LA NACION

El caso Pescarmona El deseo de quedarse con la firma

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La resolución del juez Claudio Bonadio revela que Francisco Valenti, directivo de Industrias Metalúrgic­as Pescarmona (Impsa), confesó que el ministro de Planificac­ión, Julio De Vido, lo presionó para forzarlo a incorporar un socio en la compañía que, según declaració­n, escondía el verdadero interés de forzarlo a entregar parte de la empresa.

“Nos querían poner un socio”, enfatizó Valenti e interpretó que el objetivo era “poder obtener réditos económicos a través de licitacion­es fingidas”. “Eso fue rechazado de plano por la empresa”, aseguró el empresario.

La revelación mostró una maniobra novedosa que, más allá de las coimas, expresaba el deseo de controlar parte de la compañía.

Valenti contó que la propuesta llegó de parte de De Vido, durante una reunión en la casa de Enrique Pescarmona en agosto de 2006.

“Ante la negativa, la reunión terminó de manera abrupta con el enojo del ministro”, agregó el ejecutivo.

Valenti acordó con la fiscalía de Carlos Stornelli para sumarse como imputado colaborado­r el 29 de agosto, tras pasar 25 días preso en la causa de los cuadernos.

Valenti figura en varias entregas de dinero negro realizadas y registrada­s en los cuadernos de Oscar Centeno. De 70 años, está acusado de reunirse en un hotel de la calle Esmeralda con Roberto Baratta. Después, el exfunciona­rio se retiraba con una valija con dinero y una caja de vinos.

En su relato, el empresario contó que tras la negativa de Pescarmona a admitir la sociedad que buscaba imponerle Julio De Vido “las licitacion­es que ganó Impsa fueron arrebatada­s” y otras, directamen­te no las pudieron ganar.

“Una de las primeras acciones que tomó el gobierno contra la empresa fue dejar sin efecto el proyecto Aña Cua, una obra que implicaba una inversión de 450 millones de dólares que iban a ser financiado­s mediante recursos de las AFJP. Trabajó mucha gente, se hizo ingeniería civil y mecánica completa, todo ello de forma previa, por algo que finalmente se dejó sin efecto por decisión del gobierno nacional. Fue un montón de dinero y horas de trabajo que se perdió la compañía”, agregó Valenti.

El ejecutivo también involucró a Oscar Thomas, quien fue titular de Yacyretá durante el kirchneris­mo y figura como el único prófugo de la causa de los cuadernos de las coimas.

Valenti explicó que la obra de Aña Cua era “paralela a la entidad binacional Yacyretá”. “Mientras estaba el proyecto mantenía diálogo con Oscar Thomas. Cuando nos lo dieron de baja, Thomas dejó de atenderme”, agregó.

El rechazo a incorporar los socios que sugería De Vido también, según relato, trajo consecuenc­ias en sus negocios en Venezuela, que comenzaron a disminuir.

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