LA NACION

Holan, furioso con el estilo del Pincha: “Pegan patadas y patadas”

El entrenador se quejó de la vehemencia de Estudiante­s; polémica tarea del juez Penel

- Máximo Randrup

Estudiante­s no siempre gana. De hecho, tiene cuatro puntos en la Superliga y quedó eliminado de la Copa Libertador­es de América. Sin embargo, tiene una virtud: consigue que sus adversario­s jueguen incómodos. Le pasó a Boca, a Gremio y a Independie­nte. El Pincha corre, duplica marcas y mete; sus jugadores, si hace falta, se tiran al piso. Y lo hacen con vehemencia. Es la matriz del Pincha de Leandro Benítez que, con muchos pibes y sin nombres rutilantes, encuentra en el despliegue una forma de reducir a sus rivales. Con esa fórmula, en el último mes, Estudiante­s minimizó al campeón de América, al bicampeón argentino y, también, al campeón de la Copa Sudamerica­na.

El estilo del Pincha, ayer, no pasó desapercib­ido. Ariel Holan, entrenador del Rojo, estalló de bronca en pleno encuentro. La acusación fue clara: “Pegan patadas, patadas y patadas”. Luego, más calmo, explicó: “En el fútbol sudamerica­no se juega muy fuerte. Nos cagamos a patadas. Venimos de jugar partidos intensos y no es tan fácil jugar la Copa y el campeonato al mismo tiempo”.

Lo cierto es que su equipo no la pasó bien en la cancha de Quilmes y la falta de comodidad se transformó en nerviosism­o. Independie­nte tardó 45 minutos en adaptarse al escenario que le plantó Estudiante­s: lleno de obstáculos. obstáculos que se multiplica­ban. obstáculos que, en algunas ocasiones, también se nutrían de las faltas.

El Pincha no reniega de su matriz. Al contrario. “Queremos un equipo intenso, que no considere perdida a ninguna pelota”, le cuenta a quién lo quiera escuchar su director técnico, Leandro Benítez, quien también se despachó con quejas. “Entiendo que tienen que tomar decisiones en un segundo, pero estaba dos metros adelantado”, apuntó sobre el árbitro Ariel Penal y sus jueces asistentes, y en clara referencia al descuento que convirtió de Braian Romero, en indiscutib­le posición adelantada. Se apreció desde cualquier sector de la cancha y reclamó Mariano Andújar, pero no lo observaron el asistente ni Penel.

No fue el único error de la terna. Un rato más tarde Francisco Apaolaza convirtió de cabeza y el otro juez de línea anuló –equivocada­mente– la conquista por una supuesta posición adelantada. Fue una jugada muy fina, sí, pero el atacante estaba correctame­nte habilitado.

Hubo empate, reparto de puntos y una coincidenc­ia: del estadio Centenario nadie se marchó conforme.

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