Armani, el sostén de siempre; Casco, con la eficacia de su mejor época
El arquero realizó una atajada increíble y mostró su nivel de selección; el defensor clausuró la banda y atacó con profundidad
Parece una paradoja. Una muestra más de la dinámica impensada del fútbol. River llegó a Avellaneda con el respaldo de un arquero como Franco Armani, consolidado en el club y con presente de selección. Y lo necesitó: el empate 0-0, en parte, lo sostuvo gracias a sus intervenciones, las que se potenciaron mucho más después de la brillante atajada frente a Emmanuel Gigliotti, acción en la que demostró todos sus reflejos, la fortaleza de piernas y la sensación de jamás darse por vencido. Pero, a la vez, el plantel se fue del estadio Libertadores de América felicitando a un pilar inesperado, a un futbolista que realza su nivel, luego de enredarse en un laberinto: Milton Casco, se transformó en otra de las figuras de un juego de vértigo y estocadas.
Dos caras diferentes de un equipo enseñó River, que realizó una primera mitad con la explosión del juego colectivo, mucha dinámica, intensa presión y un posicionamiento muy inteligente: le faltó el gol –falló al menos cuatro situaciones– para redondear la tarea. El segundo capítulo, en cambio, ya no fue igual. Con el visible desgaste físico y la mejora de Independiente, aunque el Rojo cada vez que avanzó chocó con ese muro infranqueable llamado Armani, sostén decisivo, una vez más, del arco invicto.
Todas las luces se la llevó su espectacular reacción, esa atajada que quedará en el recuerdo y, posiblemente, se la considere la mejor de los cuartos de final. Fue a los 13
Fuimos un equipo compacto y solidario en un partido atípico a lo que se ve en la Copa. Hubo dinámica, juego y ataque. El primer tiempo nos fue favorable, después lo sentimos”. MARCELO GALLARDO DT DE RIVER Cualquiera de los dos puede ganar. Fue un partido de nivel de selección. Rescato el coraje y el fútbol de mis jugadores”. ARiEL hOLAn DT DE InDEpEnDIEnTE
minutos del segundo tiempo, tras una pelota que perdió River en la salida, luego de un resbalón de Palacios; Meza asistió a Gigliotti, quien quedó de frente al arco, para golpear. Pero entró en escena el guardavalla de Casilda, que estirándose de derecha a izquierda detuvo, con mano cambiada, el remate del delantero. Y ahí mismo también se hizo presente Casco, para despejar ese rebote que, si hubiera sido capturado por el Puma o por Cerutti, tenía destino de red.
La tarea del arquero, que sumó su decimonoveno partido con la valla invicta en el arco de River sobre 30 encuentros –solo le marcaron 13 goles y recibió 4 en los últimos 20 juegos–, también resultó destacada durante los 90 minutos: seguro y sólido con los pies, firme para salir a cortar y bien posicionado cada vez que Independiente buscó su arco.
Es más, en otras dos situaciones claras que tuvo el equipo de Ariel Holan, Armani también dijo presente: primero, a los 18 minutos de la primera parte y tras un remate de Meza que se estrelló en el travesaño, le sacó un disparo seco y por abajo a Romero; más tarde, a los 38 minutos, desactivó un cabezazo de Bustos, luego de un córner.
También la fortuna estuvo de su lado: el palo le negó el gol al uruguayo Silva a los 9 minutos de la segunda etapa, en otra clara oportunidad para el Rojo. Así, las más de 40 mil personas tuvieron en boca el nombre del arquero. Y lo mismo ocurrió en las redes sociales: todos resaltaron su tarea, al punto que su apellido se transformó en segunda tendencia mundial en Twitter.
Ya no quedan dudas: su solidez potencia al resto. Y el hecho de que Casco, uno de las incógnitas del semestre ante la partida de Saracchi, por sus altibajos en el rendimiento, haya sido otro de los futbolistas destacado del equipo, no hace más que confirmarlo.
El lateral mostró una de sus mejores presentaciones desde que se sumó a River, en 2015: se desprendió para lastimar por los costados, siendo socio de Pity Martínez; contuvo la mayoría de los ataques que ideó el rival por su sector, recuperó y le ganó el duelo a Romero y, más tarde, a Cerutti. Quizás, le faltó precisión en la puntada final y evitar algunas faltas innecesarias para que su trabajo sea superlativo, como el de Armani.