Corrupción en la Argentina
El mayor escándalo de corrupción destapado en la Argentina, el conocido como caso de los cuadernos de los sobornos, está teniendo un efecto que va más allá del desprestigio –que crece a medida que se conocen los detalles– de los políticos kirchneristas y los empresarios implicados, puesto que se produce en un momento de especial dificultad.
La investigación judicial está sacando a la luz algo que se intuía desde hacía tiempo: el fondo de corrupción generalizada que ha caracterizado a la anterior administración argentina y que se centra en la figura de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La convulsión causada por el chorreo prácticamente diario de declaraciones, filmaciones y pruebas de diversa índole llega en el peor momento, porque lo hace en medio del desencanto que cunde en la sociedad por las importantes dificultades a las que vuelve a enfrentarse el país y que parecían finalmente superadas. La llegada al poder del conservador Mauricio Macri parecía indicar que la Argentina podía entrar en una deseada senda de normalidad con crecimiento, creación de empleo y recuperación del prestigio internacional. Tres años después, sin embargo, el panorama es el de un país rescatado por el FMI, una alta recesión y una popularidad a la baja del Gobierno.
Parte de la solución pasa porque la Justicia actúe hasta sus últimas consecuencias, que la oposición peronista resuelva la sucesión de Cristina Fernández y que el país recupere la serenidad necesaria para afrontar los importantes retos a los que debe enfrentarse.