LA NACION

Lothar Matthäus SIEMPRE SE LA DEVOLVÍAN A MESSI, ESE FUE EL PROBLEMA

- Texto Pablo Vignone

FRANKFURT.– Es una de las grandes leyendas del fútbol alemán, a la altura de Franz Beckenbaue­r o Gerd Müller. Históricam­ente ligado al club más poderoso de Alemania, el Bayern Munich, la influencia de Lothar Matthäus (57) sobre el fútbol de su país es muy poderosa: jugó 150 partidos con su selección, 25 de ellos en Mundiales, y tomó parte en 5 Copas del Mundo, un record que comparte con el italiano Gianluigi Buffon y los mexicanos Antonio Carbajal y Rafa Márquez. Anfitrión de la Bundesliga en la reciente Supercopa de Alemania, que el Bayern ganó pulverizan­do 5-0 al Eintracht Frankfurt, analizó –en diálogo con en la nacion el Commerzban­k Arena, escenario de la Supercopa– lo que sucedió con Alemania en el reciente Mundial de Rusia, insistió con sus críticas a Diego Maradona y opinó que el problema de la selección argentina en la Copa del Mundo fue la relación futbolísti­ca de Messi con sus compañeros.

–¿Qué fue lo que realmente ocurrió con Alemania en el Mundial? Nunca había sido eliminada tan rápido.

–Alemania jugó bien, solo que no marcamos goles. Creo que el entrenador no encontró el mejor plantel que podía llevar. No solo los jugadores se equivocaro­n. Alemania tiene un muy buen nivel de futbolista­s, de la mejor clase mundial, pero creo que Löw se inclinó más por la experienci­a que por la juventud, y terminó pagando el precio. Está bien, respecto al 2014 no estuvieron Schweinste­iger, Lahm o Götze, pero no hubo suficiente renovación.

–¿Debió haber llevado jugadores más jóvenes a Rusia?

–Me parece que después de tantos años al frente del selecciona­do, había cierto grado de familiarid­ad entre el técnico y los jugadores, que le impidió tomar algunas determinac­iones. Todo el problema con Özil, pero Özil no debió haber ido al Mundial, tampoco Khedira. Sin embargo, se quedó afuera Leroy Sané. Un grave error.

–Se habló mucho en este Mundial sobre lo que sufrieron los equipos que exageraron la posesión. ¿Eso le pasó a Alemania?

–-Pero porque, precisamen­te, al equipo le faltó frescura. Y un 9 de área, claro. No se puede jugar todo el partido tocando la pelota de acá para allá, sin profundida­d. El 9 era Timo Werner, que jugaba por afuera, lejos del área. Así era imposible marcar goles.

–¿Qué necesita Alemania para volver a ser un gran equipo?

–No mucho. Lo que sucedió en Rusia fue un accidente. Cambió su sistema hace unos años y eso dio resultado en 2014. Jugadores tiene. Basta que los utilice

–¿Qué le pareció el Mundial?

–Me gustó. Grandes partidos, ambientes increíbles, estadios repletos. De lo mejor de los últimos tiempos

–¿Está seguro? Mire que no hubo partidos inolvidabl­es…

–¿Cómo que no? España-Portugal en la fase inicial fue un gran partido, también el Argentina-Francia…

–Pero no hubo partidos de la categoría de, por ejemplo, la semifinal Alemania-Francia de España 1982, que usted vio desde el banco de suplentes.

–Ese fue un partido dramático. Dramático. Pero hubo buenos partidos en Rusia, que organizó un gran campeonato.

–Durante el Mundial criticó a Diego Maradona en sus columnas, que LA NACION publicó.

–Me causó mucha tristeza verlo de la manera en que lo ví. ¡Con todo lo bueno que le dio al fútbol! Dice que representa a la FIFA pero no sé si eso es bueno para [Gianni] Infantino. El día de la final éramos muchas leyendas viendo el partido en Moscú junto a Infantino… pero él eligió sentarse ahí abajo, separado. ¿Por qué? Creo que el problema de Diego es que siempre está rodeado pero no tiene amigos de verdad. Necesita gente que le diga “esto no, no te hace bien”. Y para tus deseos, siempre existe el ámbito privado. ¿Qué necesidad hay de mostrarse así en público? En este nivel, se debe seguir siendo un profesiona­l. En los ’80 ví al mejor Maradona en los campos de juego y me pone triste como lo veo hoy…

–Muchos creen que con aquel Maradona del ’86, cualquier selección que lo hubiera tenido habría ganado el título. ¿Usted, que jugó aquella final, qué piensa?

–¡No hay ninguna duda! Creo que desde 1986, ningún jugador fue tan determinan­te para ganar un título mundial, salvo quizás Ronaldo en 2002. En Italia 1990 fui el mejor jugador del torneo pero no tuve esa influencia decisiva, éramos un equipo más homogéneo; Romario y Bebeto tampoco fueron tan determinan­tes en 1994, Zidane en 1998 lo fue recién en la fase final. Maradona es una leyenda del fútbol mundial, por eso me apena lo que ocurre.

–¿Cómo vio a la selección argentina? Usted había pronostica­do que no pasaba la primera ronda.

–No duró mucho más, ¿no? Ví un equipo muy previsible. El problema de la Argentina era que siempre se la devolvían a Messi. Messi se la daba a un compañero, este se la devolvía, se la daba a otro y se la devolvían también. No había otras ideas. Era muy fácil neutraliza­r a una Argentina tan previsible, sin variantes. Aunque Messi tampoco hizo un gran Mundial, tampoco había rendido bien en la Champions.

–¿Piensa que Messi puede llegar a jugar en Qatar 2022? En ese caso, tendría cinco Mundiales, como usted.

–Claro que puede llegar. Pero para jugar cinco Mundiales también hay que tener suerte… para que la selección se clasifique. Y en Sudamérica tienen unas eliminator­ias muy, muy duras.

–La FIFA propone para después de Qatar un Mundial con 48 equipos. ¿Qué le parece la idea?

–No me gusta. Un Mundial es la excelencia del fútbol, yo quiero ver allí a los mejores, no a la mitad de los equipos… Para eso existen las eliminator­ias, para asegurarno­s que a la Copa del Mundo van las seleccione­s top, las que nos aseguran un gran espectácul­o, las que llevan a las estrellas. ¿A quién le interesa un Puerto Rico-Bahrein en la fase de grupos?

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