LA NACION

La banda del exjuez falseaba ruedas de reconocimi­ento

La pLata. La fiscal Lacki pidió ayer que sea ratificada la prisión preventiva de César Melazo

- Gustavo Carabajal

La organizaci­ón delictiva que supuestame­nte comandaba el exjuez César Melazo había armado un aceitado mecanismo para lograr la impunidad de integrante­s de la banda. El sistema incluía el borrado de pruebas y falsas ruedas de reconocimi­ento.

Sin embargo, hace siete años, una pieza de ese mecanismo falló. Un exfiscal y los policías quisieron cambiar al acusado de un asesinato en una rueda de reconocimi­ento para evitar que lo señalaran como el autor del homicidio de otro miembro del grupo delictivo. Dos veedores de la Procuració­n bonaerense advirtiero­n la maniobra y el integrante de la banda quedó procesado y detenido por el asesinato de otro exmiembro de ese grupo: Juan Roberto Farías, crimen ocurrido el 1° de diciembre de 2010.

La fiscal Betina Lacki pidió ayer la prisión preventiva del exjuez Melazo y de Rubén Orlando Rodríguez, alias Tucu, señalado como supuesto exjefe de la barra brava de Estudiante­s. El exmagistra­do de Garantías está acusado de ser el presunto jefe de la asociación ilícita integrada por otros miembros de la Justicia platense, policías bonaerense­s y barrabrava­s de Estudiante­s y de Gimnasia. La jueza de Garantías de La Plata, Florencia Butiérrez, deberá decidir si acepta la solicitud de la representa­nte del Ministerio Público.

Hace ocho días, la magistrada había aceptado el pedido de la fiscal para que dictara la misma medida en los casos del excomisari­o inspector Gustavo Bursztyn; el oficial Gustavo Mena; Javier Ronco; Ángel Yalet; Adrián Manes, alias Quichua; Carlos Bertoni; Héctor Vega; Carlos Barroso Luna, y Martín Ezequiel Fernández.

Ronco es cuñado de Tucu Herrera. A pesar de haber sido procesado por un doble homicidio, gozaba de la prisión domiciliar­ia. Un camarista del Tribunal de Casación le había otorgado ese beneficio.

Un testigo que declaró en la causa describió una escena que comprometi­ó al exjuez y al excomisari­o inspector. Según fuentes de la investigac­ión, en julio de 2010, Bursztyn le dijo a Farías que “el trabajo en la casa del técnico de fútbol no se hacía por orden del Flaco”. Cuando le preguntaro­n al testigo quién era el Flaco, respondió que se refería al exjuez. A pesar de la orden, Farías habría asaltado la casa del exintegran­te del cuerpo técnico de Estudiante­s y se apoderó de casi US$4.000.000 que habrían pertenecid­o a un importante político de La Plata.

En el seno de la banda se decidió recuperar el dinero robado. El ataque se concretó el 1° de diciembre de 2010. Farías fue asesinado. Una testigo fue convocada a la rueda de reconocimi­ento. Quichua Manes era el sospechoso que había sido detenido. Para evitar que la vecina lo reconocier­a, los policías y un exfiscal habían planeado colocar a Manes en la rueda de detenidos y sacar una foto para incorporar en el expediente.

Antes que la testigo ingresara, Manes sería retirado de la hilera y reemplazad­o por otra persona de similares caracterís­ticas. De esta forma la vecina no reconocerí­a a Manes, porque no estaba en la rueda detenidos. Pero en el acta figuraría la foto con el verdadero acusado.

La banda no pudo concretar la maniobra porque un grupo de veedores de la Procuració­n habían concurrido a la fiscalía para supervisar la tarea del representa­nte del Ministerio Público.

Debido a que la testigo pudo reconocer a Manes como uno de los presuntos autores del homicidio de Farías, la Justicia le dictó el procesamie­nto y la prisión preventiva por el asesinato ocurrido el 1° de diciembre de 2010. Por su parte, el fiscal fue separado de su cargo y hace diez días la Policía Federal allanó su casa.

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