LA NACION

A tres décadas del debut de Diego en la selección, llega el turno de giovanni

El mediocampi­sta de Estudiante­s debutó en 1997 y va a cumplir 40 años; cómo es su relación con los compañeros que no habían nacido cuando él ya jugaba en primera; “la diferencia es mucho menor de lo que se cree”, asegura el Chapu

- Máximo Randrup

LA PLATA.– Mientras River amontonaba trofeos en sus vitrinas y cuando el Boca de Bianchi aún no había nacido; mientras el país se preguntaba si la contienda Passarella-Redondo (¡por el pelo!) se resolvería antes del Mundial del año siguiente y cuando un dólar costaba un peso; mientras el Borussia Dortmund alemán celebraba por ser el mejor del planeta y cuando el proyecto Pekerman combinaba presente y futuro; en ese momento, sin generar alboroto en la prensa, debutaba Rodrigo Braña en la primera de Quilmes.

Fue –para arrojar mayores precisione­s– el 20 de diciembre de 1997, en un partido contra Nueva Chicago por la B Nacional. Entró en el segundo tiempo por su amigo Adrián “el Máquina” Giampietri, quien había convertido el 2-0 que a la postre resultó definitivo. Desde ese día pasaron más de 20 años y, como Braña continúa en actividad, hoy a varios de sus compañeros de Estudiante­s (casi) los duplica en edad.

Basta con analizar la foto, en la que el tío Braña (39) está rodeado por jóvenes sobrinos. Dos de ellos, Iván Gómez (21) y Lucas Rodríguez (21), nacieron el mismo año en el que debutó el experiment­ado volante; Bautista Cejas (20) y Matías Pellegrini (18), por su parte, vieron la luz cuando la carrera del Chapu ya había comenzado.

Y estos cuatro chicos no son los únicos compañeros adolescent­es que tiene. También están, entre otros, Iván Erquiaga (20), Carlo Lattanzio (21) y Juan Francisco Apaolaza (21).

¿Cómo se comportan estos pequeños futbolista­s? El más veterano del plantel pincha rompe un mito: “Muchos dicen que los pibes de ahora son distintos y la diferencia es mucho menor a lo que se cree. Ellos hacen lo mismo que hacíamos en otra época: juntarse todos en una pieza y jugar a la play. Puede cambiar el dispositiv­o tecnológic­o, pero a grandes rasgos es lo mismo. Quizás en mis comienzos no era la play, pero sí otro juego parecido”.

El Chapu hace una pausa de golpe, piensa un instante y luego agrega: “La única diferencia que encuentro es que antes mirábamos más fútbol, pero los tiempos cambiaron. No puedo pretender que hagan lo que yo hacía hace 20 años. Ahora, tienen más ofertas para entretener­se y es entendible que se vean seducidos”.

Lo fundamenta­l, para Braña, pasa por una cuestión lógica: que los jóvenes cumplan con las obligacion­es de un futbolista profesiona­l, y según él, actúan de modo correcto. “Lo principal es que se entrenen, que presten atención y que descansen, y la verdad es que lo hacen”, asegura el mediocampi­sta, que alcanzará la línea de los 40 años en Estudiante­s (los cumplirá en marzo próximo y su contrato vence en junio de 2019). Y añade, como un tío complacien­te: “Soy de la idea de que en el tiempo libre los chicos tienen que hacer lo que sientan, siempre y cuando no perjudique el descanso. Si es jugar a la play o hacer algo en el celular, que lo hagan. Mirar fútbol te puede ayudar a sacar alguna conclusión, pero lo principal pasa por el entrenamie­nto; además, si ven partidos obligados tampoco les va a servir”.

Si bien los comprende, el Chapu reconoce que hoy su rutina es bien diversa: “En las concentrac­iones, cuando ellos se están riendo en una habitación, yo quizás estoy en la mía mirando un partido o alguna película. A esta edad, le dedico más tiempo al descanso porque el cuerpo me lo pide”. Y entre risas, aclara: “Tampoco soy un viejo mala onda. Comparto mucho con ellos: mates, charlas, jomula das. Por momentos soy uno más”.

Los chicos lo confirman. “Se pone serio a la hora de entrenar, pero después se mata de risa con nosotros”, coinciden los más jóvenes y no dudan en llenarlo de elogios: “Es un honor tenerlo en el plantel, primero porque sigue vigente y segundo por la trayectori­a que tiene”.

La diferencia de edad entre Braña y muchos de sus compañeros también llama la atención si se examina la cantidad de partidos. El volante acu- 624 encuentros en primera (entre Quilmes, Mallorca B de España, Unión, Estudiante­s y el selecciona­do argentino), mientras que los otros cuatro jugadores de la foto suman 160 (Rodríguez jugó 98; Gómez, 37; Cejas, 18; Pellegrini, 7).

Esa experienci­a, lejos de atesorarla, el Chapu pretende divulgarla: “Me gusta hablar con los chicos porque les tengo mucho aprecio y pienso que quizás les puedo aportar. Cuando les digo algo no es porque yo sea un ejemplo de nada, es porque ya viví algunas cosas y tal vez les puedo ahorrar una macana. Charlo desde cuestiones futbolísti­cas y respetar el descanso, hasta de no pasarse de revolucion­es en el gimnasio. A veces les comento que hay tiempo para todo: si les gusta ir a bailar, que lo hagan después del partido y si ganamos; acá en Argentina es así porque de lo contrario te matan”, expresa distendido en el Country de City Bell, su casa. Y amplía: “Si uno sale cerca del partido llega mal al momento más importante, y si sale lunes o martes tampoco es bueno, porque empezás mal la semana”.

Más allá de su intento por colaborar en la formación de los jóvenes, confiesa que los jugadores de las divisiones juveniles del Pincha llegan al plantel superior con una educación llamativa: “Acá no hay que decir casi nada porque los pibes son muy profesiona­les. Un poco por los valores que les transmiten en inferiores y también por la escuela que tiene el club para los chicos”.

Braña les habla y los trata de ayudar, pero −sobre todo− los entiende. Incluso, los alaba. Al parecer, el Chapu es un tío copado.

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Santiago hafford De izquierda a derecha, Iván Gómez, Bautista Cejas, Lucas Rodríguez y Matías Pellegrini flanquean al volante, que suma 21 años de trayectori­a
 ?? Fabián marelli ?? De izquierda a derecha, Matías Pellegrini, iván Gómez, bautista Cejas y lucas rodríguez flanquean al volante, que suma 21 años de trayectori­a
Fabián marelli De izquierda a derecha, Matías Pellegrini, iván Gómez, bautista Cejas y lucas rodríguez flanquean al volante, que suma 21 años de trayectori­a

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