LA NACION

La Cámara demorará dos meses en evaluar el fallo

Es el tribunal que deberá revisar los procesamie­ntos dictados por Bonadio

- Hernán Cappiello

La Cámara Federal es el tribunal que debe revisar los procesamie­ntos de Cristina Kirchner y las otras 41 personas que integran la asociación ilícita que describió el juez federal Claudio Bonadio, entre funcionari­os que confesaron haber cobrado coimas y empresario­s que admitieron haberlas pagado. Por sorteo fue designada la Sala I de ese tribunal que está integrada por el juez Leopoldo Bruglia y a la que se incorporar­á como camarista Pablo Bertuzzi.

Ambos ocupaban un lugar en un tribunal oral federal, pero primero Bruglia y ahora Bertuzzi fueron trasladado­s directamen­te a la Cámara Federal, donde había vacantes por la jubilación de jueces, pero también por el alejamient­o de Eduardo Farah y Jorge Ballestero. El primero presionado tras liberar a Cristóbal López cambió de tribunal, y el segundo renunció,

Bruglia llegó en marzo pasado al tribunal e integró la Sala I donde recayó el caso de los cuadernos de Oscar Centeno por sorteo.

Ese tribunal lo integra el nuevo camarista Mariano Llorens, que llegó por concurso del Consejo de la Magistratu­ra. Pero dado que uno de los acusados en esta causa es su primo Rafael Enrique Llorens, en encargo de Asuntos Legales del Ministerio de Planificac­ión, el magistrado se excusó.

El primer incidente que le tocó intervenir a la Sala I fue el de la confirmaci­ón de Bonadio al frente del expediente tras el pedido de nulidad que hizo Oscar Parrilli. Allí Bruglia, con el auxilio de Martín Irurzun, convocado al efecto, ratificaro­n al juez.

Ahora la Sala I deberá analizar los procesamie­ntos dictados por Bonadio. Para integrarla estarán Bruglia y el juez Bertuzzi. El Consejo de la Magistratu­ra aprobó su traslado directo de un tribunal oral a la Cámara Federal, con los votos del oficialism­o.

Pero Bertuzzi es juez de dos juicios importante­s que aún no terminan: el juicio oral contra Julio De Vido, que está en la etapa final de los alegatos y debe además firmar los fundamento­s de la condena que le impuso al exvicepres­idente Amado Boudou por el caso Ciccone, que están en elaboració­n y se conocerán en octubre. Por lo que deberá esperar o pedir permiso a la Casación para hacer las dos cosas (juez de tribunal oral y camarista) si no quiere perjudicar los procesos en marcha. Por lo que un fallo que revise el de Bonadio tardará al menos dos meses.

Una primera mirada al fallo de Bonadio en la Cámara Federal preanuncia algunas observacio­nes: por ejemplo en el caso de Javier Fernández, a quien a pesar de estar eximido de prisión le dictaron la prisión preventiva o la falta de resolución de la situación procesal de Juan Manuel Abal Medina y Hugo Martín Larraburu, indagados por el juez.

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