LA NACION

Bonadio acusó a Cristina Kirchner de ser la destinatar­ia de los sobornos

El juez la procesó con prisión preventiva, aunque la protegen sus fueros; tomó la misma resolución con otros 41 exfunciona­rios y empresario­s; sostuvo que ella lideró una asociación ilícita que recaudó al menos US$100 millones

- Hernán Cappiello

En un fallo histórico, el juez Claudio Bonadio procesó ayer a Cristina Kirchner con prisión preventiva como jefa de una organizaci­ón criminal integrada por exfunciona­rios y empresario­s que recaudó, por lo menos, 100 millones de dólares en coimas.

Bonadio incluyó en esta banda a otros 41 acusados procesados, 14 de los cuales están presos. La resolución, de más de 500 páginas, dejó sujeto a una confirmaci­ón de la Cámara Federal el pedido de desafuero de Cristina Kirchner al Senado. Sin embargo, el jefe del bloque de senadores justiciali­stas, Miguel Ángel Pichetto, ratificó ayer la negativa de su bancada. El legislador afirmó que en esta instancia “es imposible producir el desafuero y la detención de un senador”.

Bonadio consideró que la banda operaba con el siguiente mecanismo: para ganar una obra pública o un contrato, los empresario­s debían entregar una parte de sus ganancias a los funcionari­os designados por Néstor y Cristina Kirchner para recibir esos retornos. Los fondos pagados por el Estado eran “inflados” en perjuicio de los argentinos y con el objetivo de que los funcionari­os y empresario­s se enriquecie­ran ilícitamen­te. El juez fundó sus conclusion­es en los cuadernos de Oscar Centeno, quien anotó los pagos en ellos; en la corroborac­ión de su contenido por otras pruebas, y en los testimonio­s de los empresario­s que admitieron que pagaron sobornos y en los de los funcionari­os que re conocieron haberlos cobra do. Se fundó, entre otros testimonio­s, en las explosivas declaracio­nes de José López, que dijo que los nueve millones de dólares que le secuestrar­on se los encomendó guardar Fabián Gutiérrez, secretario de Cristina Kirchner.

El juez Claudio Bonadio procesó a Cristina Kirchner con prisión preventiva como jefa de una organizaci­ón criminal integrada por exfunciona­rios y empresario­s que movieron 100 millones de dólares en coimas.

Bonadio dijo que esta banda, en la que incluyó a 42 acusados procesados (14 de ellos presos), “hizo funcionar una maquinaria que le sacaba con esos procedimie­ntos amañados dinero al Estado nacional en detrimento de la educación, la salud, los jubilados, la seguridad, que dejaba al pueblo más humilde sin cloacas, sin agua corriente, sin servicios, sin transporte seguro”.

La resolución deja sujeta a una confirmaci­ón de la Cámara Federal el pedido de desafuero de Cristina Kirchner al Senado.

El juez fue crítico de los empresario­s que pagaron los sobornos: dijo que el mecanismo se construyó para “distribuir coimas a funcionari­os corruptos y por avaricia o codicia ese selecto grupo de empresario­s se llenaron los bolsillos mediante su participac­ión en licitacion­es o concesione­s, sosteniend­o a posteriori un discurso acomodatic­io y cobarde, pretendien­do haber cedido a las presiones oficiales, en bien de cuidar a sus empresas y sus puestos de trabajo”.

El objetivo de la banda, según el juez, era enriquecer­se y usar esos fondos para cometer delitos.

Bonadio describió el sistema del siguiente modo: para ganar una obra pública, una concesión vial o ferroviari­a, o ser beneficiad­o con subsidios, los empresario­s debían entregar una parte de sus ganancias a los funcionari­os designados por Néstor y Cristina Kirchner para recibir esos retornos. Los fondos pagados por el Estado eran “inflados” en perjuicio de los argentinos y con el objetivo de enriquecer­se ilícitamen­te los funcionari­os y empresario­s corruptos.

Los sobornos eran usados para la política: ya fuera para sufragar campañas, organizaci­ones políticas como La Cámpora y otra parte de esos fondos se desviaron al Poder Judicial, o a “funcionari­os que supieron trajinar algún organismo vinculado a tareas de inteligenc­ia política”. El resto terminó en los bolsillos de Néstor y Cristina Kirchner, concluyó el juez.

Bonadio fundó sus conclusion­es en los cuadernos de Oscar Centeno, donde anotó los pagos, en la corroborac­ión de su contenido por otras pruebas, en los testimonio­s de los empresario­s que admitieron que pagaron sobornos y en los de los funcionari­os que admitieron haberlos cobrado.

Son especialme­nte fuertes las declaracio­nes de José López, que dijo que los nueve millones de dólares que le secuestrar­on se los encomendó guardar Fabián Gutiérrez, secretario de Cristina Kirchner, y dijo que él pensaba que era dinero de ella provenient­e de este mecanismo.

Ernesto Clarens, financista de los Kirchner, fue mas allá y dijo que la recaudació­n era de 300.000 dólares semanales. Y los empresario­s que admitieron pagos y terminaron procesados reconocier­on haber pagado retornos por mas de 55.460.000 dólares entre 2013 y 2015.

Entre las confesione­s de los empresario­s resalta la revelación de Juan Chediak, quien dijo que lo presionaba­n para que pagara al punto de amenazarlo de muerte. Pagaba entre 100.000 y 250.000 pesos por semana en el departamen­to de De Vido en Libertador y Coronel Díaz, piso diez, y dejaba el dinero junto a un bonsái en el baño del despacho del ministro. Hasta que una vez no pagó y Clarens le advirtió: “Pagá nene, no sos el primero al que hacemos cagar”. Clarens negó esta conversaci­ón y dijo que Chediak pagaba con gusto.

El juez no resolvió la situación procesal de todos los indagados. De hecho, falta decidir qué va a hacer con Juan Manuel Abal Medina o Juan Larraburu, su colaborado­r. Con respecto al empresario Jorge “Corcho” Rodríguez, lo sacó de la causa de los cuadernos. Se declaró incompeten­te y mandó todo al juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi, que investiga el soterramie­nto del Ferrocarri­l Sarmiento. En su resolución, Bonadio dijo que se montaron puntos fijos de recaudació­n y que solo en el departamen­to de Kirchner en la calle Uruguay hubo entregas por US$69 millones.

Los cargos difieren: a todos el juez los consideró integrante­s de una asociación ilícita, pero a algunos empresario­s los acusó solo de dádivas –dar dinero al funcionari­o–, que tiene una pena máxima de dos años, y a otros los acusó de cohecho, donde ante la entrega de un soborno se espera una contrapres­tación. Bonadio advirtió que esta es una primera resolución. De hecho, en ninguna parte de las más de 500 páginas se refirió a dónde está el dinero que recolectó la organizaci­ón criminal que describe.

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RodRigo néspolo Cristina Kirchner, tras conocer el procesamie­nto, en el instituto Patria
 ?? EmiLiano LasaLvia ?? El juez Claudio Bonadio llega ayer a los tribunales de Comodoro Py, horas antes de firmar la resolución de los procesamie­ntos
EmiLiano LasaLvia El juez Claudio Bonadio llega ayer a los tribunales de Comodoro Py, horas antes de firmar la resolución de los procesamie­ntos

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