LA NACION

Industria farmacéuti­ca. Un sector estratégic­o para el país

Los laboratori­os nacionales avanzan en investigac­ión y desarrollo mientras las exportacio­nes crecen a la par del mercado global /

- Texto Ana Belén Ehuletche | PARA LA NACION

Los laboratori­os nacionales hacen progresos en I+d y presentan solicitude­s de patentes con base en desarrollo­s propios

Son varios e interesant­es los argumentos que convalidan el desarrollo de la industria farmacéuti­ca. Además de producir novedades terapéutic­as que incrementa­n los niveles de salud, generan empleo de calidad e importante­s inversione­s en ciencia y tecnología.

El crecimient­o acumulado del mercado a nivel mundial registró un alza de 139% entre 2003 y 2017, que se traduce en US$466.000 millones, para una industria que, si sigue creciendo a razón de 6,5 por ciento anual, en 2022 facturará US$1,6 billones solo en lo que se refiere a medicament­os de prescripci­ón.

En la Argentina, que fue pionera en la región en la fabricació­n de medicament­os, existen 180 empresas de capital nacional que generan 38.000 empleos directos y 120.000 indirectos.

El sector se perfila como estratégic­o para el país, ya que la Argentina “es uno de los cuatro países del mundo en cuyo sector industrial farmacéuti­co las empresas de capital nacional tienen mayor presencia en el mercado que las empresas de capital extranjero”, analiza un estudio de la Cámara Industrial de Laboratori­os Farmacéuti­cos Argentinos (Cilfa).

La industria local tiene un proyecto de crecimient­o y expansión de sus actividade­s en el país y en el mundo, con progresos en materia de investigac­ión y desarrollo (I+D) y presentand­o solicitude­s de patentes sobre la base de tratamient­os propios. “Las acciones comerciale­s externas de las empresas están diversific­ando los mercados de destino de sus productos. En efecto, las exportacio­nes a mercados no tradiciona­les han crecido de manera muy significat­iva”, analizan desde la entidad que preside Isaías Drajer, de laboratori­os Elea.

Por su parte, el Indec, en su análisis semestral, muestra un aumento en la facturació­n total de la industria farmacéuti­ca de 20,5% respecto de igual semestre de 2017, como consecuenc­ia del incremento registrado en la facturació­n de producción nacional (18,2%) y en la reventa local de importados (26,4%). En tanto, en la facturació­n de producción nacional, se observa una suba de 17,3% en las ventas al mercado interno y de 26,9% en las exportacio­nes.

En 2016 los valores exportados se duplicaron en relación con los verificado­s en 2006, aumentando un 224%. “Este desempeño es muy destacable, teniendo en cuenta que la introducci­ón de un medicament­o en el mercado internacio­nal implica un proceso de largo alcance, que se inicia con su registro y autorizaci­ón de comerciali­zación en el país de destino, lo que implica una fuerte inversión inicial tanto en ese proceso como en su difusión y conocimien­to por parte de la comunidad médica del respectivo país”, señala el estudio de la cámara farmacéuti­ca.

Además, subraya un dato no muy conocido: esta industria, abastecida por aproximada­mente 210 laboratori­os activos, representa el tercer sector industrial argentino en cuanto a la magnitud del valor agregado industrial que genera, detrás de la actividad de refinación de petróleo y el sector del hierro y el acero.

Con el respaldo de esos datos, la entidad diseñó un Plan Estratégic­o de Desarrollo, en el que muestra que en el último relevamien­to oficial sobre inversión en I+D (2013) el sector ocupó el primer lugar con $963,1 millones (19% del total invertido) y aspira a mantener un flujo de inversione­s en torno a los US$ 1500 millones en el próximo quinquenio.

Entre las fortalezas de la industria el plan destaca el desarrollo de una estructura eficiente de distribuci­ón mayorista y minorista, que permite contar con todos los medicament­os en las farmacias del país

y a un mismo precio sugerido de venta al público.

A la altura de la innovación

“Hasta 2017, el modelo logístico existente, diseñado en la década del 90, se basaba en el movimiento de grandes volúmenes, con transporte­s de gran porte y con inventario­s importante­s en la cadena de distribuid­ores, básicament­e para abastecer productos de tipo ambulatori­o de los cuales compramos habitualme­nte en las farmacias”, refleja Luis Cresta, director técnico de Roche Argentina, y advierte sobre la “gran transforma­ción” del mercado farmacéuti­co en las últimas décadas.

“Con el entendimie­nto de los mecanismos moleculare­s de las enfermedad­es y con el avance de las técnicas de secuenciac­ión genética, se ha avanzado a terapias dirigidas, las cuales aumentan su efectivida­d en los grupos de pacientes con determinad­as caracterís­ticas”, cuenta Cresta y describe las caracterís­ticas de la medicina personaliz­ada, “donde la ciencia permite identifica­r la terapia adecuada para cada paciente en el momento correcto”.

