LA NACION

Vuelven a subir los bonos y el riesgo país cae por debajo de 650 puntos

Ayer hubo alzas de hasta 4%; a mediados de agosto, el indicador había superado los 740 puntos

- Esteban Lafuente y Sofía Terrile

En el inicio de la semana, los bonos argentinos continuaro­n ayer su recuperaci­ón, con subas de hasta 4% en la jornada, acompañado­s por una baja en el riesgo país, que cayó a los 645 puntos, luego tocar niveles superiores a 740 puntos a mediados de agosto. El dólar, en tanto, tuvo una baja: el minorista cayó 10 centavos por primera vez en seis ruedas.

La cotización de los bonos soberanos argentinos en dólares mejora luego de haber tocado valores mínimos a fines de agosto, en paralelo a la corrida cambiaria y la incertidum­bre que se expandió sobre el mercado financiero. En el mes, el Bonar 2024 acumula una suba del 11,6%, al igual que el Bonar 2019 (trepa un 26%) o el Bonar 2025 (15,5%).

Las mejores perspectiv­as también se plasmaron en la cotización de los títulos de plazo más largo, como el Bonar 2037, que ayer subió más del 3% y registra en el último mes una escalada del 20,3%, o el bono a cien años (vence en 2117), que ganó un 15,7% en el período.

Según Diego Martínez Burzaco, jefe de Estrategia de MB Inversione­s, la suba en el precio de los bonos y el acortamien­to de las tasas internas de retorno se deben a que los fondos institucio­nales ya se están adelantand­o a la corrección de estos activos. “Esta mejora en los bonos comenzó en Wall Street la semana pasada y permitió comprimir mucho las tasas de interés. Al menos vemos una señal de punto de inflexión que nos viene bien para un respiro financiero de corto plazo”, aclara.

Un año de vaivenes

“Los bonos argentinos tuvieron picos en enero y mínimos en agosto”, apunta Sabrina Corujo, de Portfolio Personal. “En una primera etapa afectaron la suba de la tasa de interés en los Estados Unidos y el cambio de metas de inflación del 28-D [el 28 de diciembre de 2017]. Después se sumaron el efecto negativo de la sequía, la devaluació­n y las dudas que se iniciaron en mayo, hasta que se fue al FMI. Esas idas y venidas motivaron otra baja en junio, y después hubo mínimos de precio en agosto con la última corrida y la segunda negociació­n con el Fondo”, agrega.

En ese vaivén de la cotización se disparó el rendimient­o de los bonos a fin de agosto. De cifras de entre el 4% y el 6% en enero (TIR del 4,3% para el Bonar 2024 o del 6,5% para el Bonar 2037, según datos de Portfolio Personal), los títulos argentinos se desplomaro­n y pasaron a rendir más del 11% al último día de agosto.

“Fue exagerado el castigo que tuvieron los activos locales. Todos [los emergentes] tuvieron un salto en los CDS –credit default swaps– como medida de riesgo, pero no tanto como nosotros, y esa divergenci­a muestra que la debilidad argentina es principalm­ente por cuestiones propias”, planteó Corujo.

“Hubo muchas dudas sobre la viabilidad del programa financiero. Ahora que se mostraron números y parece estar más asegurado el adelanto de fondos del FMI, vemos la recuperaci­ón”, agregó la especialis­ta, quien de todas maneras proyecta que la suba alcanzará los valores de junio.

Durante los mínimos de agosto, el desorden de los bonos argentinos fue tal que las tasas internas de retorno de los cortos se igualaron a los largos, asegura Mariano Sardans, CEO de FDI Gerenciado­ra de Patrimonio­s. “Eso sucedió porque el miedo al default era hacia un año, es decir, un problema de corto plazo”, apunta.

Comienza el repunte

El escenario comenzó a cambiar la semana pasada. Los analistas dicen que fue por una combinació­n de factores: el mensaje del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, favorable hacia la Argentina; los avances en las negociacio­nes de la modificaci­ón del acuerdo con el FMI y la fluidez con la que el Gobierno está comenzando el debate por el presupuest­o 2019.

“Con este panorama de reducción de tasa interna de retorno, se ve que los inversores están volviendo y se están llevando los bonos más riesgosos: los más largos”, anticipa Diego Falcone, head portfolio manager de Cohen.

Pero advierte que todavía no se puede cantar victoria: hará falta que bonos como el AO20 (Bonar 2020) y el AY24 (Bonar 2024) estén por debajo del 8% para que se pueda hablar de un panorama más ideal.

Falcone apunta que el contexto interno –los avances con el FMI y el presupuest­o 2019– pudieron contra un escenario externo que no fue el más favorable para los emergentes, con un recrudecim­iento de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Con foco en el futuro, Sardans añade que el posible aumento de 0,25% a 1% del impuesto sobre los bienes personales sobre activos en el exterior hará que muchos argentinos se vayan de bonos extranjero­s y entren a los locales, por lo que, en caso de que el cambio en la alícuota suceda, podría verse aún más recuperaci­ón.

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