La interna del PJ se coló en la negociación por fondos para el interior
Los gobernadores Verna, Insfrán y Rodríguez Saá son los más duros
La negociación entre el Gobierno y las provincias por el presupuesto no es ajena a la interna que atraviesa al peronismo. Aunque con matices y algunas diferencias, esa puja reproduce la dinámica que se observa en otros ámbitos, como el Congreso y la escena preelectoral.
En la disputa por los recortes para cumplir las metas acordadas con el FMI, el ala dura está representada por gobernadores históricamente enfrentados con Mauricio Macri, como Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis), los dos últimos muy cercanos al kirchnerismo, pero también por otros que se endurecieron en las últimas semanas, a partir de la discusión por el ajuste y sus derivaciones.
Es el caso del chubutense Mariano Arcioni, de la fueguina Rosana Bertone –una de las voces más críticas contra la eliminación del fondo sojero (FS)– y de Juan Manzur, el gobernador de Tucumán, que también se plantó contra el final abrupto del FS y se puso al frente del reclamo para recuperarlo con una presentación ante la Corte Suprema. El grupo se completa con Alicia Kirchner (Santa Cruz), que también acudió al máximo tribunal.
En la reunión de ayer, los voceros del ala dura fueron los ministros de Economía de La Pampa, Oscar Franco, y de Tucumán, Eduardo Garvich. Entre las propuestas con las que llegaron a la Casa de Salta estuvo la de compensar el recorte del gasto que la Nación derivó a las provincias con un aumento en el impuesto a las ganancias para las empresas. Finalmente cedieron a la posición de sus pares: avanzar por el lado de los recursos, pero por otras vías, como la ampliación de las bases imponibles y medidas para reducir la evasión y la elusión impositiva.
Otras visiones
Entre los más dialoguistas y los que suelen llevar la voz cantante en las reuniones, están los ministros de Córdoba (Osvaldo Giordano), Hugo Ballay (Entre Ríos), Emiliano Estrada (Salta) y Roberto Gattoni (San Juan).
Hay un segundo factor que potencia la interna entre las provincias: las diferencias entre sus economías y su distinto grado de dependencia financiera de la Nación. O, como lo puso uno de los ministros que participaron de la reunión de ayer: “Es muy difícil compatibilizar lo que piensa un patagónico, al que le importa un comino la soja y está pendiente del plus por zona [desfavorable] de las jubilaciones, con lo que piensa el que tiene que defender intereses de Entre Ríos o Córdoba”.
Esta heterogeneidad obligó a los gobernadores a detectar puntos de convergencia para negociar en bloque, o lo más monolíticamente posible. De hecho, la propuesta de apuntar a los recursos como herramienta para reducir el déficit surgió de esa búsqueda.