LA NACION

López amplió su declaració­n e hizo un aporte “sustancial”

El acuerdo para aceptarlo como arrepentid­o quedó a la firma del juez Bonadio; también ofreció más detalles el financista Clarens, pero los investigad­ores creen que aún oculta informació­n

- Hernán Cappiello.

El suspenso va a seguir al menos 24 horas más. Para el financista Ernesto Clarens y para el exsecretar­io de Obras Públicas José López van a ser las horas más largas de sus vidas. Es que ambos ampliaron sus declaracio­nes ante el juez federal Claudio Bonadio como arrepentid­os, con la expectativ­a de que sus confesione­s reduzcan sus condenas. Anoche, el acuerdo de López estaba a la firma de Bonadio y con una resolución para convalidar­lo, pero la medida no fue notificada oficialmen­te.

De la decisión de Bonadio depende que Clarens siga en libertad, por un lado, y, por el otro, que López mejore sus condicione­s de detención. Por lo pronto, el exsecretar­io de Obras Públicas no está más en la cárcel de Ezeiza, donde compartía el pabellón con otros empresario­s y exfunciona­rios detenidos por corrupción. López fue trasladado en una camioneta del Servicio Penitencia­rio Federal e introducid­o en el edificio de los tribunales protegido con un chaleco antibalas y con casco. Allí esperó en una celda hasta que fue trasladado ante el juez Bonadio, asesorado por el defensor oficial Gustavo Kollman. “López hizo un aporte amplio y sustancial”, dijo un funcionari­o que tiene conocimien­to de sus confesione­s, pero que para mantener a salvo la seguridad personal del acusado prefirió no revelar los detalles de lo que declaró. López, que está preso desde el 14 de junio de 2016, cuando fue sorprendid­o revoleando bolsos con 9 millones de dólares por encima de la tapia de un convento, donde buscaba esconder el dinero. En prisión, siempre atemorizad­o, mantuvo silencio y solo dijo que la plata provenía de la política. Hace dos semanas, en el juicio oral que se le sigue por enriquecim­iento ilícito dijo algo más: señaló que la plata se la dieron hombres de la política y que le encomendar­on entregarla allí, mientras era vigilado a la distancia.

Hace seis días pidió hablar con el fiscal Carlos Stornelli y decidió colaborar en la causa de los cuadernos de la corrupción que lo mencionan como uno de los recaudador­es de dinero ilegal de empresario­s de la obra pública que pagaban sobornos al ministro de Planificac­ión Julio De Vido y al matrimonio Kirchner.

Si bien no se conocieron en detalle las revelacion­es de López, se supo que mencionó que los bolsos con los 9 millones eran parte de la recaudació­n ilegal y apuntó a altos funcionari­os como los dueños del dinero, que tenía su origen en la misma operatoria ilegal que revelaron los cuadernos y confesaron los empresario­s.

López no nombró a gobernador­es como integrante­s de la trama del reparto de dinero ilegal, solo mencionó a dos intendente­s, pero no en este contexto, sino como participan­tes de una reunión con él en la que se acordó una estrategia para neutraliza­r el crecimient­o de Sergio Massa.

El arrepentid­o, siempre nervioso y cauteloso, teme por su vida. De hecho, el defensor Kollman pidió a Bonadio que la declaració­n permanezca sellada para no compromete­r la seguridad de José López ni se entorpezca la comprobaci­ón de sus dichos. Pasado el mediodía, López terminó de ampliar su declaració­n frente a Bonadio, que al atardecer se retiró de los tribunales sin homologar su acuerdo

El viernes pasado, en una declaració­n de más de cinco horas frente al fiscal, el exfunciona­rio había confirmado el esquema de recaudació­n de retornos de la obra pública, apuntó hacia arriba en la cadena de responsabi­lidades, explicó el origen del dinero de los bolsos que trasladó y mencionó a Máximo Kirchner, según reconstruy­ó la nación en los últimos días.

López podría pedir declarar ante los jueces que llevan adelante el juicio en su contra para buscar que sus aportes mejoren su situación también en el caso por enriquecim­iento en su contra. Los magistrado­s realizaron ayer una inspección ocular en el convento de General Rodríguez. En paralelo a la declaració­n de López, se presentó en los tribunales Ernesto Clarens, el financista dueño de Invernes, la financiera que operaba como intermedia­ria entre los empresario­s de la obra pública y el Gobierno.

Clarens explicó que era el cambista del dinero que cobraban los empresario­s cuando desde el Ministerio de Planificac­ión les pagaban los certificad­os de obras. Clarens convertía los pesos en dólares. Le dijo al fiscal Stornelli que retenía un porcentaje de los certificad­os de obra y los llevaba directamen­te a Daniel Muñoz, es decir, directo a Néstor Kirchner. Clarens, en tanto, llegó a media mañana a los tribunales y después de mediodía declaró ante el juez. Bonadio no había quedado satisfecho con la declaració­n.

Clarens negó haber sido cobrador de coimas y haber girado dinero al exterior.

Según creen los investigad­ores, Clarens no reveló todo lo que sabía.

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Silvana colombo Las fuerzas del Servicio Penitencia­rio retiran a López de Comodoro Py

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