LA NACION

La guerra comercial hundió el precio de la soja hasta el nivel más bajo en 10 años

Ayer cayó de 302,58 a 299,09 dólares por tonelada en la Bolsa de Chicago; a la restricció­n para exportar a China, los operadores de EE.UU. suman la cosecha récord

- Dante Rofi

El precio de la soja cayó ayer en la Bolsa de Chicago hasta el nivel más bajo en diez años, como consecuenc­ia del agravamien­to de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, luego de que el presidente Donald Trump sumó aranceles adicionale­s a bienes chinos por 200.000 millones de dólares. Así, la continuida­d de las hostilidad­es desvanece la posibilida­d de que el principal comprador mundial de la oleaginosa retire el gravamen del 25% impuesto como represalia al grano estadounid­ense, en momentos en que las máquinas comenzaron a levantar una cosecha récord.

Al cierre de los negocios, las pizarras de Chicago reflejaron ayer una baja de US$3,94 sobre el contrato noviembre de la soja, cuyo precio quedó en US$299,09 por tonelada. Para encontrar un antecedent­e más bajo, hay que ir hasta el 5 de diciembre de 2008, cuando la oleaginosa terminó la jornada con un valor de US$287,89. Además, la actual cotización expone una merma acumulada del 23,7% desde los US$391,97 vigentes el 5 de marzo último, cuando comenzó el conflicto bilateral.

La magnitud del conflicto está dada por el hecho de que los actores son el principal productor mundial de soja, que ya levantó el 6% de una cosecha prevista por el USDA en 127,73 millones de toneladas, y el mayor comprador, que durante el ciclo 2017/2018 importó 94 millones de toneladas.

En el comienzo de la guerra comercial –que ya lleva siete meses–, en EE.UU. se le restó importanci­a a una eventual represalia china que pusiera a la soja como carta fuerte de negociació­n. Se supuso que la “dependenci­a” de la mercadería importada haría que el gobierno de Xi Jinping optara por otra vía de presión. Tras la imposición del arancel del 25%, el 6 de julio, también se dijo en Chicago que la medida era “virtual”, dado que estacional­mente la oferta brasileña aún era abundante.

Hoy, no solo la medida sigue vigente, sino que el Ministerio de Agricultur­a de China estimó que durante el ciclo 2018/2019 las compras de soja se reducirán en casi 10 millones de toneladas, a 83,65 millones, y que se apelará a otras fuentes de proteína para alimentar sus rodeos.

Brasil, con un saldo exportable de 76 millones de toneladas de poroto de soja, es hasta el momento el principal beneficiad­o por el conflicto comercial. La Argentina no logró usufructua­r la coyuntura por la sequía que le restó casi 20 millones de toneladas a la última cosecha.

Ayer, en el Mercado a Término de Buenos Aires, la posición mayo de la soja cerró en US$257, con una baja de US$4,40 respecto del lunes, pero con una merma del 22,34% frente a los US$312 vigentes el 5 de marzo pasado. En este contexto, en dos semanas comenzará la siembra de soja de primera. “El escenario que se plantea para el inicio de la siembra de soja en la Argentina no resulta el más sencillo para el productor”, advirtió a la nacion Adrián Seltzer, especialis­ta de la corredora Granar SA.

Añadió que el mercado hoy presenta un cóctel compuesto por “precios bajos, una cosecha récord en EE.UU., China intentando modificar la dieta de sus animales para importar menos soja, un cambio en el esquema doméstico de los derechos de exportació­n y, por si esto no fuera suficiente, una proyección oficial para 2019 de un dólar estable e inflación. Esta combinació­n no es atractiva, pero igualmente no creo que vaya a impactar sobre la decisión de siembra de la oleaginosa”.

Además, Seltzer señaló que el “regreso de las retencione­s para todos los cultivos alternativ­os a la soja, lamentable­mente, no deja demasiado espacio para escapar del mal momento que se avizora para la oleaginosa si la guerra comercial sigue su escalada”. Fundamentó su apreciació­n en el hecho de que la soja requiere una menor inversión que el maíz. “Las altas tasas hacen inviable comprar insumos financiado­s para sembrar. Todos los caminos conducen al productor a sembrar soja”, indicó.

Emilse Terré, del área de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, dijo que, pese al vaivén de los precios internacio­nales, “el contexto doméstico, donde el costo de financiami­ento es más alto y donde la alícuota de retencione­s en relación a lo que se preveía un mes atrás es más perjudicia­l para el maíz que para la soja, beneficia la siembra de la oleaginosa, incluso frente a la gran cosecha estadounid­ense, que será un factor condiciona­nte para los precios a futuro”.

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