El juego de las teorías: las 6 máximas que la Superliga desmiente
Tras 617 días, Boca dejó la cúspide, Central es el sorpresivo líder, River no logra anotar, a los grandes les cuesta ganar, el promedio de goles bajó y la gente va menos a la cancha: lo que pasó en las primeras fechas
Tiro de esquina de Fernando Zuqui, cabezazo de Pablo Lugüercio en el primer palo, cabezazo de Fabián Noguera por detrás: Estudiantes abre el marcador frente a Boca, en la victoria por 2 a 0. Fabricio Fontanini, con un violento derechazo, sella el empate 2-2 de Newell’s con Independiente, en una jugada de pizarrón que acaba con el zaguero como clásico número 9. Leonardo Gil, un especialista, lanza el córner que termina con el 1-0 de Rosario Central ante Talleres, anotado por Fernando Zampedri de cabeza. Ricardo Noir conquista un gol olímpico para Atlético Tucumán, cómplice de la pasividad de Ezequiel Unsain, en el 1-1 contra Defensa y Justicia. Nicolás Pasquini envía un tiro libre desde la izquierda, que encuentra en el aire a Nicolás Thaller, en el definitivo 2-2 con San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro. Algunas postales, apenas, de la segunda fecha de la Superliga, vestida con la pelota parada, una de las consecuencias directas del Mundial. Transiciones rápidas, menos audacia y más recaudos, otras de las respuestas domésticas al factor Rusia 2018.
En la misma jornada hubo tres penales: Alexander Barboza, para Defensa y Justicia, Diego Mendoza para Huracán y Darío Cvitanich para Banfield. Si se suman estos tres remates directos a los otros cinco de laboratorio, en una jornada que tuvo 26 goles en 13 partidos, se confirma la tendencia: casi una tercera parte de los festejos se concretan –de una u otra manera– por el balón detenido. Hay menos sorpresa, menos gambeta. La fantasía quedó comprimida, como también se contempló en la máxima cita. Este juego de semejanzas no ofrece espacio para el asombro. Los protagonistas lo anticiparon en forma oportuna. Sin embargo, siempre hay sorpresas: el fútbol local suele nutrirse de esa tendencia. En estas dos primeras escalas, el pantallazo no ofrece resistencia: hay 6 máximas que la Superliga se encargó de desmentir. El previsible tricampeonato de Boca, el poder de gol de River, la opulencia de los equipos grandes, un líder que nadie esperaba, el público que no puebla las canchas y hasta un (bajo) promedio de gol que no estaba en los planes de nadie.
Boca, rum Boal tricampeonato
Sumó cinco refuerzos por más de 18 millones de dólares, puede disponer de casi tres equipos (compró a Zárate, a Andrada y en todas las líneas) y, según un estudio, el valor del plantel es el más caro de la Copa Libertadores: 111 millones de euros. Sin embargo, le ganó por un rebote –el remate de Cristian Pavón se desvía en Leonardo Godoy– a Talleres, perdió con Estudiantes por 2 a 0 y cortó una serie de 617 días como líder. En el anterior torneo, había ganado los dos primeros partidos y marcó 4 goles. Como puntero habitual, disputó 46 partidos; ganó 30, empató 9 y perdió 7. Anotó 86 goles y recibió 37.
river, elgran rival
Tiene recursos de sobra en el ataque. En el mercado de pases anterior, compró a Lucas Pratto en 11 millones de dólares. Además, de su protagonismo habitual, cuenta con Nacho Scocco (hoy, lesionado), Rafael Santos Borré, Rodrigo Mora, Pity Martínez y Juan Fernando Quintero en el juego de ataque. Ante Belgrano, consiguió el 79 por ciento del balón y dispuso de 27 remates, pero hace tres partidos que no marca (dos 0-0 seguidos en la Superliga). Si se espían sus últimos siete partidos (entre amistosos y Libertadores), suma cinco 0-0.
las uper liga( no) es de los grandes
Detrás de Boca y River, San Lorenzo juega cada vez peor (dos 2-2, después de perder los dos partidos contra Temuco en la Sudamericana y pasar por un asunto reglamentario). Independiente le ganaba 2-0 a Newell’s y empató, con un jugador más durante los últimos 25 minutos. Racing casi trastabilla con Atlético Tucumán después de estar 2-0 (al final, empató) y ganó con cierto sufrimiento ante Vélez. Se puede sumar a Huracán, reforzado como nunca: un empate y una derrota frente a Aldosivi, recientemente ascendido. Lucas Gamba, Carlos Auzqui, Juan Garro e Iván Rossi, entre otros, se subieron al Globo, por ahora, desinflado.
un líder sorpresivo
El puntero es Rosario Central –el que le saca el trono a Boca, líder del torneo local desde el 11 de diciembre de 2016 hasta el lunes pasado–, de un reinventado Edgardo Bauza, después del paso traumático por la selección y aventuras pasajeras en Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita. Volvió a su casa y logró el objetivo principal: que no le conviertan a un equipo que en el torneo pasado sufrió 41 goles en 27 partidos, solo superado por Olimpo (50), Temperley (46) y Gimnasia LP (43). Es el único equipo que logró dos victorias seguidas: 1-0 a Banfield y 1-0 a Talleres (el único éxito como visitante en 25 encuentros); además, se impuso en la Copa Argentina: 6-0 sobre Juventud Antoniana. Sólido y sorpresivo.
canchasdespoBladas
El último partido de la Superliga anterior fue el 2-0 de River sobre San Lorenzo, el 14 de mayo, en el Monumental. Detrás del Mundial, no hay efervescencia en el regreso de nuestro fútbol: algunas canchas se exhibieron con poco público (Huracán con River, San Lorenzo frente a Lanús, River contra Belgrano, Aldosivi frente a Huracán, San Martín de San Juan con Patronato, entre otros escenarios) y los campos de juego están en malas condiciones. No sólo el Palacio, en el “horrible” –según la definición de Marcelo Gallardo–, campo de juego de la primera fecha; el estadio José María Minella, en Mar del Playa y el Centenario, de Quilmes, también exhibieron grietas en el césped, impropias de la pretendida nueva era codificada. La concurrencia también es un llamado de atención: una de las razones es el precio de las generales, de 350 pesos.
pocos goles
Más allá de lo previsible (pelota parada, jugadas de laboratorio, equipos sin valentía), se marcaron menos tantos de lo previsto. Promedio de la primera fecha: 1,58 (tres 0-0 y cinco 1-0) y promedio de la segunda: 2 (dos 0-0 y tres 1-0). El promedio global del torneo anterior fue de 2.64, claramente superior. Hubo, eso sí, grandes atajadas: César Rigamonti, de Belgrano, en la noche de sábado en el Monumental, se mereció un 10.