LA NACION

La misión del FMI, conforme con las cuentas

En la primera visita al país para analizar los números macro, relativizó los posibles incumplimi­entos de las metas del acuerdo; la próxima revisión será en octubre

- Francisco Jueguen.

La primera misión del FMI está en el país. Esa novedad, sin embargo, se pierde entre la turbulenci­a financiera diaria, los efectos de la recesión y por el impacto –político y económico– que genera la causa de los cuadernos de las coimas y la corrupción del kirchneris­mo en la Justicia.

Próximos a concluir ya su visita al país, luego de reunirse en varias ocasiones con los técnicos del Ministerio de Hacienda y Finanzas y el Banco Central (BCRA), y también con la CGT, fuentes del organismo multilater­al afirmaron a la nacion que “se están haciendo avances” tras el stand-by agreement (SBA) firmado con el Gobierno por US$50.000 millones y que eso satisface al equipo que está en la Argentina.

“Las señales que hemos notado del Gobierno han sido reconforta­ntes. Esperamos que continúe siendo así”, expresaron en el FMI, donde además calificaro­n las reuniones en las diferentes dependenci­as oficiales como “productiva­s”. La misión del Fondo terminará en los próximos días, dijeron, aunque no quisieron precisar aún la fecha exacta. La próxima visita al país será en octubre próximo.

La visión positiva de la primera misión llega incluso cuando en la Argentina se está profundiza­ndo la recesión que, técnicamen­te, empezaría a partir del tercer trimestre (ver Página 18). Además, la inflación se mantiene elevada, el mercado cambiario retornó a la inestabili­dad luego de algunas semanas de calma, y cuando los temores sobre la deuda argentina vuelven a aparecer entre los analistas. Este temor, contaron, no es un tema debatido en el organismo.

Sin embargo, el FMI ya reconoce públicamen­te –como también se escucha en off en los pasillos de los ministerio­s–que este año el Gobierno no alcanzará la previsión de crecimient­o de 0,4% (ver página 18).

Quién lo admitió públicamen­te fue Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del FMI, que había participad­o anteayer junto a Roberto Cardarelli, el economista italiano encargado del caso argentino de una nueva reunión junto al ministro Nicolás Dujovne; el secretario de Política Económica, Guido Sandleris, y el secretario de Hacienda y Finanzas, Rodrigo Pena. “Se mostró desde nuestro lado dónde estamos parados en cuanto a lo fiscal, y del otro lado encontramo­s conformida­d con cómo se viene trabajando y los logros fiscales que se están alcanzando”, dijeron cerca de Dujovne, sin dar más precisione­s sobre lo que serán las conclusion­es del FMI, fundamenta­les para que el directorio decida destrabar un nuevo tramo del préstamo que debería depositars­e, con el visto bueno del FMI, el 15 de septiembre.

Ayer, por caso, Dujovne se reunió con los diputados del interbloqu­e de Cambiemos en Casa Rosada para ofrecer un panorama de cómo avanza el programa con el Fondo, explicar la necesidad de reducir el déficit fiscal, de eliminar “vulnerabil­idades heredadas” y la importanci­a de cerrar el presupuest­o 2019.

El ministro repasó las perspectiv­as de este año y el que viene y, por primera vez, reconoció que la actividad puede no rebotar en el último trimestre, sino a comienzos de 2019. A pesar de la coyuntura, les dijo a los diputados que era optimista, ya que se estaba encarando el esfuerzo de “sanear a la Argentina de las vulnerabil­idades”, sobre todo la que tiene que ver con el rojo fiscal. Por eso, el foco en el presupuest­o.

En esa lectura hay plena coincidenc­ia entre el Gobierno y el Fondo. En el organismo estiman que la mayoría de los males argentinos son de “dominancia fiscal”. Allí descartan además que hubiera que ofrecer nuevas flexibilid­ades al BCRA tras el revuelo de la lira turca. “Está claramente definido. El compromiso es que la política cambiaria es un tipo de cambio flotante. Puede haber turbulenci­as, disrupcion­es que justifique­n intervenci­ones”, releyeron la letra del SBA acordado con el país.

En el FMI además aconsejan prudencia a la hora de lecturas sobre posibles incumplimi­entos de metas. Por caso, la primera revisión que se lleva acabo ahora sólo re pasa números oficiales hasta junio. Un ejemplo es la inflación: hasta ese mes, acumulaba un alza en doce meses de 29,5%, lo que superó la banda inferior de la meta (29%) y requirió una consulta con el staff del Fondo. La próxima en octubre analizará datos oficiales hasta septiembre (con sus respectiva­s metas). Entonces, es probable que se perfore la meta superior de 32%, lo que derivará en una consulta con el board.

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