LA NACION

El sueño de Atlético Tucumán, un proyecto que trasciende las aventuras por el continente

El Decano jugará con Gremio, por los 4tos de final, desde las 21.45; detrás de las gestas, las inversione­s para posicionar­se ante un nuevo escenario

- Alberto Cantore

Nunca dejes de soñar, la frase motivadora a la que apeló Atlético Tucumán antes del partido en Medellín, frente a Atlético Nacional, reseña el pensamient­o de quienes le dan forma al Decano, que aquella noche se preparó para una prueba extrema con la convicción de que no fuera la última en la Copa Libertador­es, un recorrido en el que conmueve en cada episodio. Esta noche, desde las 21.45, la aventura tendrá un nuevo capítulo: el campeón vigente Gremio visitará el estadio José Fierro, en el encuentro de ida de los 4os de final. Antes, otros gigantes del continente que saborearon la gloria, como Peñarol y Palmeiras, se encontraro­n con una energía intimidato­ria y cayeron en una cancha que ya es una fortaleza.

La saga que escriben los tucumanos suma plazas, y aunque el registro internacio­nal impone el juego del 7 de febrero del año pasado, con El Nacional, en la altura de Quito, como el punto de partida, la revolución empezó diez años atrás. Para siempre quedará en la memoria el triunfo 1-0 en Ecuador, la tarde-noche en que el plantel debió lidiar con los permisos para viajar en un vuelo chárter desde Guayaquil a Quito, la intervenci­ón del entonces embajador Luis Juez para diseñar un operativo de emergencia para el traslado al estadio Atahualpa, las negociacio­nes para postergar por unas horas el encuentro ante los dirigentes de la Conmebol y la disposició­n de la utilería de la selección argentina, que cedió la ropa y los botines de los juveniles de la Sub 20 que disputaban el campeonato sudamerica­no.

Pero lo que ahora es leyenda y tuvo un inicio menos resonante, más esforzado y vigoroso: la definición por penales con Racing, de Córdoba, que lo impulsó a la primera B Nacional en 2008. Hoy, la doble acción de Lucas Ischuk, que primero le detuvo el penal a Hernán Fernández y luego convirtió para sellar la serie, asoma lejana: el calendario y las aventuras que protagoniz­ó el club de 115 años a partir de esas dos postales superó cualquier guión que el hincha más fanático pudiera escribir.

Cuartos de final de la Copa Libertador­es, una instancia a la que ningún club indirectam­ente afiliado a la AFA se clasificó, y puestos de vanguardia en la Superliga, aunque escalar en la tabla de los promedios sea la meta, le dan forma a la doble vida… Un recuerdo es el paso por la Copa Argentina, que le dio la espalda en la definición por penales en los 8vos de final, ante Newell’s, aunque si espía por encima del hombro descubrirá que fue finalista en 2017, cuando cayó frente a River.

El protagonis­mo no es nuevo, son 18 meses de alto voltaje para Atlético Tucumán, como si lo que empezó como sueño nunca terminara. Con 20 jugadores, un número pequeño para un desgaste tan grande entre competenci­as tan exigentes, donde los viajes son una constante, el director técnico Ricardo Zielinski despertó la misma energía que hizo del Ruso un entrenador observado, después de superar con Belgrano, de Córdoba, a River en la Promoción, en 2011. Desde bajo perfil y trabajo metódico, construyó su trayectori­a en silencio. En Tucumán, edifica sobre lo que ya resulta un proyecto sólido, que no modificó su rumbo aún cuando los descensos lo acorralaro­n.

Pero detrás de la triple competenci­a que hasta hace un par de semanas era exhibida con orgullo, están los detalles: los gruesos y también aquellos a los que se le prestan poca atención porque no tienen vidriera. El avance en la Copa Libertador­es significó un embolso de 3.500.000 dólares, una inyección que se traduce en un superávit económico que se traslada en inversione­s e infraestru­ctura, como la reciente incorporac­ión de un tractor para mantener una mejor calidad de corte y de césped del estadio, pero también de las diez canchas que tiene el Decano en el predio de San Andrés, donde en las 20 hectáreas se levanta también un gimnasio, comedor, vestuarios...

Las divisiones inferiores –se compró un micro para que se trasladen– resulta otra cara del proyecto. “Antes, unos cinco años atrás, no éramos una opción tentadora. Decidirnos a participar en los torneos de la AFA cambió, porque el chico tiene una buena competenci­a y un sistema de trabajo para que se puedan quedar o venir desde otras provincias. No le cortamos el flujo a Buenos Aires, porque la captación de los equipo grandes es muy importante, pero los jugadores nos toman como opción segura”, advierte el manager Diego Erroz, que estuvo en el partido del ascenso, al igual que Pablo Hernández –ahora en Independie­nte, con paso por el fútbol español y la selección de Chile– y el ídolo Luis Pulguita Rodríguez.

El partido con Gremio posibilita­rá que Tucumán invada el mundo, conquista que se repite en las redes sociales con cada juego internacio­nal, donde las palabras Atlético y Decano son tendencia. Nunca dejes de soñar, una frase que motiva, pero también blinda y empuja a dar un paso más.

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Marcelo manera Atlético Tucumán, de la unión hace la fuerza

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