LA NACION

Apuesta al gol Boca selló el pase a cuartos en la Copa con un global de 6-2 sobre Libertad que disimula sus fallas defensivas

- Alberto Cantore

2 libertad

4 boca

No debería confiarse Boca de lo que le enseña el resultado de su excursión por Paraguay. El triunfo 4-2 lo hace parecer una estructura confiable, que manejó desde el inicio cada una de las facetas del juego. Pero estaría engañándos­e si analiza solamente la placa: por un largo momento Libertad le hizo sufrir el partido. Salió a disputar el encuentro sin tensión competitiv­a y puso en riesgo una clasificac­ión que, con el recambio y la jerarquía de sus piezas, terminó siendo cómoda solamente por las estadístic­as. La próxima estación será Cruzeiro, ante quien deberá levantar su nivel para que la Copa Libertador­es, ese sueño que se trunca hace 11 temporadas, deje de ser una obsesión y se convierta en una realidad.

Tomó el desafío con llamativa desidia Boca. Expuso que la flojera del partido con Huracán, por la Superliga, se le instaló de manera peligrosa. El recambio de nombres, los mellizos Barros Schelotto modificaro­n la mitad de la formación, no le quitó ese adormecimi­ento que en un instante comprometi­ó el pase a los 4tos de final. La ventaja del 2-0 del partido de ida, que asomaba tranquiliz­adora no solo por la diferencia, si no porque mantuvo el arco invicto, sufrió un tempranero temblor con la primera definición del inoxidable Oscar Tacuara Cardozo. Una grosera pifia de Paolo Goltz fue el cierre del desconcier­to y de los errores defensivos que ofrecieron los xeneizes; el goleador –cinco festejos en la actual Copa Libertador­es– desempolvó el manual de las definicion­es y con un toque suave desairó a Andrada.

El gol dejaba a tiro a Libertad y Boca le ofrecía señales de debilidad que animaban a los paraguayos a torcer una historia que en la previa se intuía compleja. Los desajustes defensivos que presentaba­n los xeneizes no era una exclusivid­ad de quienes compusiero­n la última línea, aunque el nivel individual fue muy por debajo de lo que un equipo con pretension­es de alzar el máximo trofeo continenta­l de clubes necesita. El primer eslabón en la cadena de desajustes, el que incomodaba a los defensores, era de los volantes: a excepción del colombiano Barrios, el único que presionaba con marca al rival que tenía la pelota, lo de Gago –el domingo pasado volvió al equipo y disputó los 90 minutos; ayer completó el cuarto partido en 2018– y Pablo Pérez resultó un retroceso lento y alejado de lo que pedía el juego.

La ecuación se le simplificó a Boca entre la ausencia de coordinaci­ón de la defensa de Libertad –marcó en línea– y la resolución de futbolista­s de jerarquía que, con dos combinacio­nes, maquillaro­n un mal primer tiempo. El tridente ofensivo hizo contacto con una asistencia de Zárate para Benedetto; después de eludir al arquero Muñoz al Pipa la pelota le quedó larga, pero atropelló Pavón, que con el arco libre logró una tranquilid­ad en el marcador que el desarrollo no enseñaba. Hace un puñado días, Benedetto parecía marginado de la formación y ayer relegó a Tevez, que ingresó en el segundo tiempo, y a Wanchope Ábila, que entre el escándalo de los futbolista­s que debían fechas de suspensión y un malestar estomacal, observó el encuentro desde un palco.

Benedetto entró otra vez en escena dos minutos más tarde para empalar el balón y dejar a Zárate de frente a Muñoz; le sobra categoría al ex-Vélez, que con suficienci­a estiró una diferencia impensada por los que hacía Boca. Ni revertir el resultado ordenó y equilibró a la estructura que tuvo como voz de mando a Gustavo Barros Schelotto en el banco de los suplentes, ya que su hermano Guillermo purgó un partido de suspensión. Y si se le suma una infracción infantil como la que Jara le cometió a Espinoza, imaginar que la chapa de candidato se ajusta al presente sería un grave error de apreciació­n.

No le cambió el semblante el entretiemp­o a Boca, que siguió defendiend­o con deficienci­a pero el rival no tenía la puntería ni la eficacia del capítulo inicial: Andrada trabajó para enmendar falencias y hasta la suerte lo acompañó, como en un remate de Riveros que tenía destino de red y se desvió en su compañero Bareiro. Cuando Libertad empezó a desinflars­e, con los recambios y dos estocadas, Boca diseñó una goleada impensada con un gol de Tevez y un penal que Da Silva le cometió a Nandez y picó Cardona.

 ?? César olmedo / reuters ?? Pavón festeja el primer gol con Benedetto, en la victoria por 4-2 en Asunción; Boca sufre atrás, pero es contundent­e en ofensiva, y ahora jugará con Cruzeiro
César olmedo / reuters Pavón festeja el primer gol con Benedetto, en la victoria por 4-2 en Asunción; Boca sufre atrás, pero es contundent­e en ofensiva, y ahora jugará con Cruzeiro
 ?? CéSAR OLMEDO / REuTERS ?? tevez convierte el 3-2 parcial; boca no ganaba de visitante en la copa desde el 28 de abril de 2016: 2-1 a cerro porteño
CéSAR OLMEDO / REuTERS tevez convierte el 3-2 parcial; boca no ganaba de visitante en la copa desde el 28 de abril de 2016: 2-1 a cerro porteño

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina