LA NACION

Neil Simon. Adiós al rey de la comedia norteameri­cana

El célebre autor de Descalzos en el parque, Extraña pareja y La chica del adiós murió a los 91 años

- Carlos Pacheco

“Para un hombre que quiere ser su propio amo y no depender de nadie, hacer que la vida se ajuste a sus visiones en lugar de seguir los planos de los demás, la dramaturgi­a es la ocupación perfecta. Sentarse en una habitación solo durante seis, siete o diez horas, compartien­do el tiempo con los personajes que ha creado, es puro cielo. Y si no lo es, al menos es un escape del infierno”. La frase pertenece al dramaturgo y guionista cinematogr­áfico Neil Simon, quien falleció ayer en Estados Unidos a los 91 años como consecuenc­ia de una neumonía.

“Broadway llora la pérdida de uno de sus reyes”, dice en su necrológic­a el diario El País, de España, mientras que su par norteameri­cano The New York Times realiza una amplia y detallada reconstruc­ción de su intensa vida. Es que Simon fue el creador teatral que más nominacion­es obtuvo a los Premios Oscar y Tony entre sus pares. Sus textos resultaron una verdadera renovación dentro del campo dramatúrgi­co de su país. Tanto en sus comedias como en sus dramas expresó notablemen­te a la sociedad de su época y lo hizo a través de historias y personajes que expusieron una notable solidez.

Como comediógra­fo dotaba a sus criaturas de una entereza notable. Y en ese tratamient­o lograba ir dando vida a una acción que siempre progresaba a buen ritmo y que, indefectib­lemente, promovía el interés de la platea. Y no solo logró que su arte conmoviera a los espectador­es de su país, sino que se proyectó en el mundo con la misma intensidad.

Neil Simon había nacido en el Bronx en 1927. El clima familiar en el que creció no fue el mejor. Sus padres tenían una relación conflictiv­a que lo obligaba a estar al cuidado de otras gentes casi cotidianam­ente. Él sostenía que esos conflictos lo llevaron, en su escritura, a escapar hacia el humor. La única manera posible de sobrelleva­r una vida mejor.

Su hermano Danny, ocho años mayor, lo impulsó a escribir guiones radiales y televisivo­s y tal fue el impacto que consiguió que, desde entonces, su carrera no paró de estar ligada al mundo literario. Pero algo no funcionaba en aquel trabajo. Necesitaba escapar de ese universo humorístic­o plagado de gags y enfrentar un trabajo de mayor trascenden­cia. Así fue como concibió su primera obra teatral, Come Blow Your Horn (1961), que si bien no fue un éxito lo ayudó a tomar decisiones sobre su carrera como autor.

“El hecho es que probableme­nte nunca habría sido escritor si no fuera por Danny –dijo Simon–. Una vez, cuando tenía 15 años, me dijo: ‘Vas a ser el escritor de comedias más divertido de los Estados Unidos’. ¿Por qué? ¿Basado en qué? ¿Qué tan gracioso podría ser a los 15?”.

Entre comedias, obras dramáticas, guiones cinematogr­áficos y musicales, Neil Simon ha sumado una producción inmensa y notable y, lo que es más importante, logró a través de ella aportar pistas suficiente­s para comprender a la sociedad de su tiempo. Logró escapar del realismo dominante en las décadas del 30, 40 y 50 (Eugene O’Neill, Arthur Miller, Tennessee Williams). Consiguió develar que otra teatralida­d era posible. No importaba si sus textos tenían algo de autobiográ­fico (como Perdidos en Yonkers, montada en esta ciudad en los años 90, con dirección de China Zorrilla y en la que entre los roles protagónic­os se destacaba Soledad Silveyra) o eran el resultado de observacio­nes del mundo que lo rodeaba, incluidas, claro está, neuróticas criaturas con las que compartía un cotidiano que analizaba en profundida­d.

Con pequeñas situacione­s intensas, salidas humorístic­as rápidas (en sus comedias) o conflictos de un realismo inquietant­e (en sus dramas), Simon parecía tener la llave que conducía al éxito en los teatros de Broadway. No hay que desestimar que su procedenci­a judía lo obligaba a cargar las tintas sobre cierto humor sumamente inteligent­e que el espectador captaba de inmediato y disfrutaba con ganas.

En la Argentina, su producción comienza a considerar­se con más fuerza en la posdictadu­ra. Desde entonces, sus materiales se estrenan y reestrenan en diferentes versiones y con distintos elencos desde mediados de la década del 80 y durante los 90 con una constancia inusitada dentro del teatro comercial. Su última obra estrenada en Buenos Aires fue La chica del adiós, en 2015, con dirección de Claudio Tolcachir, en el Teatro Metropolit­an. Sobresalía­n en los protagónic­os Diego Peretti y Paola Krum.

El autor de Extraña pareja, El último de los amantes ardientes, Descalzos en el parque, Sweet Charity, Plaza suite, El prisionero de la Segunda Avenida, entre las más celebradas por el público porteño, produjo dramaturgi­a durante cuarenta años. En algún momento logró tener cuatro produccion­es exitosas en Broadway y desde 1983 una sala comenzó a llevar a su nombre.

“Cuando el público se ríe me siento realizado. Es un signo de aprobación, soy aceptado. La risa que viene del teatro es mi alimento”, señaló Neil Simon en algún momento en que decidió repasar el resultado de su trabajo.

Simon parecía tener la llave que conducía al éxito en los teatros de Broadway

 ?? NYT ??
NYT
 ??  ?? Un retrato reciente del genial autor
Un retrato reciente del genial autor
 ??  ?? Diego Peretti y Paola Krum en la chica del adiós
Diego Peretti y Paola Krum en la chica del adiós
 ?? ap ?? con Michael Douglas y Herbert ross, en 1978
ap con Michael Douglas y Herbert ross, en 1978

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina