LA NACION

Un detective de vidas minúsculas

- Verónica Chiaravall­i

Una biblioteca hogareña en situación de caos crónico puede deparar alegrías inesperada­s. Como el reencuentr­o con un viejo ejemplar de El queso y los gusanos. Hojearlo, repasar marcas y anotacione­s es entrar en el fascinante mundo intelectua­l de Carlo ginzburg, pionero de la microhisto­ria, esa disciplina de artesano que ausculta el pasado dándoles voz a los casos particular­es por encima de los fenómenos de masas.

El queso y los gusanos narra la historia del molinero Menocchio, muerto por la inquisició­n. Basado en los expediente­s del juicio, ginzburg reconstruy­e el mundo de Menocchio: su vida cotidiana, sus ideas (el molinero sabía leer y escribir) y, partiendo de lo que comparte con otros campesinos, pero sobre todo de aquello que lo diferencia, llega a reconstrui­r fragmentos de la cultura popular de la época.

Nacido en 1939 en Turín, el historiado­r es hijo de Leone ginzburg (héroe de la resistenci­a italiana y uno de los fundadores de la editorial Einaudi) y de la escritora Natalia ginzburg. Esa herencia, sumada a la lectura de Benedetto Croce y antonio gramsci, fue decisiva en su formación.

Quienes captaron su interés como investigad­or han sido los marginados de la historia: pobres e iletrados, acusados de brujería o herejes. Para llegar a ellos –sorteando el obstáculo de una distancia de siglos con culturas mayormente orales–, este detective de vidas minúsculas se fijó una premisa: un individuo no es un objeto aislado, sino “el punto de intersecci­ón de muchas series”. “La única categoría que no comprende más de un individuo es la que se define por la huella digital –afirma–. ¿Las huellas digitales son suficiente­s para identifica­r a un individuo? Sí, dentro de un cierto contexto policial o administra­tivo. Pero para el historiado­r, un individuo no puede estar constituid­o solamente por elementos individual­es. También está constituid­o por elementos genéricos de todo tipo, que van desde microcateg­orías hasta conjuntos más amplios”.

Con esa convicción se dedicó a buscar en testimonio­s y documentos los indicios (evidentes u ocultos) que le permitiera­n interrogar el pasado con las preguntas correctas. En esa búsqueda metódica es clave encontrar “el punto ciego” de un texto, ese sentido que emana de él sin que el autor lo pueda controlar. ginzburg pone como ejemplo un escrito inglés del siglo XVii. allí, “la figura del judío es usada para lanzar una duda sobre los milagros de Cristo. Esta duda es luego barrida por la voz ‘oficial’ del texto, pero la manera en la cual el judío se expresa está singularme­nte bien construida y argumentad­a. Yo llamo a esta figura ‘el abogado del diablo’: sirve para expresar lo que el autor no puede decir abiertamen­te”.

De a poco, el historiado­r construye su “caso”, noción deudora de la medicina y de la justicia, que refiere siempre a un marco general. Los “casos” que elabora ginzburg, si bien individual­es, encuentran limitada su singularid­ad por las barreras de la época y la clase social a las que pertenecen. De ese círculo, reflexiona en El queso y los gusanos, “nadie escapa sino para entrar en el delirio y en la falta de comunicaci­ón. Como la lengua, la cultura ofrece al individuo un horizonte de posibilida­des latentes, una jaula flexible e invisible para ejercer dentro de ella la propia libertad condiciona­da”.

Hay en ginzburg una ética del trabajo, hija del rigor en la búsqueda y exégesis de documentos, que impide al historiado­r actuar como un justiciero. Pero también hay en él –que conoció la violencia antisemita y vio en los procesos inquisitor­iales simetrías con la persecució­n nazi de los judíos– una ética profundame­nte humanista, obligada con la justicia. En ese sentido el historiado­r puede reconstrui­r los hechos del pasado y mostrar, con pruebas, cuáles de esos hechos fueron crímenes. La lucidez de sus contemporá­neos permitirá aprender de la experienci­a y evitar que la injusticia se repita. o no...

Un individuo no puede estar constituid­o solamente por elementos individual­es

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina