Por la suba de las naftas, se disparó la conversión de autos a GNC
combustibles. Se registraron 15.783 vehículos nuevos con equipo de gas en agosto, lo que significó un incremento interanual del 84%, según datos del ente regulador del sector
Entre las estrategias para enfrentar el aumento de los precios de los combustibles, en las últimas semanas miles de automovilistas reconvirtieron sus vehículos al uso de gas natural comprimido (GNC), un combustible mucho más económico que las naftas tras los últimos ajustes en los precios de los combustibles líquidos.
Durante agosto, se registraron 15.783 vehículos nuevos con equipo de GNC, según los datos del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas). La cifra marca un incremento del 84% sobre igual mes de 2017. Si se compara con julio de este año –cuando se registraron 12.622 unidades–, la suba fue del 25%.
Este fue el registro más alto del año, y la principal explicación que esgrimen los especialistas tiene que ver con el factor precio, sobre todo si se lo compara con los costos de las naftas, que han sufrido varias subas en lo que va del año.
“Las conversiones vienen creciendo mes a mes, más o menos desde mediados del año pasado. Por suerte, la producción de GNC está aumentando, el precio es menor y favorecemos el medioambiente. Por eso somos el combustible alternativo”, dijo el vicepresidente de la Cámara de Expendedores de GNC, Pedro González, a la nacion.
Según las estimaciones de las distintas cámaras, en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires –el área de mayor consumo del país–, el metro cúbico de GNC tiene un costo aproximado de $12,39, mientras que a nivel nacional ese promedio asciende a $15.
El metro cúbico de GNC tiene un rendimiento equivalente a 1,138 litros de nafta súper. Un tanque de GNC promedio tiene una capacidad de 12 m3 aproximadamente. Así, llenar el tanque en la Capital Federal cuesta un promedio de $170, lo que genera un rendimiento de 160 a 180 kilómetros, según el uso.
En la ecuación, sin embargo, debe considerarse el costo de la instalación de los equipos para que un vehículo esté apto para funcionar con GNC. “Hasta hace poco, el valor de un equipo de quinta generación era de alrededor de $25.000. El tanque es una de las cosas más caras y normalmente estaba cotizado en dólares”, explicó González.
Según la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha), la cantidad de conversiones a GNC cayó fuerte en 2016, pero comenzó a repuntar en el segundo semestre de 2017 y se acentuó este año, principalmente a raíz de los costos más accesibles.
Pese a un mayor volumen de conversiones, los números del sector muestran una caída en las ventas de GNC. “Los volúmenes disminuyen en los comparativos interanuales. La principal explicación se encuentra en la renovación del parque automotor, que demanda una menor cantidad de combustible por unidad”, informaron en Cecha.
Durante 2018, el precio del GNC registra un aumento del 21,59% (ya que en enero costaba $10,20 y ahora, $12,39), una cifra bastante inferior a la suba que se aplicó sobre los combustibles líquidos.
De hecho, YPF aumentó los precios de sus combustibles un 2,5% el sábado pasado, y un 9,5% en el área metropolitana y un 8,5% en el resto del territorio nacional el lunes de esta semana. A este incremento se le sumó Axion, que también ajustó entre un 10% y un 12%, en sintonía con el incremento que ya había hecho Shell el sábado pasado.
Con esta suba, en las estaciones de servicio de YPF, que es la líder del mercado, con el 55% de participación, el litro de súper pasó, en la Capital Federal, de $30,34 a $33,23, y el de nafta premium, de $36,42 a $39,88.
En el caso del diésel, el precio de venta pasó de $26,38 a $28,89, y el del gasoil premium, de $31,65 a $34,65.
En esta oportunidad, el incremento obedeció también a que a partir de este mes rige la suba del impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC), que fija la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Además, la suba de los precios se explicó por el alza de los biocombustibles, una de las materias primas con las que se hacen las naftas y cuyo valor lo fija el Ministerio de Energía, ahora devenido en secretaría.