En silencio, Cristina analizó la resolución y en su entorno acusan al juez de persecución
Cerca de ella insisten en que no hay pruebas y que el objetivo es distraer la atención de la discusión del presupuesto nacional
No hubo sorpresas ni novedades. Esa fue la lectura compartida ayer por los dirigentes que integran el entorno de Cristina Kirchner después de que se conoció la resolución del juez Claudio Bonadio, que la procesó como jefa de una asociación ilícita.
Luego de la extensa exposición que hizo la expresidenta el fin de semana en su casa de El Calafate, ayer permaneció en silencio. Los dirigentes kirchneristas tampoco reaccionaron de manera coordinada: los pocos que hablaron insistieron en que existe una persecución contra Cristina, con el objetivo de proscribirla. La mayoría prefirió concentrar su atención en el proyecto de presupuesto, que presentó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en el Congreso.
De regreso en Buenos Aires, la expresidenta pasó buena parte del día en el Instituto Patria, donde recibió el aliento de un puñado de militantes y mantuvo reuniones con dirigentes de su espacio. Allí estuvieron Carlos Zannini, y los diptuados Juan Cabandié y Andrés “El Cuervo” Larroque, entre otros.
No se conocieron los detalles de esos encuentros, pero referentes de Unidad Ciudadana (UC) dieron por hecho que la expresidenta habló con su abogado, Carlos Beraldi, y leyó la resolución de Bonadio. Cristina estudia ese tipo de escritos en persona.
Aunque intenta mantener su rutina política sin alteraciones, el avance de las causas judiciales afecta su agenda. Hoy, a las 10.30, volverá a los tribunales de Comodoro Py para declarar ante el juez Sebastián Casanello, como imputada en la causa de la ruta del dinero que pasó por la financiera SGI.
Cristina irá a los tribunales desde la casa de su hija, Florencia, donde pasa sus noches en Buenos Aires después de que Bonadio le allanó el departamento de Recoleta. La expresidenta ordenó desinfectarlo y hacer un rastreo para determinar si se colocaron micrófonos durante el operativo judicial.
Cristina expresó con detalles su posición sobre la investigación de Bonadio en el video que hizo para mostrar el estado en que quedó su casa de El Calafate después del allanamiento. Una vez más, acusó al juez de perseguirla.
En ese video también denunció que el personal del juzgado se había llevado un cuadro de Carlos Páez Vilaró que, según ella, le había regalado Sergio Massa.
La expresidenta tuvo que aclarar ayer, minutos antes de que se conociera el fallo de Bonadio, que en realidad el cuadro se lo había regalado el pintor, en un encuentro en el que Massa ofició de anfitrión. “De ahí el error. En mi cumpleaños, él [Massa] me regaló muebles típicos del Tigre que aún conservo. Disculpas por el error”, dijo Cristina, vía Twitter.
En su entorno casi no hicieron comentarios públicos sobre la resolución de Bonadio. “Es más de lo mismo. Una decisión sin pruebas, adelantada por los medios. Se basa en testimonios de gente que dice que pagaba o cobraba en nombre de ella, pero ni una prueba directa”, dijo un dirigente cercano a la expresidenta.
El mismo argumento se repitió en reuniones informales que referentes del espacio mantuvieron ayer. “El poder económico persigue a los líderes populares de la región buscando excluirlos de las elecciones para poder profundizar estas políticas neoliberales en el país y en toda América Latina. No buscan justicia, buscan venganza”, sostuvo la diputada Cristina Álvarez Rodríguez, vía Twitter. Fue una de las pocas reacciones en público. El kirchnerismo entiende que el juez, en coordinación con el Gobierno, usó el fallo para cambiar la agenda mediática el día en que Dujovne presentó un presupuesto.
En los próximos días, esperan en el entorno de Cristina, habrá pronunciamientos de dirigentes que, sin formar parte de UC, son críticos del desempeño de Bonadio. Celebraron, en ese sentido, la posición que fijó Felipe Solá sobre la declaración del exsecretario de Obras Públicas José López. “No sigo el detalle de las declaraciones de este tipo, pero no le creo nada”,opinó.