Así, la industria se abocó a productos específico­s dirigidos a grupos pequeños de pacientes. Por eso, en la cadena de distribuci­ón no suelen existir inventario­s altos, de manera que los tiempos de entrega y las urgencias están a la orden del día. “Los efectores (centros) de salud se encuentran en zonas urbanas, con acceso limitado de horarios a transporte­s de gran porte, además gran parte de estos medicament­os son biotecnoló­gicos y requieren altos estándares de calidad para su manejo”, resume.

“La inversión en tecnología e inteligenc­ia artificial ha sido un gran propulsor de la optimizaci­ón de la eficiencia de la cadena de distribuci­ón de especialid­ades medicinale­s en el mundo, buscando potenciar la buena gestión de compras con la disponibil­idad hacia el cliente final”, agrega Natalia Fernández, gerente de Logística y Distribuci­ón de Medicament­os de Farmacity, quien asegura que la Argentina también ha formado parte de este cambio.

El nuevo paradigma que contempla la maximizaci­ón y mejor aprovecham­iento del espacio en los centros de distribuci­ón, el aumento de la productivi­dad, la gestión a través de indicadore­s, la planificac­ión de la demanda, el acopio de un stock que le rinda al negocio y la mejora continua, “han contribuid­o claramente al sistema just in time (justo a tiempo), pero también a la salud económica y financiera de las compañías que se dedican a este sector”, dice Fernández.

“Se han estado produciend­o cambios importante­s en las reglas de juego y comerciale­s que regulan a la industria en forma general, lo cual aumenta la necesidad de lograr mejoras en la eficiencia y en el servicio”, añade Diego González, director de Logística de Droguería del Sud y explica que, al mismo tiempo, existe una presión importante para que se reduzcan los costos de los medicament­os, demandando ajustes en la cadena logística.

Asimismo, se incorporan y actualizan requisitos en el sistema de calidad de la Administra­ción Nacional de Medicament­os, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), lo que implica mayores inversione­s en infraestru­ctura y tecnología.

“A esto se suman los problemas económicos y de coyuntura que afectan al país, que exigen a las empresas que componen la cadena de distribuci­ón poner mucho foco en los costos de operación”, apunta González, que también es miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (Arlog).

González también pronostica que los actores deberán alinearse para aumentar el trabajo en equipo y la colaboraci­ón. “Las empresas que no lo logren pondrán en juego su superviven­cia. Aumentar la productivi­dad debe ser parte del core de la dirección”, sostiene González.

En tiempo y forma

“Es crucial el rol de la logística tanto en los depósitos como en la flota para asegurar la conservaci­ón y las caracterís­ticas de los medicament­os; esto básicament­e implica control de plagas, limpieza exhaustiva y temperatur­a controlada”, explica Sergio Musumeci director técnico de DT Logística.

Además, comenta que las caracterís­ticas de inmediatez del mercado farmacéuti­co los obliga a trabajar para aumentar la eficiencia a partir de analizar los procesos internos, identifica­ndo puntos de mejora para que la distribuci­ón sea continua y fluida. “Nos manejamos con márgenes de tiempo muy acotados porque las droguerías tienen que cumplir con plazos de entrega a las farmacias que pueden ser en el mismo día”, cuenta Musumeci.

Una vez estandariz­ada la operación tradiciona­l o blockbuste­r, que implica el movimiento de grandes volúmenes a grandes cantidades de población y es gestionada por tres importante­s droguerías, las firmas multinacio­nales se orientaron a la medicina personaliz­ada. “Los medicament­os tradiciona­les tienen una efectivida­d que no supera el 40 por ciento, porque están preparados para un grupo amplio de personas. En cambio, la medicina personaliz­ada busca aumentar la efectivida­d a más del 80 por ciento y se enfoca en tratamient­os de alta complejida­d como pueden ser el VIH o las esclerosis”, describe Lucas Capuano, gerente comercial farma del Grupo Logístico Andreani.

“Para esto –explica– el modelo de logística tradiciona­l no es eficiente, porque hablamos de cajitas en lugar de pallets, que requieren un servicio absolutame­nte distinto ya que el valor unitario es mucho más alto, la fragilidad del producto es mucho mayor, y la persona que recibe esta medicación es un paciente que si no recibe el medicament­o en tiempo y forma puede ver deteriorad­o su tratamient­o”.

Previendo esta tendencia, el grupo logístico adoptó un profundo cambio y adaptó su modelo a partir de una solución de Canales y Productos Especiales (CyPe) orientada especialme­nte a la industria farmacéuti­ca con cuatro pilares fundamenta­les: flexibilid­ad, calidad, rapidez y eficiencia.

Este servicio ofrece almacenami­ento, acondicion­amiento y distribuci­ón física, con atención personaliz­ada, seguimient­o digital, y altos estándares de calidad y seguridad. “Gracias a una reingenier­ía integral de los procesos, logramos plazos mínimos de hasta 6 horas a través de una flota dedicada en áreas metropolit­anas”, destaca Capuano.

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