LA NACION

Pese a la sequía, el campo aportó 9 de cada 10 dólares

El mes pasado contribuyó con divisas genuinas por US$2021 millones, según el balance cambiario del Banco Central

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– La mayoría de los economista­s vienen sosteniend­o que el problema de fondo de la Argentina es que no se generan suficiente­s dólares genuinos. En este contexto, el último dato del balance cambiario del Banco Central (BCRA) acaba de reflejar que el campo aportó, en julio pasado, el 91% (sin contar el endeudamie­nto del sector público) de las divisas genuinas. Es decir, nueve de cada diez dólares vinieron del sector agropecuar­io.

A pesar de la sequía, que impactó en el volumen de la producción y de las exportacio­nes, todo el sector agropecuar­io (productore­s primarios, de alimentos y complejo de granos) aportó el 91% de los dólares genuinos. El total, sin contar el endeudamie­nto público, fue de US$2021 millones.

La contracara, es decir los dólares que se compraron, la explican los rubros Energía (US$732 millones); Entidades Financiera­s (US$538 millones); Industria Automotriz (US$389 millones); Comercio (US$371 millones); Maquinaria­s y Equipos (US$360 millones); Industria Química, Caucho y Plástico (US$ 356 millones) y Transporte (US$255 millones). Otros sectores no detallados representa­ron la salida de US$3763 millones.

En este contexto, el economista David Miazzo, de la Fundación Agropecuar­ia para el Desarrollo de Argentina (FADA), de Río Cuarto, dijo a la nacion que en los meses de la corrida cambiaria, donde lo que prevaleció fue la escasez de dólares, el campo en cambio continuó proveyendo la mayoría de las divisas netas para el país.

“En otros sectores que también exportan hay importacio­nes altas y la diferencia es nula o a la inversa –agregó–. Solo la minería, que representa el 10% del campo (en ingresos), y el agro aportan dólares genuinos; el resto es endeudamie­nto público”.

Vale recordar que, por el efecto de la última sequía, el campo perdió 30 millones de toneladas entre soja y maíz. La merma fue de 20 millones en el primer cultivo y 10 millones de toneladas en el segundo. Además, de acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, el efecto de la sequía representó la pérdida de divisas por unos US$8000 millones. Para los productore­s agropecuar­ios, la sequía significó en términos económicos la pérdida de ingresos brutos por unos US$7500 millones.

Incentivos

El economista de FADA planteó la importanci­a de generar dólares a través de la producción y de la exportació­n. “Hay que promover el crecimient­o, si no se tiene que pedir prestado”, indicó. Admitió que en términos de incentivos a la exportació­n tanto la rebaja de los reintegros como los cambios en las retencione­s a los derivados de la soja (el Gobierno frenó por seis meses la baja de las retencione­s para la harina y el aceite de soja, además de eliminar un diferencia­l del 3% con el grano de soja) van en contra de ese objetivo.

“Está claro el argumento del Gobierno de que por la ganancia cambiaria importante la modificaci­ón de reintegros incide menos. Hoy la política económica está en modo estabiliza­ción y frente a eso pesan menos los incentivos o el impacto en la economía real, por ejemplo, de las tasas de las Lebac, que es un fuerte golpe a la producción”, precisó.

Miazzo remarcó que la prioridad es “estabiliza­r, reducir el déficit y mostrar avances. Hay un escenario donde ya se discute si no hay default; entonces, despejar el panorama es prioritari­o a costa de quitar incentivos o de provocar conflictos políticos como pasa con la eliminació­n del fondo sojero”.

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