Lunfardo recargado. De hacer “fiaca” a “estar pila”, la evolución va del tango a la cumbia
Los menores de 25 son quienes más alimentan el argot; el rock y el rap, otras fuentes
–Buen morfi y festichola: vivo como un bacán.
–Dejate de sanata... ¡y ponete a laburar! En este diálogo, varios vocablos son préstamos de lenguas itálicas que los argentinos incorporamos un siglo atrás, en los orígenes del lunfardo, argot que ayer celebró su día nacional y que, lejos de perecer, vive en ebullición. De hecho, la inventiva de los argentinos a la hora de crear palabras sobresale de la media global, mérito que se atribuye a los jóvenes. Lo que cambió, sí, es el repertorio. El lunfardo encontró nuevas formas en el rock, la cumbia y el rap.
“Imploramos que nos ayuden”, pidió Alexandre Keller, director del Museo Nacional de Río de Janeiro, poco después del voraz incendio que extinguió el 90% del acervo cultural y científico de la institución bicentenaria, integrado por veinte millones de piezas. Mientras la Universidad Federal de Río de Janeiro, de la que depende el museo, comienza un inventario y evaluación de daños del material perdido, el Estado argentino anunció a Brasil que ofrecerá asistencia técnica para colaborar “con la reconstrucción de la memoria cultural y patrimonial brasileña”.
Por iniciativa conjunta de la Secretaría de Cultura de la Nación y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, el secretario de Cultura, Pablo Avelluto, se comunicó ayer con el ministro de Cultura brasileño, Sergio Sá Leitão, para ofrecer ayuda. El primer paso será una reunión de trabajo, prevista para mañana en la Cancillería, con embajadores de países de la región, para implementar un plan urgente.
Según publicó ayer Folha de S. Paulo, la ayuda argentina también incluiría obras de la colección de arte pública nacional. El diario cita a Avelluto y asegura que se hará un relevamiento local “para verificar qué podría ser enviado a Brasil”. Ante la consulta de la nacion sobre la posibilidad de que el Estado nacional done o ceda obras de su acervo al Museo Nacional de Río de Janeiro, la respuesta oficial de la secretaría a cargo de Avelluto fue negativa. No solo no se evalúa donar piezas de los museos nacionales, sino que esa opción no es viable porque no está permitido por ley. El ofrecimiento de ayuda, en concreto, será técnico y dependerá del informe que envíe Brasil luego de finalizar la evaluación de las pérdidas. Mientras el Museo de Río de Janeiro realiza el inventario, en la Argentina se avanza con el armado de la red de cooperación regional. Avelluto se comunicó también con la Secretaría General Iberoamericana, a cargo de Rebeca Grynspan, organismo que agrupa a los museos iberoamericanos, y se comprometió a darle máxima prioridad a este problema en la próxima reunión de Ibermuseos, que se realizará en la Argentina en octubre.
“Frente a esa tragedia, el Programa Ibermuseos se solidariza con los trabajadores e investigadores del museo nacional y todo el pueblo brasileño. El programa ofrece a las autoridades brasileñas el Fondo Ibermuseos para el Patrimonio Museológico, que se destina a apoyar acciones de asistencia, socorro y protección al patrimonio museológico de regiones en situaciones de riesgo por desastres”, informó el organismo ayer, dos días después del incendio.
Museos reconocidos del mundo, entre ellos argentinos como el Bellas Artes y el Moderno e internacionales como el Louvre, de París, y el de Historia Natural, de Londres, expresan su consternación con carteles negros y la frase “estamos de luto”.