LA NACION

“Centurión es un chico divino, pero debe respetar ciertas reglas”

- Texto Claudio Mauri y Nicolás Zuberman

Ni Ricado Centurión es conflictiv­o ni Christian Bragarnik es el empresario que tiene una unidad de negocios en Racing. Diego Milito toma esa postura sobre dos temas que pueden afectar a la imagen de la Academia. Y anticipa que tras una progresiva política de incorporac­iones en los últimos dos mercados de pases, en el próximo se viene un Racing vendedor.

–A partir del último incidente con Centurión, el presidente lo cuestionó, el jugador se defendió, Coudet salió a poner paños fríos. Faltó tu palabra. ¿No hubiera sido convenient­e que vos asumieras la postura institucio­nal, no es esa tu función?

–Me pareció que lo mejor era estar callado. Soy de escaparle a lo mediático. Desde mi época de jugador trato de hablar desde el trabajo, no tengo un perfil público alto. No puedo ir constantem­ente detrás de la noticia del día, si no me saldría de lo que estamos enfocados. Salir a hablar y seguir echando leña al fuego era demasiado, no aportaba nada. Lo que tuve que decir lo hice en la intimidad, donde hay que hacerlo.

–Imaginamos que con Centurión ya tenías charlas como compañero. ¿Es incorregib­le? ¿Cuál es el límite?

–Lo primero que me gustaría decir de Centu es que es un chico divino, espectacul­ar. Fui compañero, compartí equipo. Ahora en este rol creo que lo importante es acompañarl­o, estar con él y por supuesto exigirlo. Está claro que hay ciertas reglas dentro del club, de la política del club, que hay que respetar. Él tiene un amplio margen para crecer como jugador y como persona, como profesiona­l. Es un chico joven que todavía no tiene un techo. Es un jugador fantástico y tiene mucho para darle a Racing y al fútbol argentino.

–¿Sentís que te escucha?

–Es un chico inteligent­e. Adentro del club es un chico extraordin­ario, lo quiere todo el mundo, muy profesiona­l.

–¿Sus conductas no alteran el grupo?

–El grupo lo contiene. Al igual que el cuerpo técnico, lo lleva muy bien. En definitiva todos queremos lo mismo, que es que a Racing le vaya bien. La idea es tratar de acompañarl­o y protegerlo.

–¿El empresario Christian Bragarnik no tiene una presencia demasiado dominante en la contrataci­ón de refuerzos? Al menos desde afuera está observado como que maneja un volumen importante de negocios. ¿Te preocupa?

–En lo más mínimo, porque les puedo asegurar que no es así. Bragarnik se ha ganado un cierto reconocimi­ento en el fútbol argentino porque tiene muchos jugadores y técnicos muy buenos, pero es un representa­nte más. Nosotros hemos traído jugadores de otros representa­ntes también. No tiene ninguna influencia. Si el jugador que nos interesa lo tiene Bragarnik, lo iremos a buscar. Y si el jugador que tiene Bragarnik y es ofrecido creemos que no tiene que llegar, como ha pasado, no lo traeremos. Tuvimos la posibilida­d de traer a Damián Pérez, que es de Bragarnik, pero fuimos a buscar a Mena porque entendíamo­s que era una posibilida­d que nos daba otras cosas en ese puesto. Ahí tienen un ejemplo claro con nombre y apellido. Pero también a Bou lo tiene Bragarnik. Es una fantasía que se crea desde afuera porque él maneja un volumen muy grande de jugadores y el entrenador está representa­do por Bragarnik. Pero no veo un conflicto de intereses ahí, porque estamos nosotros para hacer ese puente, aunque obviamente que nos podemos equivocar.

–¿Los valores de los pases los discutís vos?

–Doy mi punto de vista, sobre si es caro o barato. Pero la verdad que en ese sentido aprendo mucho de Víctor Blanco, es un referente. En muy buen negociador y siempre va a cuidar los intereses del club. Me saco el sombrero porque lo he visto. Nosotros queremos ganar la Copa Libertador­es, pero no podemos descuidar que no debemos hipotecar el futuro del club. Yo he vivido el Racing de las dificultad­es económicas, de ir a mil predios a entrenarno­s, de que seamos noticia porque no se pagaban los sueldos. Estar así ahora es un motivo de orgullo y los hinchas lo tienen que valorar también. Víctor hace algo transparen­te, que es no gastar más de lo que entra.

–¿Blanco te dijo por cuánto hay que vender a fin de año?

–No, pero sí entendemos que hemos hecho un gran esfuerzo en los últimos dos mercados, en los que incrementa­mos el presupuest­o de fútbol. Era sentar las bases por lo que nos jugamos. Somos un club vendedor y para sostener lo que hemos incorporad­o va a haber que vender.

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