MUJERES DEL ROCK
Buscan imponer una perspectiva de género en un ámbito machista
Las mujeres quieren cantar su historia y el tiempo está de su lado. Mientras un grupo de músicas con Celsa Mel Gowland al frente presentaron ayer en el Senado un proyecto de ley de cupo femenino para festivales, ciclos y programaciones anuales en el país, tanto privadas como estatales, el fin de semana próximo se llevará a cabo una nueva edición del Festival Ahora, “con un line up íntegramente conformado por las mayores exponentes femeninas de la escena”. En este contexto, toda una nueva generación de artistas mujeres se imponen en el under como el símbolo de una nueva era, con exponentes como Barbi Recanati –la excantante de Utopians que el año pasado disolvió la banda luego de que uno de sus compañeros fuera denunciado por acoso sexual por varias fanáticas menores de edad–, quien para acompañar este momento histórico según su visión, acaba de lanzar un sello discográfico que editará exclusivamente discos de mujeres. “Para generar igualdad, durante un tiempo hay que generar desigualdad. La única forma de balancear las cosas es darle un peso extra a la mujer durante un tiempo hasta que las cosas se equiparen lógicamente”, sostiene.
Todo esto enmarcado en una coyuntura global en la que la mujer marca el ritmo de este siglo: un estudio realizado por la radio pública norteamericana NPR Music, en el que se analizan los éxitos musicales desde 2000 hasta hoy, concluyó el mes pasado “que las mujeres son más influyentes y determinantes que los hombres en la creación musical al desafiar todas las categorías artísticas y empujar el sonido en nuevas direcciones”.
Recanati, Mariana Paraguäy, Marilina Bertoldi, Marina Fages, Cam Beszkin, Loli Molina, Los Rusos HDP, Jimena López Chaplin, Paula Maffía, Srta. Trueno Negro, Mariana Bianchini, Potra, Florencia Ruiz, Eruca Sativa, Miss Bolivia, Lucy Patané, Barbarita Palacios, y más y más y más. Nombres, apellidos y bandas que por estos días dan cuenta de que talento femenino en la escena actual hay de sobra. Lo que falta son espacios y mayor visibilidad, coinciden las artistas.
“A la mujer le cuesta todo muchísimo más. Estamos en un país donde la difusión radial es paga, si ya les cuesta a los músicos argentinos e independientes sonar en las radios, a las mujeres les cuesta el doble”, sostiene Mel Gowland, cantante iniciada en los escenarios en los años 80 como corista de Virus, exvicepresidenta del Instituto Nacional de la Música (Inamu) y también politóloga. “Existe como un prejuicio de los productores de que las mujeres en la Argentina no venden. Eso va en contra de todo lo que observamos en toda América Latina y el mundo. El pop global es de las mujeres y no puede ser que acá músicas como Loli Molina, Sol Pereyra o Sofía Viola tengan que irse a México para que se le empiece a dar bola. Juana Molina se tuvo que ir a Japón para que se le prestara atención en el país. ¡Fabi Cantilo tuvo su primera tapa de la revista Rolling Stone a los 60 años! El otro día Andrea Álvarez decía algo muy cierto: con el 10 por ciento de lo que hizo Fabi Cantilo en su vida, otros, varones, construyeron carreras exitosísimas”.
Cam Beszkin, otra cantante de la nueva generación, aplica la misma figura para la baterista y cantante. “No puede ser que no le llame la atención a nadie la cantidad de hombres que hay arriba de los escenarios y las pocas mujeres. Como que la mina tiene que estar en un lugar sumiso y el poder tiene que estar en mano de varones. No puede ser. Mirá lo que es Andrea Álvarez, te revienta la cabeza, tuvo una trayectoria increíble y para mí tendría que tener mucho más reconocimiento del que tiene. Hay que abrir un poco más la cabeza”.
Atendiendo a estos movimientos, el festival Ahora, que se realizará el domingo 23, en el Konex, dedicará exclusivamente su edición 2018 a las mujeres. Allí se presentarán, a partir de las 16, Marilina Bertoldi, Barbi Recanati, Dakillah, Violeta Castillo, Jimena López Chaplin, Potra y Jazmín Esquivel, entre otras. “Es importante escuchar a las personas que generaron todo este movimiento, porque estos movimientos hablan siempre de algo mucho más de fondo y que es muy interesante y nos termina agregando mucho valor a la sociedad”, asegura Bertoldi. “No es solo un reclamo de género. Porque otro aspecto importante del feminismo es cuando se dice que todo es político. Es muy importante tener ese concepto claro en esta época. Cada gesto o cosa que decidimos o no hacer conlleva una ideología y la palabra ideología no es una mala palabra. Está bueno reivindicar eso también”. Por el cupo
A fines del año pasado, en la cuenta de Facebook de la cantante Isabel de Sebastián, varias músicas comenzaron a debatir acerca de las grillas de los festivales y de la falta de espacios para las mujeres en los escenarios en general. Un mes más tarde, un nuevo tributo a Luis Alberto Spinetta en el que participaron “19 músicos y ninguna mujer” volvió a encender la alarma en las redes, y Mel Gowland, por entonces aún en el cargo de vicepresidenta del Inamu, sumó otro dato revelador, sobre la casi nula presencia femenina en el regreso del festival B.a.rock: “Programaron 68 bandas de hombres y había solo nueve mujeres, si contabas las coristas. O sea, aproximadamente 250 varoncitos y nueve chicas”.
Mel Gowland dejó su cargo en el Inamu en febrero de este año con una convicción: redactar una ley de cupo femenino. “Convoqué a músicas de todos los estilos y géneros musicales y de distintas franjas etarias y buscamos la línea del proyecto, una posición para este reclamo que fuera más allá del reclamo de género y que ponga el foco en el reclamo laboral. Porque todas las mujeres talentosas argentinas que no están pudiendo subir a un escenario son mujeres que no están pudiendo cobrar sus derechos de autor, que es el salario de un compositor”.
Luego de las hipótesis planteadas, aparecieron los números. Tras un exhaustivo análisis de la programación de 46 festivales de todo el país, de diferentes géneros, los resultados acerca de la participación femenina fueron aún más bajos que la media brindada por un estudio chileno realizado el año pasado con los mismos objetivos. “En ese estudio se mostraban los números de la desigualdad en todo el continente, pero resaltaban que la Argentina era el país con menor presencia femenina en los escenarios. Y nuestra investigación dio números aún peores: de 1611 artistas que participaron en todos estos festivales, menos de 160 estaban lideradas por mujeres... ¡Menos del diez por ciento!”.
El proyecto que ayer finalmente presentó la senadora Anabel Fernández Sagasti pide un piso del 30 por ciento de mujeres “en toda actuación que convoque a más de tres agrupaciones musicales, en una o más jornadas, en ciclos y en programaciones anuales, sean privadas o estatales”.