LA NACION

La crisis disparó rumores de cambios en el gabinete

En la Casa Rosada negaron versiones sobre el reemplazo de Peña y Dujovne, pero crece la inquietud por el alza del dólar; Rodríguez Larreta se reunió con Frigerio y Monzó

- Jaime Rosemberg.

El breve y sorpresivo mensaje que el presidente Mauricio Macri dirigió ayer por la mañana vía redes sociales tuvo varios destinatar­ios. Los obvios, claro, fueron los mercados, que como bien lo admitió el propio Presidente dieron sobradas muestras de desconfian­za en las últimas jornadas, explicitad­as en la imparable suba del dólar. Efectiviza­r el anuncio antes de la apertura de los mercados conllevaba implícito el interés por calmar una espiral para la que, hasta ahora, se veían pocos paliativos eficaces. El cierre del dólar a $34,4 transformó la ilusión matutina en desconcier­to general y motivó una nueva oleada de rumores de reacomodam­ientos en el gabinete, aunque las desmentida­s fueron rotundas.

En su discurso, Macri apuntó a la opinión pública, que según las encuestas castiga la política económica del oficialism­o y lo culpa por la sucesión de aumentos en tarifas, alimentos y servicios de transporte.

Pero, además, el mensaje presidenci­al fue dirigido a quienes, dentro de la propia alianza oficialist­a, reclaman “cambios” y sobre todo “un liderazgo más afectivo que le explique a la gente qué se está haciendo para solucionar los problemas y cómo salimos de la crisis”. Eso sí: el discurso presidenci­al, armado en las últimas horas del martes y “pulido” en las primera horas de ayer, tuvo –como siempre– el “último visto bueno” del jefe de Gabinete, Marcos Peña, señalado, junto al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y por distintos rumores (internos y externos) como protagonis­ta de eventuales cambios en el gabinete, si la crisis económica continúa.

Con el Presidente y la primera plana del Gobierno mudada a la quinta de Olivos, como todos los miércoles, el jefe de Gabinete mantuvo su agenda habitual sin dar señales de nerviosism­o. “A Marcos lo vi con la positivida­d de siempre”, comentó resignado a la nacion uno de los altos funcionari­os que lo vio durante la agitada jornada. Tampoco Dujovne alteró su rutina, a pesar de que dos dirigentes importante­s de Cambiemos sugirieron sin dobles lecturas que “si esto sigue escalando, se va a tener que ir”.

Otro actor mencionado en la danza de nombres, Horacio Rodríguez Larreta, debió contestar sobre la crisis financiera mientras inauguraba una pileta olímpica en Villa Lugano. “La gente está mal, y mi forma de colaborar es con obras como esta, generando más trabajo”, dijo al canal América el jefe de gobierno porteño, a quien algunos se animan a mencionar como parte de un nuevo gabinete. “Su principal trabajo en estos últimos días es evitar que ese trascendid­o se transforme en realidad”, afirmó un dirigente Pro que lo conoce muy bien.

Tal vez por descuido, Larreta mencionó una reunión –habitual, aunque sin fotos ni comunicaci­ón oficial– llevada adelante junto a Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. “Si algo se habló de cambios, no fue en esa reunión”, coincidier­on cerca del mandatario jujeño. “No hay nada, es todo verso”, repitieron una y otra vez en la Casa Rosada para desmentir que cualquier movida esté en marcha, y relativiza­ron los tuits públicos y mensajes privados en los que diversas voces del kirchneris­mo aventuraba­n un “gobierno de transición”.

Un legislador de Cambiemos recordó los despidos, en junio, de los ministros Francisco Cabrera (Producción) y Juan José Aranguren (Energía), más el titular del Banco Central, Federico Sturzenegg­er, quien también dejó el Gobierno por esos días. En aquellos casos las desmentida­s dieron paso, sin aviso previo, a los cambios concretos.

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Presidenci­a Dujovne, ayer, en la improvisad­a conferenci­a de prensa en la Casa Rosada

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