La inteligencia artificial, bajo la mirada de expertos
Diez especialistas internacionales analizaron el fenómeno en el Planetario
Con el marco del domo del Planetario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y a sala llena –unos 250 asistentes–, se completó ayer por la mañana uno de los esfuerzos pioneros destinados a crear conciencia sobre las posibilidades, los desafíos, riesgos y las oportunidades de eso que, a falta de una denominación mejor, redondeamos con la frase “inteligencia artificial”. Se lo denominó Algoritmolandia, y fue organizado por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal), entidad que depende del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Fueron diez los analistas que echaron luz sobre una de las revoluciones tecnológicas más disruptivas de la historia. Habría tal vez que remontarse al nacimiento de la agricultura para enfrentar cambios de las mismas dimensiones. Suena exagerado, y tal vez por eso buena parte de la clase dirigente observa el mundo como si estuviéramos a mediados del siglo XX, sin algoritmos de inteligencia artificial, sin robots, sin supercomputadoras de bolsillo.
Algoritmolandia se propuso poner este tema en la agenda pública de América Latina. “Sí, la idea de fondo –dijo a la nacion Gustavo Béliz, director del Intal– es ponerlo en la agenda, pero también enfatizar la necesidad de que América Latina tenga una estrategia nacional a mediano y largo plazo que analice todos estos elementos, desde la inclusión social hasta la formación de recursos humanos; incluso cuestiones éticas”.
“Creo que es una obligación de todo gobierno el tratar de anticiparse a lo que ocurrirá en el futuro. No a largo plazo, insisto, porque eso es imposible, pero al menos en los próximos cuatro o cinco años”, dice Kristina Persson, exministra de Futuro del gobierno sueco. Fue la tercera oradora de la mañana, que no solo narró las conclusiones a las que arribaron sus equipos de trabajo (apostar al conocimiento, desarmar los silos estancos dentro de los gobiernos, tener un Estado creativo), sino también el dato que más llama la atención en estas tierras en las que el modelo sueco parece no tener fisuras. El Ministerio del Futuro duró en ese país solo dos años. “Nosotros también tenemos problemas”, resume, resignada, Persson, en diálogo con la nacion.
Es que, de cierto modo, los cambios disruptivos allanan súbita e inesperadamente el terreno. Pero, incluso en ese escenario, América Latina está en un franco atraso sobre el que, esta reunión de ayer en el Planetario, intentó alertar. La agenda fue densa y rica.
Los otros oradores fueron el economista, gerente del Sector de Integración y Comercio del BID, Antoni Estevadeordal; Nicolas Miailhe, presidente de la iniciativa The Future Sociedy (La Sociedad del Futuro), de la Universidad de Harvard; Débora Schapira, académica de las universidades nacionales de San Martín y Tres de Febrero; Kate Punder, exasesora del gobierno de Australia para temas de economía digital; Eduardo Plastino, de Accenture Brasil (una de las charlas más destacadas, porque analizó el impacto de la inteligencia artificial sobre las economías latinoamericanas, nada menos); Elsa Estévez, del departamento de Ciencias e Ingeniería de la Computación de la Universidad Nacional del Sur; Daniel Herymann, director del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Universidad de Buenos Aires, y Marcelo Cabrol, gerente del Sector Social del BID.