Los activos financieros, sobrecastigados, también necesitan de señales políticas
Los primeros días de la semana estarán marcados por lo que anuncie o no el ministro de Hacienda nicolás dujovne; oportunidades de compra para arriesgados
El cierre de agosto costó caro para los inversores, la economía y el Gobierno. Una nueva corrida cambiaria, la segunda en pocos meses y bastante más agresiva, llevó al billete a mostrarse en las pantallas mayoristas en torno a los $ 40 el jueves (cerrando en 36,8 el viernes), acumulando un salto semanal del 19% y acelerando la devaluación del año por arriba del 97%.
La primera crisis evitó convertirse en una corrida bancaria y se espera que esta vez tampoco ocurra. Ahora, esto no implica que no se necesite de una acción concreta y acertada por parte del Gobierno para limitarla y contenerla. Esto básicamente porque –y como sucedió en abril- no se puede escudar en razones externas. Se originó, principalmente, en errores propios forzados, o no, y en una estrategia de comunicación que presenta fallas.
Hace poco sosteníamos que no había mucho margen para errores, ya que no serían gratis. Pasó. La recesión que se anticipaba, se profundiza hoy en las proyecciones tanto en tiempo, como en magnitud. La inflación se acelerará bastante más arriba del 30-32%. La devaluación licuará la rentabilidad de los pesos, y tendrá un costo claro y fuerte sobre la sociedad. Mientras que los desequilibrios existentes no hay dudas se ajustarán más rápido con un tipo de cambio real sólo 5% más bajo del que se tenía en 2003.
En principio, se esperan detalles del nuevo acuerdo con el FMI, que permitirá el adelanto de los fondos del 2020 y 2021 al 2019. Unas seis cuotas trimestrales, del orden de los US$3000 millones, o un total de US$18.000 millones, que se sumarían a los US$12000 millones que de por sí contemplaba el cronograma inicial. ¿Cuál será el costo? ¿Un ajuste aún más rápido del déficit fiscal? Más que probablemente y “atacado” desde el lado de los gastos, ¿pero también ingresos?
Ahora, parte del problema es que hay una crisis de confianza que a esta altura se entiende es más política que económica. En consecuencia, las medidas por sí solas pueden no ser suficientes para tranquilizar las aguas al menos de forma inmediata; o en otras palabras, podrían no tener un efecto de shock sobre las expectativas, que necesitan revertirse. Se necesita tiempo, y dejarlas correr. No hay acá varitas mágicas.
De hecho, los fundamentals no justifican hoy los precios de los activos financieros, y es ahí donde se necesitan señales políticas. Escenario que si bien despierta oportunidades de compra, no permite abandonar por completo las recomendaciones de cautela.
La incertidumbre, y la volatilidad, se mantendrán altas. Mientras que si se habla del muy corto plazo, no hay que ser muy analítico, para entender que la atención se centrará en lo que anuncie o no Dujovne en las próximas horas. Por lo que la reacción a esto será lo que al menos domine las primeras ruedas.
En este marco, un buen dato es tener en cuenta desde donde se parte en términos de precios. Tras una semana de fuerte volatilidad, el índice Merval cerró arriba de los 29000 puntos en pesos -luego de testear mínimos de 25000 puntos-. Mientras que en dólares logró recuperase a niveles de 790 puntos, con la recuperación básicamente del viernes, aunque en la semana perdió igualmente en torno al 5% y desde los máximos de enero un
58%. Entre las líderes, y en esta moneda, las bajas acumuladas suman
20% y 80%, respectivamente. Son valuaciones sobrecastigadas, y que pueden ser vistas como punto de entrada. No obstante, salvo para posiciones de trading que no son para cualquier inversión, se aconseja evitar adoptar por el momento posiciones agresivas. Sólo compras parciales con un objetivo de mediano/largo plazo para posiciones moderadas pueden ser opción.
En cuanto a la renta fija, la semana dejó también tristes records, como un Credit Default Swap (CDS) a 5 años arriba de los 770 puntos. Tomando los bonos en dólares, las caídas fueron en promedio del orden del 4,5-5,5% en la semana. Los rendimientos máximos alcanzados el jueves fueron de entre 11/13% anual, con una curva que prácticamente se invirtió.
Niveles que incorporan una probabilidad de default que no se justificaba la semana pasada, y menos aún tras el anuncio reciente. Esto entendiendo que el adelantamiento del fondeo del FMI apunta justamente a despejar las dudas que se podrían haber disparado sobre la viabilidad del programa financiero del 2019. En consecuencia, se aconseja asumir hoy posiciones dentro de la curva en dólares. El lugar donde cada uno se ubique dentro de la misma, dependerá del riesgo duration a asumir, con el que se sienta cómodo cada inversor. Encontramos desde Letes de muy corto plazo, hasta bonos más largos como el Descuento o el Par.