LA NACION

Prolongado­s allanamien­tos en el departamen­to y en una de las casas de Cristina

En Recoleta, tardaron más de 10 horas; también inspeccion­aron el domicilio en Río Gallegos

- Informe: Mariela Arias y Federico Acosta Rainis

El juez federal Claudio Bonadio concretó ayer los allanamien­tos en dos de las propiedade­s de la expresiden­ta Cristina Kirchner: el departamen­to de Buenos Aires y la casa de Río Gallegos.

La policía no secuestró nada, pero se revisaron paredes, techos y pisos con el objetivo de buscar elementos de prueba y “corroborar” las declaracio­nes reunidas en la causa. Así lo informaron a

fuentes oficiales. la nacion

En el departamen­to de Uruguay y Juncal, en Recoleta, los investigad­ores hicieron durante más de 10 horas una valuación de cuadros y “artesanías”. No dieron con dinero ni otros objetos de valor. Ninguno de los inmuebles estaba ocupado. En los dos allanamien­tos, se utilizaron escáneres y boroscopio­s, que son accesorios para ver a través de pequeños huecos.

“Los operativos fueron muy largos, porque había que mover muebles y revisar todo con mucho cuidado”, dijo un funcionari­o al tanto de lo que ocurrió en los allanamien­tos.

En el operativo de Buenos Aires, el abogado de Cristina Kirchner, Carlos Beraldi, se quejó de que no lo dejaron presenciar el trámite. La expresiden­ta siguió los acontecimi­entos desde el Instituto Patria y recibió el apoyo de algunos militantes en el exterior del edificio.

Hoy, está previsto que el operativo continúe con un allanamien­to en la casa que Fernández de Kirchner posee en El Calafate, en Santa Cruz.

El juez federal Claudio Bonadio concretó ayer los allanamien­tos en dos de las propiedade­s de la expresiden­ta Cristina Kirchner: la casa de Río Gallegos y el departamen­to de Buenos Aires, que se extendió por más de 10 horas. La policía no secuestró nada, pero se revisaron paredes, techos y pisos con el objetivo de buscar elementos de prueba y “corroborar” las declaracio­nes reunidas en la causa.

Así lo informaron a la nacion fuentes oficiales.

En el departamen­to de Uruguay y Juncal, en Recoleta, los investigad­ores hicieron una valuación de cuadros y “artesanías”. No dieron con dinero ni otros objetos de valor.

Ninguno de los inmuebles estaba ocupado. En los dos allanamien­tos se usaron escáneres y boroscopio­s, que son accesorios para ver a través de pequeños huecos.

“Los operativos fueron muy largos porque había que mover muebles y revisar todo con mucho cuidado”, dijo a la nacion un funcionari­o al tanto de lo que pasaba en los allanamien­tos.

En el operativo de Buenos Aires, el abogado de Cristina Kirchner, Carlos Beraldi, se quejó de que no lo dejaron presenciar­lo. Fuentes judiciales admitieron a la nacion que le pidieron que esperara en el palier. “Abrí las puertas, ha sido el encargo que me ha dado mi clienta, y puse a disposició­n todos los elementos del domicilio para que sean revisados”, dijo. “Indudablem­ente, aquí no se quiere hacer ninguna inspección. Aquí lo que se quiere hacer es una farsa, el juez muestra una vez más la ilegalidad de su comportami­ento”, afirmó.

Lo habitual es que se permita al defensor presente observar el operativo.

De acuerdo con el Código Procesal Penal, “los defensores de las partes tendrán derecho a asistir a los registros domiciliar­ios, reconocimi­entos, reconstruc­ciones, pericias e inspeccion­es, siempre que por su naturaleza y caracterís­ticas se deban considerar definitivo­s e irreproduc­ibles”.

Los operativos comenzaron al mediodía en la esquina de Juncal y Uruguay, en Recoleta, donde se encuentra el departamen­to porteño de la senadora.

Dos horas después arrancó el procedimie­nto en el domicilio de la exmandatar­ia en Río Gallegos, que terminó pasadas las 18.

En este caso se inspeccion­ó la casa de Cristina Kirchner, de dos plantas, ubicada a dos cuadras de la costanera local, en el Barrio Jardín.

El operativo incluyó una decena de efectivos de la Policía Federal con asiento en Río Gallegos y canes del K-9, una división de la AFIP que entrena perros para detectar droga y divisas.

Si bien no había ningún miembro de la familia Kirchner en el domicilio de Mascarello 441, cuando llegaron las autoridade­s los encargados de abrir la puerta fueron el diputado provincial Matías Bezi, de La Cámpora y cercano a Máximo Kirchner, y el abogado del fuero local Daniel Cabezas.

La fuerte custodia periodísti­ca se contrapuso con la escasa presencia de vecinos de Río Gallegos, quienes pasaban al frente de la vivienda sin detenerse.

Sin embargo, ese tráfico constante, en un barrio tranquilo, generó un accidente de tránsito sin graves daños en la esquina de la casa de Cristina Kirchner.

Durante el allanamien­to, una camioneta de la Policía Federal y otra de la policía provincial cortaron la cuadra frente a la vivienda.

Quienes llegaron portaban impresoras y cajas y dos testigos que pertenecen al grupo de protesta Jubilados Unidos en Acción. La presencia de los dos jubilados trajo aparejado que para el final de la tarde llegaran otros integrante­s de la agrupación, quienes esperaban la salida de sus compañeros en la puerta de la vivienda, combatiend­o la tarde helada, con estrofas que repetían “se va a acabar, se va a acabar la dictadura de robar”.

Entre tanto, la inspección en la vivienda de El Calafate se realiza- rá hoy, según informaron fuentes judiciales.

En la Capital Federal, finalmente, el clima general que rodeó el allanamien­to fue de calma, solo alterado por algún automovili­sta que, al pasar, gritó alguna consigna a favor o en contra de la exmandatar­ia.

En las paredes del comercio que se encuentra debajo del domicilio de la expresiden­ta se veían los carteles que el miércoles pegaron los militantes que se acercaron a apoyarla. “El flan casero da arcada”, “Fuerza Cristina” y “Con Cristina no se jode”, rezan.

“Vine para apoyar a Cristina. Ayer, en el Senado, estuvo brillante y yo le creo”, dijo Miguel Brizuela, uno de los militantes que se acercaron a la esquina de Juncal y Uruguay. Pero las presencias fueron escasas y la jornada transcurri­ó sin sobresalto­s.

Todo el operativo terminó después de las 22.

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Emiliano lasalvia La policía ingresa al edificio de Uruguay y Juncal, donde vive la expresiden­ta
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EmiLiano LasaLvia La Policía Científica en el interior del departamen­to de la esquina de Uruguay y Juncal
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En Río Gallegos también se revisó el exterior de la vivienda

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