer (agrega Pellegrini). Hace dos o tres meses no pensé estar en este lugar, pero lo estoy disfrutand­o al máximo”, cuenta, incapaz de contener tanta emoción.

Pellegrini se refiere a su lugar en el mundo, una ciudad de poco más de 11.000 habitantes. “Magdalena es un pueblo muy chico, nos conocemos todos, y por suerte están muy contentos. Quiero agradecerl­es a todos ellos, a mi familia y todos quienes me acompañan”, cuenta. Y va más allá: “Tengo una alegría enorme por la victoria y por el primer gol en primera. no pensé nunca que iba a estar acá, no lo puedo creer”. no mintió: su humildad jamás se lo permitió.

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