Una dinámica que se construye en la diversidad de voces
El horario de la primera tarde en la radio tiene sus dificultades en lo que se refiere a la elección de los contenidos que conviene ofrecer. Es un segmento en el que la actualidad caliente del día está a medio cocinar y lo que servía para dar con el desayuno ya perdió su frescura. Las dificultades se multiplican si quien está al frente del programa es competente en muchas materias, pero en una de ellas su preparación es notablemente superior a cualquiera de las otras. Estos son los obstáculos a los que se enfrenta El horno está para bollos y a los que supera sin mayores complicaciones.
Marcelo Zlotogwiazda es un periodista de primera calidad, con una vasta preparación cultural y muy bien informado. No caben dudas de su capacidad para conducir un programa de actualidad. Puede opinar y ofrecer información sobre cuestiones vinculadas a la política, al deporte, a la cultura, a la tecnología, a las prácticas sociales, por nombrar algunos de los campos que está en condiciones de abordar con soltura. Sin embargo, hay una materia en la que sus conocimientos resultan mucho más profundos y ese es el terreno de la economía. Sin proponérselo, probablemente es en ese campo y en el uso de las herramientas propias de esa disciplina donde su discurso se detiene con mayor morosidad. Lo que brindan al oyente los paseos por las comarcas pobladas de tablas y resultados estadísticos resulta sin duda interesante y útil para interpretar y enfrentar la coyuntura que padecemos por estos días. No deberían perder de vista, sin embargo, el descenso en la agilidad del ritmo que trae aparejada la visita a estos temas y el peligro de exagerar la concurrencia a ellos
La dinámica de las emisiones viene dada por el intercambio de opiniones y la labor alternada de los distintos columnistas y el conductor, que adquiere un atractivo creciente con el correr de los minutos en cada emisión. Resulta interesante, más allá de la labor específica de cada uno de ellos, la variedad de puntos de vista y la riqueza que se desprende del aporte de voces que brinda un equipo compacto.
Imposible entrar en detalles, por la extensión de este comentario, sobre cada sección del programa. Sin desdeñar la participación de los demás colaboradores, cabe acotar sin embargo lo divertidos que resultan los temas que Patricio Barton mete al horno en cada emisión. Otro segmento que resulta muy destacable y original es el de las microficciones que lee Zlotogwiazda a diario.